Obama pone en pie a ?frica
El presidente llama al continente a luchar por la democracia y el progreso
Si yo pude, vosotros pod¨¦is. "Mi familia tiene la misma historia de tragedias y triunfos que la larga historia de ?frica". "Mi abuelo fue un cocinero para los brit¨¢nicos en Kenia a quien, pese a ser un viejo respetado en su pueblo, sus jefes siempre llamaron boy. Mi padre criaba cabras en una peque?a aldea". Yo pude. Vosotros ten¨¦is la palabra. "El mundo ser¨¢ tal y como vosotros lo hag¨¢is". Pod¨¦is sacar a ?frica del ciclo de desgobierno y conflictos en el que vive y crear un futuro mejor. "?Yes you can!".
Barack Obama ha llamado este s¨¢bado al continente africano a ponerse en pie, a recuperar el poder transformador de los movimientos de independencia y hacer ahora la revoluci¨®n de crear sociedades democr¨¢ticas y justas que permitan a ?frica subirse al tren del progreso. Ha animado a los africanos a seguir el ejemplo de Martin Luther King, a aprender de lo que la comunidad afroamericana ha conquistado en EE UU, ascendiendo desde la esclavitud a la Casa Blanca. "Con instituciones fuertes y con una fuerte voluntad, s¨¦ que los africanos pueden tambi¨¦n vivir su sue?o en Nairobi y en Lagos, en Kigali y en Kinshasa, en Harare y aqu¨ª, en Accra".
Sus argumentos han sido convincentes, no siempre complacientes, a veces cr¨ªticos y, generalmente, muy exigentes. Pero su piel negra envolv¨ªa sus palabras de una autenticidad y una credibilidad jam¨¢s vistas antes en estas latitudes. Un apellido africano, un africano en la cumbre del ¨¦xito, se dirig¨ªa a los suyos desde el Parlamento de Ghana. Concurr¨ªa, adem¨¢s, el peque?o detalle de que su t¨ªtulo era el de presidente de Estados Unidos.
La gente asist¨ªa en las calles al transcurso de la historia. Miles de personas han atravesado los basurales y charcos pestilentes que conforman el paisaje de Accra (de ?frica) para saludar al h¨¦roe all¨ª por donde pasara. ?Viva el presidente negro!, gritaban. ?Te queremos Obama! "Ojal¨¢ pudieras pasar por cada uno de los hogares de este pa¨ªs, porque en cada uno de ellos te adoran y quieren verte", le ha dicho el presidente de Ghana, John Evans Atta Mills.
Seguramente es un sentimiento compartido en otros pa¨ªses africanos, donde el discurso ha sido tambi¨¦n seguido en directo por la televisi¨®n. Pero Ghana es excepcional en un aspecto: dos ex presidentes y un presidente en ejercicio han asistido a la alocuci¨®n de Obama, todos ellos vivos, en libertad y en razonable cordialidad.
Obama ha advertido que el mundo est¨¢ cambiando y que ?frica tiene la ocasi¨®n de cambiar a su ritmo. "En este momento la historia est¨¢ en movimiento", ha asegurado. Mencion¨® que, antes de llegar a esta ciudad, ha participado en Mosc¨² en una reuni¨®n entre las superpotencias, y en Roma en una cumbre con los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo. "Pero el siglo XXI", ha dicho, "no se decidir¨¢ por lo que pase en Mosc¨², Roma o Washington, sino tambi¨¦n por lo que pase en Accra".
?frica ya ha sabido lo que es triunfar, ha recordado. Las generaciones posteriores supieron liberarse del colonialismo y abrir una puerta a la esperanza. Esa oportunidad, sin embargo, fue arruinada r¨¢pidamente por la tiran¨ªa y el caudillismo, y los africanos "cayeron en el cinismo y la desesperaci¨®n"; "la enfermedad y el conflicto arrasaron gran parte del continente".
"Es f¨¢cil apuntar con el dedo y culpar a otros de esos problemas. S¨ª, el mapa colonial ha alimentado a veces esos conflictos y Occidente se ha aproximado a ?frica con paternalismo, m¨¢s que como un socio. Pero Occidente no es responsable de la destrucci¨®n de la econom¨ªa de Zimbabue o de las guerras en las que alistan a ni?os como combatientes", ha afirmado.
?frica se detuvo tras conquistar su independencia, ha argumentado Obama. Ahora hay que recuperar el tiempo perdido. "Recibisteis la herencia de la libertad. Ahora ten¨¦is que construir sobre esa herencia". "Pero esta vez", ha dicho, "no ser¨¢n gigantes como [Kwame] Nkrumah y [Jomo] Kenyatta los que decidan el futuro de ?frica, sino que ser¨¢n ustedes y el pueblo que representan, especialmente los j¨®venes".
La condici¨®n esencial para ganar ese futuro es la democracia. "Los Gobiernos que respetan las libertades de sus pueblos son m¨¢s pr¨®speros, m¨¢s estables y m¨¢s exitosos que los que no lo hacen. Ning¨²n pa¨ªs va a crear bienestar si sus l¨ªderes se dedican a enriquecerse, si la polic¨ªa se vende a los traficantes de drogas. Nadie va a querer invertir en un pa¨ªs donde el Gobierno se lleva el 20%. Nadie va a querer vivir en una sociedad donde el imperio de la ley da paso a la brutalidad y la corrupci¨®n".
No ha sido un discurso filos¨®fico. Obama ha explicado a los africanos que la democracia no es hermosa, es ¨²til, que la libertad no es una meta, es un medio, y que las guerras y los abusos de poder, no s¨®lo son inmorales, sino que impiden el desarrollo. "En el siglo XXI", ha afirmado, "la creaci¨®n de instituciones eficaces, confiables y transparentes son la clave del ¨¦xito". "La historia no est¨¢ del lado de los que dan golpes de Estado o cambian la Constituci¨®n para mantenerse en el poder. ?frica no necesita hombres fuertes, necesita instituciones fuertes".
Existe, por supuesto, una obligaci¨®n moral por parte de Occidente de contribuir al desarrollo africano. La mejor prueba de ello es el castillo de Cape Coast , en la costa de Ghana, donde Obama ha recorrido los galpones en los que se hacinaban los esclavos a la espera de su viaje a Am¨¦rica. Obama ha prometido que su Gobierno va a asumir esa deuda. "EE UU ser¨¢ m¨¢s responsable al extender la mano. Cortando los costes en consultores occidentales y burocracia, pondremos m¨¢s recursos en quienes los necesitan".
Pero ni los 3.500 millones de d¨®lares (2.510 euros) que EE UU se ha comprometido a otorgar a ?frica en la cumbre del G-8 ni toda la ayuda del mundo pueden salvar a este continente. "Eso es una responsabilidad que s¨®lo corresponde a los africanos", ha manifestado. Y, ciertamente, Obama ha abordado poco despu¨¦s de esas palabras el Air Force One, y la noche ha ca¨ªdo met¨®dicamente sobre Accra.
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