Paisajes Peruanos (o Per¨² en la encrucijada)
Recientemente he tenido ocasi¨®n de visitar Per¨². Con motivo del cincuentenario del fallecimiento del Dr. Mara?¨®n en 2010, esta naci¨®n iberoamericana donde el c¨¦lebre m¨¦dico pas¨® los dif¨ªciles meses de agosto y septiembre de 1939, se dispone a conmemorar la efem¨¦ride con la concurrencia de instituciones pol¨ªticas, civiles y acad¨¦micas, que impulsar¨¢n exposiciones, c¨¢tedras universitarias o el descubrimiento de placas y bustos, entre otros actos conmemorativos.
La opini¨®n p¨²blica internacional ha seguido con atenci¨®n el conflicto desatado con motivo de los decretos legislativos impulsados por el Gobierno de Alan Garc¨ªa, que abr¨ªan la selva amaz¨®nica a la inversi¨®n privada y que condujeron a una revuelta de la poblaci¨®n ind¨ªgena que consideraba lesionados sus derechos y cuyo resultado, seg¨²n cifras oficiales, ha sido de 24 polic¨ªas y 10 civiles muertos, as¨ª como un centenar largo de personas heridas. El Gobierno, reconociendo una evidente falta de tacto en la tramitaci¨®n -adem¨¢s de una deficiente pol¨ªtica de comunicaci¨®n- derog¨® dichos decretos y una de las regiones m¨¢s pobres del Per¨² recobr¨®, moment¨¢neamente, la tranquilidad.
Con todo, fue el comienzo del fin del Gabinete encabezado por Yehude Simon, a pesar del inicial respaldo p¨²blico del presidente de la Rep¨²blica. Su descr¨¦dito ante la opini¨®n p¨²blica y la ciudadan¨ªa fue consecuencia, no s¨®lo de las revueltas en la Selva, sino tambi¨¦n de otros importantes frentes pol¨ªticos abiertos como la moci¨®n de confianza superada por escaso margen y planteada por la intervenci¨®n estatal de un canal de televisi¨®n, por citar un ejemplo. El propio Garc¨ªa tambi¨¦n ha visto seriamente mermada su imagen p¨²blica al defender un Gabinete ya amortizado.
Pero m¨¢s preocupante que la propia situaci¨®n pol¨ªtica es, a mi modo de ver, la percepci¨®n de deterioro socioecon¨®mico que se tiene en la calle. Ya sabemos que, en ocasiones, la apreciaci¨®n generalizada no coincide con la realidad si medimos ¨¦sta en cifras macroecon¨®micas. Y el Per¨² es un buen ejemplo. Ahora que comienza a sentirse el efecto de la crisis econ¨®mica, se tiene la sensaci¨®n de que se ha dilapidado un momento inmejorable, tras m¨¢s de seis a?os de crecimiento sostenido del PIB por encima del 5% de tasa media anual -con excepci¨®n del 2003 con el 4%-, para conformar esa clase media tan necesaria para que las democracias caminen por los senderos de la estabilidad.
De hecho, no son pocos los que sostienen que, en este tiempo prolongado de bonanza en el Per¨² s¨®lo se han enriquecido unos pocos, mientras que el com¨²n de la poblaci¨®n no ha visto mejorada su situaci¨®n. Y esta es una sensaci¨®n que cunde por todo el pa¨ªs, no ¨²nicamente en su centro neur¨¢lgico, Lima, donde junto a los bellos barrios de clases acomodadas, como Miraflores, San Isidro o La Molina, se encuentra un cintur¨®n donde aflora la pobreza. Aunque algunos distritos hayan experimentado una evidente mejor¨ªa -pi¨¦nsese, por ejemplo, en la buena gesti¨®n del Alcalde Dupuy en Ate-, en todo caso, la percepci¨®n de amplias capas sociales del pa¨ªs sobre la situaci¨®n real es negativa y si el sentir com¨²n es ¨¦ste, el nuevo Gabinete del hasta ahora presidente del Congreso, el aprista Vel¨¢squez Quesqu¨¦n, debe tratar de contrarrestar dicha imagen si quiere tener alguna posibilidad de ¨¦xito.
En la bell¨ªsima naci¨®n andina uno encuentra tres ¨¢reas bien diferenciadas en lo ¨¦tnico, cultural, social y econ¨®mico: Costa, Sierra y Selva. Con una poblaci¨®n que roza los 29 millones de personas en un territorio que supera en kil¨®metros cuadrados la superficie de Francia, Espa?a y Portugal, Lima tiene m¨¢s de ocho millones de habitantes. Es decir, un pa¨ªs escasamente poblado con excepci¨®n de su populosa capital. Si en la selva la situaci¨®n es convulsa, en la costa, adem¨¢s de la crispada realidad lime?a, he tenido ocasi¨®n de visitar la ciudad de Chiclayo en la regi¨®n de Lambayeque. Aqu¨ª s¨ª la situaci¨®n es m¨¢s tranquila a d¨ªa de hoy, aunque hay una sorda insatisfacci¨®n, sobre todo entre los m¨¢s j¨®venes, ante las escasas esperanzas de desarrollo profesional. Por otro lado, en la otrora siempre revolucionaria regi¨®n de la Sierra la situaci¨®n no es m¨¢s halag¨¹e?a. Por poner un ejemplo, d¨ªas atr¨¢s en Cuzco, donde hay un estado latente de potencial violencia y coincidiendo con la fiesta popular del Inti Raymi, se produjeron algunos altercados en el orden p¨²blico con el bloqueo de carreteras y del aeropuerto.
En definitiva, el acierto de las medidas que adopte el nuevo Gabinete de Javier Vel¨¢squez Quesqu¨¦n ser¨¢ fundamental para que las aguas pol¨ªticas retornen a su cauce en los pr¨®ximos meses. Ante las elecciones presidenciales del pr¨®ximo 2011, las encuestas dan como favorita a Keiko Fujimori y, entre los posibles aspirantes a la segunda vuelta, apunta otra vez, como ya sucediera en 2006, la candidatura del indigenista Ollanta Humala que, dada su formaci¨®n, universitaria y de importante rango militar, no creo que sea preciso identificarle exactamente con otras figuras del continente como Evo Morales o Hugo Ch¨¢vez.
En este hipot¨¦tico escenario, quedar¨ªan desarbolados tanto la izquierda socialdem¨®crata aprista, muy deslegitimada por la actual situaci¨®n pol¨ªtica, como el centroderecha, por su propia fragmentaci¨®n, si bien tiene candidatos muy bien valorados como la democristiana Lourdes Flores, que ya perdi¨® dos concurrencias electorales, el Presidente Regional del Callao, Alex Kouri, o el de Lima, Luis Casta?eda. Si el APRA no recompone su imagen y ese centroderecha no alcanza una candidatura de coalici¨®n que podr¨ªa aglutinar el expresidente Toledo, parece que la contienda electoral se plantear¨¢ entre las opciones menos moderadas del neofujimorismo por la derecha y el neoindigenismo de Ollanta, por la izquierda.
En todo caso, de aqu¨ª a 2011 puede ocurrir de todo. Confiemos en que los baluartes de la pol¨ªtica peruana, as¨ª como algunos de sus mejores intelectuales, que est¨¢n alertando de la gravedad de la situaci¨®n -no hace mucho lo ha hecho en estas mismas p¨¢ginas Mario Vargas Llosa, Victoria p¨ªrrica 28 de junio de 2009, y tambi¨¦n lo reflejaba en una brillante columna Fern¨¢n Altuve-Febres Lores en el diario peruano La Raz¨®n, Esperando a los b¨¢rbaros, el pasado 25 de junio-, acierten a guiar los pasos de esta querida naci¨®n por el sendero de la estabilidad y el progreso. A nadie se le escapa que la tentaci¨®n extremista alarga su sombra sobre el continente americano y que Per¨², por su importancia hist¨®rica y geoestrat¨¦gica, es fundamental en la lucha por la libertad.
* Antonio L¨®pez Vega es historiador.
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