La insoportable contradicci¨®n del ser (mexicano)
Rechazo en M¨¦xico al matrimonio gay, pero son pocos los que har¨ªan algo para impedirlo
"Yo creo que el matrimonio entre personas del mismo sexo va en contra de los valores de la familia mexicana", opina el 59% de las personas que entrevistamos para la encuesta que hoy entregamos a elpais.com. Pero apenas la quinta parte de ellas (16% respecto al total de entrevistados) estar¨ªa dispuesta a participar en acciones para evitar que se concrete su legalizaci¨®n, tal y como lo pidi¨® desde el p¨²lpito el Cardenal Primado de M¨¦xico Norberto Rivera Carrera.
No estar de acuerdo con cierto comportamiento social no necesariamente implica que se le quiera ver desterrado de la faz del planeta, como lo pretende hacer creer el partido Acci¨®n Nacional, que est¨¢ buscando por todos los medios presionar para que se derogue la ley que en Ciudad de M¨¦xico permitir¨¢ las uniones entre homosexuales como matrimonio, con todos los derechos del caso.
Es cierto que la mayor¨ªa de los mexicanos no est¨¢n de acuerdo con los matrimonios gay, pero resulta por dem¨¢s temerario y ma?oso que a partir de estas opiniones la Iglesia Cat¨®lica y el PAN pretendan demandar que la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n suspenda una ley, porque en ese caso habr¨ªa que hacer algo tambi¨¦n con la tan recurrente y tolerada infidelidad conyugal, ya que para el 71% de los mexicanos es un asunto que resulta inaceptable. ?Qu¨¦, volvemos a matar a pedradas a los ad¨²lteros como en los tiempos b¨ªblicos?
Sin duda, la parte m¨¢s pol¨¦mica de la ley sobre matrimonios homosexuales aprobada en la capital mexicana en diciembre pasado, es que les confiere el derecho a adoptar tal y como lo tienen los matrimonios heterosexuales. Aunque apenas un 6% de los mexicanos conoce personalmente a alguna familia homoparental como lo reportamos en este espacio el lunes pasado, el 66% est¨¢ convencido que los hijos de matrimonios homosexuales quedan afectados sicol¨®gicamente, pero tambi¨¦n hay que decir que el 78% dice lo mismo de los hijos de matrimonios heterosexuales que se divorcian, y no por eso claman que se proh¨ªba el divorcio ?o s¨ª?
"Los ni?os adoptados por parejas del mismo sexo van a crecer siendo excluidos por la sociedad", nos dijo el 54% de las personas que entrevistamos. Pero ojo, 51% reconoci¨® tambi¨¦n que siempre ser¨¢ mejor para un ni?o hu¨¦rfano formar parte de una familia homoparental que vivir sin familia alguna.
Esta suposici¨®n de la mayor¨ªa de que los hijos de familias homoparentales tendr¨ªan problemas de aceptaci¨®n entre la sociedad es una de las razones que Acci¨®n Nacional piensa exponer para pedir que se detenga la aplicaci¨®n de la ley en el Distrito Federal, pero ?no era ese tambi¨¦n uno de los argumentos m¨¢s recurrentes entre los que se opon¨ªan a establecer cuotas m¨ªnimas para alumnos de color en las universidades en los Estados Unidos de los a?os sesenta? ?No se pensaba acaso en la sociedad del siglo XIX que las mujeres con educaci¨®n universitaria estar¨ªan irremediablemente condenadas a ser unas solteronas solitarias?
Como siempre, las mayor¨ªas se oponen a cualquier cambio radical en el comportamiento social establecido. Supongo que lo mismo ocurri¨® cuando Fray Bartolom¨¦ de las Casas quiso convencer al M¨¦xico colonial de la condici¨®n humana de los ind¨ªgenas americanos, o cuando las socias sufragistas luchaban porque se le reconociera el derecho a votar a las mujeres inglesas de principios del siglo XX. Me pregunto qu¨¦ hubiera pasado si las autoridades de entonces hubieran cedido ante el desacuerdo general que estoy segura prevalec¨ªa en la mayor¨ªa de las personas que viv¨ªa en las sociedades de aquellos tiempos.
El hecho es que el debate desatado por la ley de matrimonios homosexuales en el Distrito Federal ha provocado un caudal de declaraciones de la jerarqu¨ªa cat¨®lica llamando desde los p¨²lpitos a la desobediencia civil -a trav¨¦s de todos los medios legales, dicen- y eso para el 52% de los mexicanos es una clara violaci¨®n al mandato constitucional de la no intervenci¨®n de la Iglesia en cuestiones de Estado. Y si bien es cierto que la mayor¨ªa considera que no es motivo suficiente para que el gobierno los amoneste, tambi¨¦n lo es que, como el grano de mostaza en la par¨¢bola b¨ªblica, son muy pocos los llamados a la sublevaci¨®n que est¨¢n cayendo en tierra f¨¦rtil.
Esperemos que con esta ley no ocurra como con la de la despenalizaci¨®n del aborto, cuya aprobaci¨®n en la Ciudad de M¨¦xico provoc¨® que en m¨¢s de la mitad de las entidades federativas se modificaran las constituciones locales para poner candados que har¨¢n imposible cualquier intento, por m¨ªnimo que sea, por reconocer a la mujer su derecho a decidir. Digo yo que si en aquel caso los reaccionarios y sus aliados fueron capaces de estampar en los textos constitucionales, contraviniendo el m¨¢s elemental criterio cient¨ªfico, que la vida comienza en el momento de la concepci¨®n, ahora ser¨ªan capaces tambi¨¦n de convertir en precepto constitucional la idea decimon¨®nica de que el ¨²nico objetivo de las relaciones sexuales es procrear, y en ese caso ?s¨ª que estar¨ªamos fritos!.
NOTA METODOL?GICA. Encuesta telef¨®nica realizada el 9 de enero, considerando 500 entrevistas a personas mayores de 18 a?os seleccionadas mediante un muestreo aleatorio simple sobre el listado de tel¨¦fonos del pa¨ªs. Con el 95% de confianza, el error estad¨ªstico m¨¢ximo que podr¨ªa esperarse es del +/- 4.5
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