El Grand Tour
Siete d¨ªas de viaje ¨Cdel 1 hasta el 7 de abril-, recepciones oficiales en tres capitales ¨CLondres, Praga y Ankara-, tres cumbres internacionales ¨Cdel G 20 ampliado, de la OTAN y con la Uni¨®n Europea-, dos discursos trascendentales ¨Csobre las relaciones transatl¨¢nticas y sobre proliferaci¨®n nuclear-, encuentros bilaterales con una cuarentena de primeros ministros y jefes de Estado ¨Cdesde Isabel de Inglaterra hasta el presidente chino, Hu Jintao-, y tres toros peligrosos que hay lidiar y matar: la recesi¨®n econ¨®mica global, el programa nuclear iran¨ª y la guerra de Afganist¨¢n. Estos son los elementos que entran en el primer viaje de Barack Obama a Europa como presidente de los Estados Unidos y segunda salida al extranjero; durante unas horas el nuevo presidente estuvo en viaje oficial en el vecino Canad¨¢. Son unas ¡®vacaciones europeas¡¯, seg¨²n palabras ir¨®nicas de Robert Gibbs el pasado viernes ante los periodistas en la sala de prensa de la Casa Blanca.
La nueva Administraci¨®n americana ha sembrado su acci¨®n exterior de signos que hay que ir decodificando cuidadosamente. Hay un cambio en la tradici¨®n: el primer viaje del presidente no fue al gran vecino del sur, M¨¦xico, sino a Canad¨¢; al igual que el primer viaje de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, no fue a Europa, sino a Asia. Poco antes de que Obama parta hacia Londres, su vicepresidente Joe Biden habr¨¢ regresado de su viaje a Latinoam¨¦rica, donde ha participado en la cumbre progresista de Vi?a del Mar, en Chile, y en una cumbre centroamericana en Costa Rica para preparar la Quinta Cumbre de las Am¨¦ricas que se celebrar¨¢ en Trinidad Tobago el 19 de abril de abril. A su vez, la se?ora Clinton estar¨¢ tambi¨¦n el martes en La Haya para un asunto de trascendencia como es una Cumbre sobre Afganist¨¢n, justo a los pocos d¨ªas de que su presidente haya lanzado una nueva estrategia, que significa un incremento en 21.000 soldados de la presencias de fuerzas norteamericanas en el pa¨ªs asi¨¢tico.
El viaje de esta semana es, pues, la primera prueba internacional de Obama, en la que se podr¨¢ observar c¨®mo funciona su tan admirado liderazgo a la hora de concertar pol¨ªticas con otros estados soberanos, con intereses distintos y en muchos casos divergentes. Llega con el trabajo de imagen internacional m¨¢s que culminado: en realidad lo consigui¨® ya en su anterior viaje a Europa, en agosto de 2008, cuando reuni¨® a m¨¢s de doscientos mil j¨®venes en el Tiergarten de Berl¨ªn y alcanz¨® uno de los momentos culminantes en la obaman¨ªa. No hay que olvidar que lo pag¨® inmediatamente en las encuestas, en las que declin¨® ligeramente su ventaja, que qued¨® triturada poco despu¨¦s con el lanzamiento de la candidatura de Sarah Palin como vicepresidente por parte de John McCain. La crisis no hab¨ªa golpeado todav¨ªa a Wall Street, momento en que su marcha hacia la Casa Blanca se convirti¨® en imparable.
Obama llega a Europa con necesidad de rematar alguna jugada. Si todo queda en bellas palabras, sin que sigan los hechos, su figura empezar¨¢ a quedar recortada, por la desconexi¨®n entre ilusiones y realidades, esperanzas difusas y objetivos concretos, ret¨®rica y pol¨ªtica. Esto es especialmente serio con relaci¨®n a la recuperaci¨®n econ¨®mica: si la cumbre de Londres del G-20 ampliado no se convierte en un trallazo que haga reaccionar a todos, inversionistas, ahorradores, Gobiernos, empresas y bolsas, puede ensancharse mucho m¨¢s el c¨ªrculo vicioso de la frustraci¨®n y del des¨¢nimo. Y adem¨¢s, en tal caso ya compartir¨¢ ¨¦l mismo parte de las responsabilidades.
Lo mismo cabe decir de los principales cap¨ªtulos que ocupar¨¢n su viaje: las relaciones con Ir¨¢n (en la reuni¨®n de La Haya, adonde acude una delegaci¨®n de Teher¨¢n, pueden producirse contactos y noticias); el compromiso de desarme con Rusia; o la recuperaci¨®n del pulso trasatl¨¢ntico (a pesar de la languidez y de la desidia europeas). Habr¨¢ que atender especialmente a la parte turca del ¡®grand tour¡¯ de Obama: el presidente quiere reafirmar la amistad con Turqu¨ªa y la importancia de su pertenencia a la Alianza Atl¨¢ntica y quiz¨¢s a la Uni¨®n Europea en el futuro. La Casa Blanca ya ha puntualizado que este viaje a Ankara y Estambul no es el viaje prometido en los primeros cien d¨ªas a un pa¨ªs musulm¨¢n; siendo Turqu¨ªa un pa¨ªs musulm¨¢n, esto significa que habr¨¢ otro y que el cap¨ªtulo turco sirve para subrayar especialmente las relaciones entre Washington y Ankara y nada m¨¢s.
De momento. Zapatero tambi¨¦n est¨¢ haciendo su ¡®grand tour¡¯, pero su periplo deber¨¢ ser objeto de otro comentario. Por hoy, ya basta.
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