Los herederos del ¨²ltimo gran cartel colombiano

W¨ªlber Varela, alias Jab¨®n, lleg¨® a convertirse en el jefe del Cartel del Norte del Valle, uno de los grupos mafiosos m¨¢s poderosos y sanguinarios de la historia del narcotr¨¢fico en Colombia. Hace 13 a?os, cuando era el jefe de las bandas de sicarios de este grupo, el coche en el que viajaba por una desolada carretera fue cerrado por otro autom¨®vil. Varios pistoleros abrieron fuego contra Varela. Sus escoltas reaccionaron y lo llevaron herido a una cl¨ªnica de Cali. Entre los hombres que el 15 de marzo de 1996 salvaron la vida de Varela estaba Luis Enrique Calle Serna, apodado Comba, que se convirti¨® en uno de los lugartenientes m¨¢s cercanos del capo.

Pero la historia del narcotr¨¢fico en Colombia ha sido escrita con guerras y traiciones. El beso de Judas se ha repetido una y otra vez. El 29 de enero de 2008, W¨ªlber Varela, por quien el Gobierno de Estados Unidos ofrec¨ªa cinco millones de d¨®lares como recompensa, fue encontrado muerto junto con su escolta en una caba?a de M¨¦rida, en Venezuela. Se escond¨ªa del asedio de las autoridades desde hac¨ªa cuatro a?os en ese pa¨ªs. El sobrenombre de Jab¨®n se lo hab¨ªa ganado por escurridizo, tanto para las autoridades como para sus enemigos. En la caba?a de M¨¦rida se cit¨® con uno de sus hombres, ten¨ªan una reuni¨®n. Fuentes de inteligencia de la polic¨ªa colombiana aseguran que en el lugar estuvieron Luis Enrique Calle Serna y otro hombre conocido con el alias de M¨®vil. Fueron ellos quienes mataron a su patr¨®n de un disparo en la cabeza.

Y a rey muerto, rey puesto. La muerte de Varela y la detenci¨®n del otro gran capo, Diego Montoya, alias Don Diego, dejaron el Cartel del Norte del Valle en manos de los hermanos Luis Enrique y Javier Antonio Calle Serna, Los Comba. Estos dos hermanos, que no superan los 40 a?os, se convirtieron en los nuevos reyes de la droga. Con m¨¢s de 15 a?os en el mundo del narcotr¨¢fico pasaron de ser sicarios a heredar el trono del ¨²ltimo gran cartel colombiano.

"Comba era lo que Varela fue para los primeros jefes del Norte del Valle: el jefe de los sicarios. Despu¨¦s repiti¨® su historia. Era igual de violento que su jefe, adem¨¢s era un sicario muy temerario", dice un oficial de la polic¨ªa.

Y la temeridad con la que salv¨® la vida a su patr¨®n cuando atentaron contra ¨¦l hizo que en el mismo a?o de 1996 le encargara el asesinato de uno de los trabajadores de Miguel Rodr¨ªguez, jefe del Cartel de Cali. Comba lider¨® en persona el grupo de sicarios que, armados hasta los dientes, entr¨® disparando en un restaurante del norte de Cali en busca del escolta. En el tirotero murieron el cu?ado de Miguel Rodr¨ªguez y dos escoltas; William, el hijo de Rodr¨ªguez, qued¨® herido.

Ese cap¨ªtulo forma ya parte de la guerra que llev¨® a su fin al cartel de los hermanos Rodr¨ªguez Orejuela y situ¨® a los jefes del Norte del Valle como los nuevos amos y se?ores del narcotr¨¢fico, que controlaban las rutas para sacar del pa¨ªs un promedio de 500 toneladas de coca¨ªna anuales hacia Estados Unidos y Europa.

Pero el Norte del Valle se fraccion¨®. Diego Montoya y Varela se disputaron la jefatura del clan. Y la punta del iceberg de esa lucha ocurri¨® en diciembre de 2002, cuando el narco colombiano Miguel Solano fue asesinado al salir de una discoteca cercana a la ciudad amurallada de Cartagena. Uno de los sicarios que lo mat¨® fue Comba. Y as¨ª comenz¨® una disputa que durante tres a?os dej¨® casi 2.000 muertos en Colombia.

A punta de pistola, Luis Enrique, el menor de tres hermanos, se convirti¨® en el jefe que manejaba las oficinas de cobro (bandas de sicarios). Luego, su poder aument¨® hasta dirigir, junto con Javier Antonio, los laboratorios y cultivos de coca en el Pac¨ªfico colombiano, una de las zonas m¨¢s apetecidas por el narcotr¨¢fico. Los 1.300 kil¨®metros del litoral, la mayor¨ªa ocupados por un laberinto selv¨¢tico de r¨ªos y esteros, hacen que la mayor cantidad de droga salga por esa ruta. Investigaciones de la fiscal¨ªa de Colombia se?alan a Javier Antonio como el propietario de un cargamento de siete toneladas y media de coca¨ªna, incautado en las selvas del Pac¨ªfico en 2005. La droga iba a ser trasladada en lanchas tipo Go Fast hacia M¨¦xico. A ese pa¨ªs hab¨ªa viajado en 2004 uno de los hermanos Comba, que estableci¨® contactos con el Cartel del Sinaloa de ese pa¨ªs.

El litoral Pac¨ªfico colombiano, formado por los departamentos de Choc¨®, Valle, Cauca y Nari?o, es el emporio del narcotr¨¢fico que heredaron Los Comba. Y est¨¢ defendido por un ej¨¦rcito de 1.200 hombres, liderados por Diego P¨¦rez Henao.

Los Rastrojos, como se les llama, cuidan cultivos y laboratorios en plena selva, e incluso se han unido en Nari?o y Cauca a la guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN). En la selva del Pac¨ªfico, seg¨²n el sistema de medici¨®n de la ONU, hay 25.960 hect¨¢reas sembradas de coca. Y el poder de este ej¨¦rcito privado lo demuestra el decomiso, el a?o pasado, de 607 fusiles de fabricaci¨®n china escondidos en una casa de Cali.

Los Comba, al igual que su antiguo jefe, son escurridizos. Varela, por quien el Gobierno estadounidense ofrec¨ªa cinco millones de d¨®lares de recompensa, nunca fue capturado. En la lista de los m¨¢s buscados aparec¨ªan 10 capos; casi todos terminaron extraditados a Estados Unidos.

El pasado marzo, los tres nuevos capos del narcotr¨¢fico colombiano entraron en el club de los m¨¢s buscados. Ofrecen cinco millones de d¨®lares por sus cabezas: Luis Enrique, Daniel El Loco Barrera, Pedro Oliverio Guerrero y Daniel Herrera, alias Don Mario, este ¨²ltimo detenido la semana pasada. Ahora, las bater¨ªas se enfilan sobre los tres capos que quedan por detener. Las autoridades colombianas saben que llevar a los hermanos Comba tras las rejas es dif¨ªcil. Las informaciones del espionaje colombiano ubican a Javier Antonio en alg¨²n lugar entre la frontera de Ecuador y algunos municipios del Valle del Cauca, mientras que aseguran que su hermano se desplaza entre el Valle y la ciudad de C¨²cuta, en la frontera con Venezuela.