Bolivia excluye el pasado criollo en el bicentenario de la independencia
El presidente Morales atribuye al indigenismo las primeras gestas libertadoras
Bolivia da ma?ana el pistoletazo de salida de las celebraciones del bicentenario de la independencia del Reino de Espa?a que recorrer¨¢n Am¨¦rica Latina a lo largo de los pr¨®ximos dos a?os. El festejo es para la diplomacia espa?ola una prueba crucial: es el primero de muchos actos reinvidicativos y lo es, adem¨¢s, en un terreno no menos que hostil a la hora de recordar a la ex potencia colonial.
El presidente Evo Morales ha preparado a la capital, La Paz, para grandes fastos. Los mandatarios del arco de la izquierda m¨¢s radical de la regi¨®n estar¨¢n a su lado. El venezolano Hugo Ch¨¢vez, el ecuatoriano Rafael Correa, el nicarag¨¹ense Daniel Ortega y el paraguayo Fernando Lugo confirmaron su asistencia, junto al vicepresidente de Cuba, Jorge Luis Sierra Cruz. Todos ellos son miembros de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra Am¨¦rica (ALBA). La mayor¨ªa de los dem¨¢s pa¨ªses env¨ªan a sus ministros de Exteriores y Espa?a estar¨¢ representada por el secretario de Estado para Iberoam¨¦rica, Juan Pablo de Laiglesia. Tambi¨¦n estar¨¢ el alcalde madrile?o, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, junto a otra veintena de ediles y militares de cinco pa¨ªses suramericanos.
Un detalle especial del desfile de invitados es la participaci¨®n de 260 jinetes que el pasado lunes iniciaron una cabalgata que concluye ma?ana con su entrada en la ciudad. Estar¨¢n acompa?ados de cientos de caminantes de las distintas comunidades ind¨ªgenas, invitados especialmente para la ocasi¨®n.
De la celebraci¨®n ha quedado excluida la mitad oriental de Bolivia. Las ricas provincias de Santa Cruz, Tarija, Beni o Chuquisaca, todas enfrentadas al Gobierno de Morales por mil y un motivos, y sobre todo por la reforma constitucional de corte indigenista que el Oriente boliviano, predominantemente criollo, rechaza tajantemente.
El pa¨ªs ya festej¨® dividido el pasado 25 de mayo las primeras ideas independentistas gestadas en la Universidad San Francisco Xavier en Chuquisaca. Hubo un acto en Sucre al que acudieron los gobernadores opositores a Morales y uno paralelo organizado por el Gobierno a unos pocos kil¨®metros de all¨ª. El presidente acudi¨® a El Villar, un peque?o poblado cercano a la capital, para rendir homenaje a la guerrillera Juana Azurduy (Potos¨ª, 1870), hero¨ªna de la guerra de la independencia boliviana entre 1816 y 1825. Azurduy, la primera mujer autorizada a vestir el uniforme del Ej¨¦rcito argentino y que recibi¨® el grado de teniente coronel en 1816, fue ayer ascendida a general a t¨ªtulo p¨®stumo por la presidenta Cristina Fern¨¢ndez.
La ausencia de las provincias de la oposici¨®n tambi¨¦n se debe al revisionismo hist¨®rico en el que se ha embarcado Evo Morales. El presidente sostiene que fueron los levantamientos ind¨ªgenas de 1781 los primeros gritos de libertad, y no el de los criollos de 1809 encabezados por el pace?o Pedro Domingo Murillo. Hay tambi¨¦n un sector indigenista radical que considera a Murillo un traidor porque prest¨® servicio en el Ej¨¦rcito de la corona espa?ola durante la sublevaci¨®n ind¨ªgena de Tupac Katari 28 a?os antes de la rebeli¨®n criolla. El lunes, cuatro desconocidos volaron un busto de Murillo en la localidad de Chulumani, la capital del distrito de Sud Yungas, lugar donde naci¨® el h¨¦roe nacional en 1757. Muchos historiadores que han debatido el tema recientemente coinciden en que los alzamientos ind¨ªgenas fueron "estallidos espor¨¢dicos de descontento contra las autoridades pero sin planes concretos".
El reputado historiador cruce?o Alcides Pareja, en alusi¨®n a Morales, dice que "la revoluci¨®n pace?a del 16 de julio, que tiene una gran importancia en el proceso hist¨®rico americano, se ha convertido en un instrumento pol¨ªtico del Movimiento Al Socialismo [el partido gobernante]. El festejo es el reflejo de lo que Morales propone para el pa¨ªs: una pol¨ªtica excluyente que, negando la historia, pretende crear una gran ayllu [territorio] a partir de la cultura aymara. Busca eliminar los resquicios coloniales y, al mismo tiempo, emprende una nueva colonizaci¨®n a partir de la cultura aymara. Propone un nuevo Estado, que ya no es una rep¨²blica, sino uno plurinacional excluyente que no abarca todo el territorio y en el que se reniega de todo lo que es la historia de los ¨²ltimos 500 a?os", a?ade Pareja.
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