Obama asegura que su plan econ¨®mico es "el principio del fin" de la crisis
El presidente de EE UU firma una ley crucial para el pa¨ªs y para su mandato
Lejos de Washington, donde fracas¨® el intento de hacer un plan bipartidista, en Denver, en un simb¨®lico museo alimentado por energ¨ªa solar, Barack Obama firm¨® ayer solemnemente la ley de est¨ªmulo econ¨®mico, un instrumento crucial con el que ha prometido resolver la crisis y del que depende la suerte de su presidencia.
"?ste no es el final de nuestros problemas econ¨®micos, pero s¨ª es el principio del final. ?ste es el principio de una nueva creaci¨®n de puestos de trabajo, ¨¦ste es el principio de la soluci¨®n de las angustias de las familias estadounidenses... ¨¦ste es el principio de nuestro trabajo para mantener vivo el sue?o americano", asegur¨® el presidente en el acto de la firma.
Enfrentado a la firme resistencia de los republicanos en el Congreso -la ley no tuvo ning¨²n voto de la oposici¨®n en la C¨¢mara de Representantes y s¨®lo tres en el Senado- y a las dudas de muchos economistas, que temen que este plan no sea suficiente para abordar la cat¨¢strofe actual, Obama conf¨ªa en el respaldo de la Am¨¦rica real para contradecir los negros augurios cotidianos.
Asegur¨® que, pese a las cr¨ªticas de algunos c¨ªrculos pol¨ªticos y econ¨®micos, "¨¦sta es la ley m¨¢s consensuada de la historia". "Pero sigue siendo una ley", a?adi¨®, "que recoge lo fundamental de mis posiciones cuando la present¨¦ en un inicio". El plan, cuyo volumen total final es de 787.000 millones de d¨®lares (unos 605.000 millones de euros), despu¨¦s de muchas y dif¨ªciles negociaciones para su aprobaci¨®n, pretende crear entre tres y cuatro millones de puestos de trabajo en dos a?os. Un 35% de ese dinero est¨¢ dedicado a rebajas de impuestos; el resto, son nuevas inversiones en infraestructuras, ayudas sociales y aportaciones a los Estados para que puedan seguir prestando asistencia en educaci¨®n y sanidad.
La ley ha recibido cr¨ªticas de la derecha, por representar un gasto p¨²blico excesivo, y de la izquierda, por todo lo contrario. Y lo cierto es que es dif¨ªcil garantizar los resultados hasta que el dinero no empiece a circular. El propio Gobierno ha advertido que las cosas, probablemente, se pondr¨¢n a¨²n peor antes de que empiecen a ponerse mejor.
Lo que nadie pone en duda es la necesidad de hacer algo ante el panorama reinante. La Bolsa de Nueva York sufri¨® ayer otra ca¨ªda estrepitosa, que se contuvo ligeramente tras las palabras del presidente. El Estado de California, el mayor del pa¨ªs y la octava econom¨ªa del mundo, anunciaba el despido de 20.000 trabajadores p¨²blicos si no se alcanza de inmediato un acuerdo sobre el presupuesto, obstaculizado por la gigantesca deuda que hay que acumular.
La econom¨ªa de los Estados, que son los que tienen que lidiar de cerca con la quiebra de los negocios y el aumento de las necesidades sociales, es el mejor reflejo de la crisis. Por esa raz¨®n, Obama busca su complicidad en el impulso de su pol¨ªtica econ¨®mica. Por esa raz¨®n se ha ido a Colorado a firmar esta estrat¨¦gica ley y por eso tambi¨¦n el presidente cuenta con el apoyo de muchos gobernadores republicanos, entre ellos los dos m¨¢s importantes, el de California, Arnold Schwarzenegger, y el de Florida, Charlie Crist.
Hoy Obama seguir¨¢ en el oeste para anunciar en Phoenix (Arizona) nuevas medidas destinadas a detener la ola de embargos inmobiliarios que sufre el pa¨ªs. Y ma?ana se embarcar¨¢ en su primera misi¨®n internacional. Se trata de una visita breve y m¨¢s bien de cortes¨ªa al vecino Canad¨¢, pero servir¨¢ de aperitivo a una intensificaci¨®n de la agenda de pol¨ªtica exterior de la Casa Blanca. Lo m¨¢s urgente de esa agenda es el anuncio, en las pr¨®ximas horas, de un incremento de 10.000 soldados en Afganist¨¢n y, probablemente, una solicitud a que los dem¨¢s pa¨ªses de la OTAN implicados en ese conflicto, Espa?a entre otros, hagan lo mismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.