Sobre la pena de telediario
Sin gloria de telediario no hay pena de telediario. Esta pena no la sufren los seres oscuros y desconocidos. Alguien podr¨ªa construir una ecuaci¨®n: cuanta mayor ha sido la exposici¨®n de alguien en los telediarios, mayor es la pena que sufre esta persona cuando aparece esposada y transportada por la polic¨ªa en el telediario.
?Totalitaria la pena de telediario? En ning¨²n otro pa¨ªs como en Estados Unidos tiene tanta vigencia la pena de telediario. Estrellas cinematogr¨¢ficas, cantantes, deportistas y pol¨ªticos, desde gobernadores hasta congresistas, aparecen de vez en cuando esposados ante el juez, deslumbrados por los flashes y apretujados por los periodistas.
La justicia totalitaria es secreta y opaca. Se detiene, juzga y ejecuta en silencio. Se solicita a las c¨¢maras s¨®lo para lo imprescindible. Pero el grueso del procedimiento penal se produce en los s¨®tanos, en habitaciones aisladas y de paredes espesas, para que arriba no se oigan los gritos de horror de los condenados.
Hay casos especiales, es verdad, en los que se combina el arcaico ejercicio de ejemplaridad p¨²blica con la fr¨ªa actuaci¨®n de la maquinaria totalitaria. Por ejemplo, las ejecuciones en los estadios chinos o iran¨ªes, por tiro en la nuca o por la gr¨²a convertida en horca. Pero ah¨ª no hay pena de telediario. Los reos llegan al cadalso despu¨¦s de que ya se les ha extra¨ªdo cualquier asomo de dignidad y de verg¨¹enza. Estamos ante la pura amenaza colectiva.
Tambi¨¦n hay el delito de telediario: ocuparlo hasta convertirse en su propietario. De todos los telediarios. Quien lo comete es quien m¨¢s puede temer que alg¨²n d¨ªa le llegue la pena de telediario. No suceder¨¢: pero por si acaso, el mayor delincuente de telediario, Berlusconi, de vez en cuando regala a los periodistas y fot¨®grafos el gesto sarc¨¢stico de mostrarse como si estuviera esposado ante ellos. Activa as¨ª la imaginaci¨®n y recuerda que ¨¦sta es la mayor pena que se le podr¨ªa infligir. Pero tambi¨¦n act¨²a como una carcajada y un exorcismo para que no suceda.
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