Guatemala enjuicia la guerra civil
Un tribunal condena a un ex jefe militar por la desaparici¨®n de seis personas durante la guerra civil que desangr¨® el pa¨ªs durante 36 a?os
U n tribunal de la ciudad Chimaltenango, a 60 kil¨®metros al este de la capital guatemalteca, conden¨® este martes a 150 a?os de prisi¨®n al ex comisionado militar Felipe Cusanero Coj por el secuestro y desaparici¨®n de seis ind¨ªgenas -entre ellos dos mujeres- durante el conflicto armado que desangr¨® Guatemala entre 1960 y 1996. La sentencia es la primera de esta ¨ªndole por cr¨ªmenes durante la guerra civil, en la que desaparecieron unas 50.000 personas. La importancia del fallo motiv¨® que varios embajadores extranjeros estuviesen presentes en la sala y mostrasen su satisfacci¨®n por la resoluci¨®n.
Cusanero, de 68 a?os, es actualmente catequista de la Iglesia cat¨®lica. Los familiares de las v¨ªctimas, que durante el juicio brindaron los testimonios que permitieron la condena del ex paramilitar, denunciaron el fin de semana que son v¨ªctimas de amenazas por parte de los hermanos y parientes del condenado. "Nos amenazaron con hacernos desaparecer uno a uno", dijeron ante la Fiscal¨ªa, ante la que reclaman que se obligue al condenado a decir d¨®nde se encuentran los restos de los desaparecidos "para darles sepultura de acuerdo con los ritos de nuestros antepasados".
En la cosmogon¨ªa maya, el alma de los difuntos no descansa hasta recibir sepultura de acuerdo con la tradici¨®n, responsabilidad que recae directamente sobre los familiares. Este ritual, en una poblaci¨®n profundamente religiosa, constituye un elemento m¨¢s de tortura para quienes tienen parientes desaparecidos.
Fueron necesarios cinco a?os para que los familiares de las v¨ªctimas del delito de desaparici¨®n forzada de la aldea Choatalum pudieran encontrar una respuesta dentro del sistema de justicia nacional. En ese per¨ªodo, y durante los d¨ªas que dur¨® el debate p¨²blico, la defensa legal del imputado present¨® recursos con el objetivo de retrasar el proceso.
Seg¨²n el sumario, "durante el per¨ªodo comprendido de septiembre de 1982 a octubre de 1984, se perpetraron seis desapariciones forzadas contra los vecinos Santiago Sutuj, Alejo Culajay Ic, Lorenzo Avila, Filomena L¨®pez Chajchaguin, Encarnaci¨®n L¨®pez L¨®pez y Mario Augusto Tay Cajt¨ª. Las detenciones ilegales fueron realizadas por Felipe Cusanero Coj. Algunas fueron perpetradas en compa?¨ªa de miembros del Ej¨¦rcito o de Patrulleros Civiles", en alusi¨®n a las tenebrosas Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), integradas mayoritariamente por campesinos mayas reclutados a lazo bajo las ¨®rdenes del Ej¨¦rcito.
La condena se considera paradigm¨¢tica por tratarse del primer caso por desaparici¨®n forzada que llega a juicio en este pa¨ªs centroamericano. Aunque hay conciencia de que se trata del eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la larga cadena de la represi¨®n, abre alg¨²n par¨¦ntesis de esperanza para que se lleven a cabo procesos similares.
La desproporcionada represi¨®n militar hacia las guerrillas de inspiraci¨®n marxista, hacen que la guerra civil guatemalteca sea considerada como la m¨¢s sanguinaria de Latinoam¨¦rica. Las estad¨ªsticas confirman esa apreciaci¨®n. S¨®lo entre 1981 y 1983, durante los reg¨ªmenes de los generales Romeo Lucas Garc¨ªa y Efra¨ªn R¨ªos Montt, las masacres en contra de poblaci¨®n civil desarmada borraron del mapa m¨¢s de 400 aldeas; murieron alrededor de 75.000 personas y un mill¨®n de campesinos buscaron refugio en la selva o cruzaron la frontera de M¨¦xico, seg¨²n queda documentado en los informes Guatemala, Nunca M¨¢s, del asesinado obispo Juan Gerardi, y Guatemala, Memoria del Silencio, de la Comisi¨®n de Esclarecimiento Hist¨®rico, patrocinada por la ONU. El conflicto se sald¨® con 250.000 muertos y 50.000 desaparecidos, seg¨²n cifras oficiales.
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