La feria de la compasi¨®n
Los expertos alertan a los donantes del riesgo de malgastar las ayudas
En las emergencias la carrera de la solidaridad discurre por una autopista, acompa?ada por los focos de la atenci¨®n medi¨¢tica. El terremoto de Hait¨ª no es una excepci¨®n. La comunidad internacional no ha ahorrado en los ¨²ltimos d¨ªas en promesas de ayuda que ser¨¢n revisadas ma?ana lunes en la conferencia de donantes que se celebra en Montreal (Canad¨¢). Pero el riesgo de que pasadas algunas semanas, unos meses, la autopista se convierta en una senda sin salida, est¨¢ a la vuelta de la esquina. Para Hait¨ª no ser¨ªa la primera vez. En la conferencia que se celebr¨® en Washington en abril de 2009, prometieron 350 millones de d¨®lares (245 millones de euros) para ayudar el pa¨ªs a recuperarse de la devastaci¨®n que los huracanes provocaron en 2008. Ya en septiembre, el enviado especial de la ONU para Hait¨ª, Bill Clinton, reproch¨® a los donantes la lentitud y el incumplimiento de sus promesas.
No s¨®lo est¨¢ el dinero que no llega. Las im¨¢genes de la destrucci¨®n causada por el terremoto del 12 de enero tambi¨¦n han recordado todos los fondos que en estos a?os s¨ª han llegado al pa¨ªs sin que esto sirviera para garantizar mejores infraestructuras capaces de resistir a los desastres. S¨®lo Estados Unidos desembols¨® entre 2004 y 2008 unos 800 millones de d¨®lares. En ¨¦sta c¨®mo en las pasadas crisis de Hait¨ª, lo que est¨¢ en juego no es s¨®lo la cuant¨ªa de las ayudas sino su eficacia. "El problema es que Hait¨ª antes del terremoto ya era una sociedad muy fr¨¢gil, debilitada por gobiernos inestables, por los desastres naturales y por la falta de las estructuras b¨¢sicas del Estado", comenta desde Bruselas, Donald Steinberg, vicepresidente del Grupo de Crisis Internacionales .
"Quien cree que se trata s¨®lo de reconstruir hospitales, escuelas y viviendas est¨¢ completamente equivocado. Los donantes tienen que entender que hace falta reconstruir el sistema pol¨ªtico y el tejido econ¨®mico del pa¨ªs", dice, convencido de que la clave para evitar los errores del pasado se basa en m¨¢s controles y una mayor coordinaci¨®n de las ayudas. "Todos quieren participar pero todos tienen que reconocer que hace falta coordinaci¨®n y que de ¨¦so tiene que encargarse la ONU. Hay que tener claro qui¨¦n va a hacer qu¨¦, evitando repeticiones y competiciones. Y los Estados tienen que meter de lado sus intereses nacionales", subraya Steinberg. Algo no tan f¨¢cil, considerando las fricciones que tambi¨¦n se han visto en Hait¨ª. Pero algo necesario para evitar que la carrera de las ayudas aporte m¨¢s da?os que beneficios, como dej¨® claro el ¨²ltimo editorial publicado por la revista cient¨ªfica The Lancet que habla de "obsesi¨®n" de la recaudaci¨®n de fondos en la que gobiernos, agencias internacionales y ONG "se empujan" para hacerse un sitio.
Los efectos colaterales son los que ha recogido la Coalici¨®n para la Evaluaci¨®n del Tsunami (TEC, en su sigla ingl¨¦s), una organizaci¨®n independiente creada con el apoyo de los donantes controlar el flujo de las ayudas enviadas tras el desastre que azot¨® el sureste asi¨¢tico en 2004. La TEC ha reiterado que la eficacia de la intervenci¨®n en el ¨¢rea se vio afectada por la multiplicaci¨®n de los proyectos y su falta de coordinaci¨®n y de objetivos a largo plazo.
Es lo que, sin ir m¨¢s lejos, tambi¨¦n est¨¢ pasando en Georgia. Tras el conflicto de 2008, la conferencia de donantes que se celebr¨® dos meses despu¨¦s, estableci¨® para el pa¨ªs una ayuda de 4.500 millones de d¨®lares, de los cuales 3.000 en forma de pr¨¦stamos y 1.500 como donaciones. Un a?o despu¨¦s el problema, seg¨²n la secci¨®n georgiana de la organizaci¨®n Transparencia Internacional, es contabilizar cu¨¢nto dinero ha efectivamente llegado y evitar que las inversiones se limiten a proyectos no prioritarios.
"Al Gobierno le gustan las grandes infraestructuras porque son muy visibles, mientras que las inversiones en la industria y en la formaci¨®n necesitan a?os para ofrecer resultados", comenta desde Tbilisi, Caitlin Ryan, experta de la organizaci¨®n. "Mucho dinero se despilfarra, muchas veces por razones pol¨ªticas. Mientras que podr¨ªa ser utilizado para el crecimiento a largo plazo del pa¨ªs", a?ade. Seg¨²n Ryan, "probablemente hay que rebajar las expectativas sobre lo que las ayudas pueden hacer, sobre todo en el breve plazo. Tenemos que cambiar el horizonte temporal de la ayuda, con proyectos de 10 a?os o m¨¢s. Lo cual har¨ªa m¨¢s responsables a los donantes y quiz¨¢ despolitizar¨ªa a las intervenciones". Como decir que las carreras de las ayudas no se ganan en los cien metros lisos sino a lo largo de un marat¨®n.
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