Auge de la 'narcoviolencia' en Per¨²

Las calles de la capital peruana, Lima, no son tan inseguras como las de Tijuana o Ciudad Ju¨¢rez, en M¨¦xico, pero en algunos momentos llegan a parecerse. Hechos recientes han confirmado a los peruanos que los ajustes de cuentas y enfrentamientos derivados del narcotr¨¢fico no son un problema exclusivo de otros pa¨ªses. El domingo, un colombiano llamado Frank Tenorio Mesa, que hab¨ªa llegado hac¨ªa cerca de un mes a Per¨² declarando que ven¨ªa para probar suerte como futbolista, apareci¨® muerto de tres balazos en la cabeza en el distrito de Chorrillos, lejos de cualquier campo de f¨²tbol. Seg¨²n testigos, fue golpeado por dos personas, que le arrebataron un CD antes de liquidarlo. La polic¨ªa, que detuvo a un compatriota de la v¨ªctima casi de inmediato y sigue buscando a otro, se?al¨® que lo m¨¢s probable es que se trate de un nuevo ajuste de cuentas entre narcotraficantes. El ¨²ltimo de una lista cada vez m¨¢s larga.

Al d¨ªa siguiente ocurri¨® otro hecho: dos grupos de narcotraficantes se enfrentaron a balazos en una calle residencial del puerto del Callao. Nadie muri¨®, pero en la v¨ªa p¨²blica quedaron varios charcos de sangre. Cuando la polic¨ªa revis¨® la calle, encontr¨® en una vivienda unos 300 kilos de coca¨ªna, que luego result¨® estar mezclada con harina. La versi¨®n que manejan las autoridades es que narcos colombianos ?posiblemente, relacionados con el crimen del d¨ªa anterior? intentaron venderla a otro grupo de mexicanos, que, al darse cuenta de la adulteraci¨®n, la emprendi¨® a tiros contra los timadores.

Aunque la violencia del narcotr¨¢fico no es cosa de todos los d¨ªas en Per¨², la sensaci¨®n es que hechos como ¨¦stos ocurren con una frecuencia creciente. "Desde el a?o pasado, estamos viviendo una intensificaci¨®n de los ajustes de cuentas y enfrentamientos armados", se?ala el experto en narcotr¨¢fico Jaime Antezana. "Sea por problemas en el negocio o por la disputa de rutas para exportar la droga, lo cierto es que se empieza a reproducir el estilo mexicano y las organizaciones peruanas han empezado a demostrar fuerza".

De hecho, la narcoviolencia es mucho mayor y m¨¢s frecuente en el interior del pa¨ªs, y especialmente en las zonas de producci¨®n y en las rutas de salida de la droga. Seg¨²n Antezana, en lo que va de este a?o s¨®lo en la ciudad de Huanuco, ubicada cerca de la zona cocalera del valle del alto Huallaga, se han registrado seis homicidios por ajuste de cuentas entre narcos. Y el a?o pasado se produjeron enfrentamientos entre bandas en la frontera entre Per¨² y Brasil, as¨ª como ataques a la polic¨ªa en alejadas zonas de producci¨®n, por lo que han terminado pasando casi inadvertidos en los noticiarios. En cambio, los cr¨ªmenes protagonizados por supuestos sicarios en los ¨²ltimos dos a?os no llegan a la decena.

El Gobierno a¨²n no muestra signos de estar especialmente alarmado. "Yo veo muy lejano que Per¨² llegue a los niveles de violencia que tuvo Colombia o tiene M¨¦xico, pero si no tenemos la previsi¨®n necesaria, podemos sufrir un incremento de la violencia y tambi¨¦n de la corrupci¨®n", se?ala R¨®mulo Pizarro, presidente de Devida, el zar antidrogas de Per¨². Desde el a?o 2000, aproximadamente, el negocio de la exportaci¨®n de droga peruana est¨¢ controlado por los carteles mexicanos, y en especial por el de Sinaloa, que, seg¨²n datos de la oficina antidrogas estadounidense (DEA), controla la salida del 80% de los estupefacientes producidos en el pa¨ªs.

La red del negocio es cada vez m¨¢s compleja. Los colombianos, que antes se llevaban la parte gruesa del negocio, ahora participan en labores como el transporte de la droga y mejoras en el cultivo de coca, mientras que los peruanos se ocupan mayoritariamente de la producci¨®n, seg¨²n Pizarro. Hace poco, una delegaci¨®n mexicana se reuni¨® con sus pares peruanos con el fin de mejorar la coordinaci¨®n entre ambos pa¨ªses en la lucha contra el narcotr¨¢fico y, especialmente, generar canales de cooperaci¨®n directos entre las polic¨ªas y las autoridades judiciales.

Sin embargo, la mayor¨ªa de los cr¨ªmenes violentos no los cometen las mafias mexicanas, que, seg¨²n Antezana, se limitan al control de calidad y exportaci¨®n de la droga. "Son los narcos peruanos, las firmas peruanas que proveen la droga, los responsables de esas acciones", se?ala el experto.