La doble tragedia de Acteal
La Suprema Corte de Justicia de M¨¦xico resuelve la libertad de los acusados de la matanza de 45 ind¨ªgenas en Chiapas en 1997
Adivinanza de humor negro: ?En M¨¦xico, qu¨¦ es una verdad? Una mentira con dos testigos. La cosa ser¨ªa de risa sino fuera porque, como ilustra el fallo de este mi¨¦rcoles de la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n, en este pa¨ªs hay inocentes en las c¨¢rceles y en las calles, culpables. El m¨¢ximo tribunal del pa¨ªs decret¨® ayer la libertad inmediata de una veintena de ind¨ªgenas, acusados de masacrar el 22 de diciembre de 1997 a 45 ind¨ªgenas, la mayor¨ªa mujeres y ni?os, en Acteal, municipio de Chenhal¨®, Chiapas.
A la barbarie de quienes perpetraron la matanza del grupo que tranquilamente rezaba aquella tarde de hace casi 12 a?os, sigui¨® la de los cuerpos de "procuraci¨®n de justicia". Los Gobiernos priistas de entonces, tanto el de Chiapas como el federal, presidido por Ernesto Zedillo, se vieron sacudidos: cayeron el gobernador chiapaneco y el secretario de Gobernaci¨®n (ministro de Interior). Pero, lejos de comprometerse a resolver el caso conforme a derecho, la autoridad mont¨® una farsa que ayer recibi¨® el tiro de gracia por parte de la Suprema Corte, despu¨¦s de que abogados, acad¨¦micos y periodistas denunciaran durante a?os que los procesos hac¨ªan agua por todas partes, que se hab¨ªan inventado culpables, testimonios y m¨®viles.
"No hay peor injusticia que tratar de enmendarla cometiendo otra", afirm¨® durante el debate de ayer en la Primera Sala de la Corte el magistrado Juan Silva Meza. La votaci¨®n final fue de cuatro votos contra uno a favor de la liberaci¨®n inmediata de 20 ind¨ªgenas. Otros 31 podr¨ªan salir cuando se resuelva un tr¨¢mite legal y a seis m¨¢s se les repetir¨¢ el proceso. El fallo de los magistrados establece que muchas de las pruebas de los procesos se obtuvieron de forma ilegal y que hasta la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (fiscal¨ªa) hab¨ªa inventado pruebas.
La lista de aberraciones jur¨ªdicas ser¨ªa motivo de risa si uno perdiera de vista por unos segundos que decenas de familias vieron destruida su tranquilidad los ¨²ltimos 11 a?os debido a, por ejemplo, un testigo que la primera vez que fue interrogado declar¨® formalmente no hablar ni escribir en castellano, para, poco despu¨¦s, ser el autor de una "lista de culpables" que era prolija en detalles sobre su paradero. O c¨®mo la polic¨ªa elabor¨® un ¨¢lbum de fotograf¨ªas para que sus testigos reconocieran a los que deb¨ªan se?alar como culpables cuando tuvieran que hacerlo dentro de las diligencias. O el juez que agreg¨® delitos al expediente que el fiscal no hab¨ªa incluido. O cuando otro juez bas¨® su resoluci¨®n en Wikipedia.
El abogado Javier Cruz Angulo, quien desde 2007 lleva la defensa de los encarcelados, detalla una de las aberraciones: "El juez segundo de distrito, Mart¨ªn Rangel Cervantes, basa la sentencia sobre el peritaje en bal¨ªstica en Wikipedia. Para llevarlo al absurdo, yo podr¨ªa decir que si hubiera sabido que el juez iba a hacer eso, y como wikipedia es una p¨¢gina que cualquiera puede modificar, habr¨ªa puesto en la misma que los procesados eran inocentes para que, basado en eso, el juez los absolviera".
Con machetes y balas, mientras oraban, en Acteal fueron abatidas 14 ni?as, 4 ni?os, 4 mujeres embarazadas, otras 15 mujeres y 8 hombres. Se acusaba a la comunidad de ser simpatizante del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN). Se cree que algunos de los verdaderos autores de la matanza, atribuida a grupos paramilitares financiados por el Gobierno, fallecieron en libertad.
El caso lleg¨® a al Supremo en agosto del a?o pasado, cuando acept¨® revisar la solicitud de amparo demandada por 57 presos. Durante su discusi¨®n de ayer, los magistrados establecieron claramente que no se puede saber si entre los que obtendr¨¢n su libertad hay alguno o algunos que s¨ª tengan culpa, porque lo ¨²nico que determinaron es que, adem¨¢s de violaci¨®n de las garant¨ªas de los procesados, hubo invenci¨®n de pruebas.
"Se dieron irregularidades en las actuaciones procesales, pruebas indebidamente recabadas, con lo que se afect¨® el debido proceso, y la obligaci¨®n de salvaguardar las garant¨ªas individuales", argument¨® el magistrado Jos¨¦ Ram¨®n Coss¨ªo al pronunciarse a favor de la liberaci¨®n.
Fuera del tribunal el fallo fue recibido con j¨²bilo por los familiares de los acusados y sus abogados, pero tambi¨¦n con recelo por los l¨ªderes de la comunidad de Las Abejas, a la que pertenec¨ªan los tzoltziles asesinados: ellos, naturalmente, siguen esperando justicia.
Cruz Angulo escribi¨® en El Universal: "Acteal es un laberinto de papel, mitos, realidades y posiciones polarizadas. Jueces y ministerios p¨²blicos fueron los arquitectos de un laberinto de m¨¢s de 100 mil hojas. (...) Es una doble tragedia: por un lado tienes una abominable masacre y por el otro tienes m¨¢s de 50 seres humanos encarcelados sin pruebas. Frente a la brutalidad de esa doble tragedia cobra total sentido la necesidad de que existan leyes, de que se respeten y de que se garantice la existencia del debido proceso".
"Es bueno que la Corte [Suprema] se est¨¦ involucrando en estos casos", dijo ayer Cruz Angulo a EL PA?S. Cabe preguntarse si los 11 magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n tendr¨¢n capacidad para resolver todo lo que cientos de jueces y magistrados no han hecho en todo el pa¨ªs para desbaratar casos mal presentados por otros cientos de fiscales que cada d¨ªa procesan a los mexicanos.
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