Kirchner s¨ª, Kirchner no, 2.0

Barack Obama pasar¨¢ a la historia no s¨®lo como el primer presidente negro de Estados Unidos, sino tambi¨¦n como el primer mandatario que comprendi¨® y aprovech¨® el potencial de Internet como herramienta pol¨ªtica. Desde su c¨¦lebre campa?a electoral en 2008, no hay estrategia de marketing pol¨ªtico que no reserve parte del presupuesto para la web: la imagen del candidato aparece en redes sociales, y todos moderan foros de opini¨®n y emiten mensajes por Twitter o exponen sus ideas en blogs. En Argentina, pa¨ªs tradicionalmente adelantado en cuestiones digitales, la confrontaci¨®n pol¨ªtica tambi¨¦n ha llegado a Internet. Destacados blogueros defienden y vienen criticando al Ejecutivo, a la oposici¨®n o al sector agropecuario desde hace a?os. Ahora son los cibermilitantes kirchneristas y antikirchneristas los que libran una batalla virtual para proteger o da?ar la reputaci¨®n de un Gobierno criticado por un sector mayoritario de la prensa y con ¨ªndices de popularidad entre los m¨¢s bajos del continente. Ocho millones de j¨®venes (menores de 35 a?os) est¨¢n convocados a las urnas en 2011, y dos terceras partes de ellos tienen cuenta hoy en alguna red social online.

Al introducir el apellido Kirchner en Facebook (la red social m¨¢s utilizada del mundo) se descubren grupos que alientan la presentaci¨®n de una candidatura presidencial conjunta del matrimonio formado por la actual presidenta, Cristina Fern¨¢ndez, y su esposo y antecesor, N¨¦stor Kirchner, en las elecciones de 2011 ("?Por la f¨®rmula Kirchner-Kirchner 2011", 2.400 admiradores), y grupos que prefieren la postulaci¨®n individual del hoy diputado ("N¨¦stor Kirchner-presidente 2011", 2.670 admiradores).

Sus adversarios no se quedan atr¨¢s: en el grupo "A que encuentro 10.000 personas que odian a Cristina Kirchner" se recogen miles de opiniones contrarias a la pol¨ªtica del matrimonio K. El grupo m¨¢s nutrido, cuyo nombre contiene injurias irreproducibles, presenta m¨¢s de 17.000 admiradores que dejan su orientaci¨®n pol¨ªtica con nombre y apellido a la vista de todos.

Grupos de presi¨®n

No es muy diferente el perfil virtual de otros destacados pol¨ªticos argentinos, como Julio Cobos (vicepresidente del Gobierno y, sin embargo, rival del matrimonio Kirchner) o Mauricio Macri (alcalde de Buenos Aires). Son decenas los grupos y p¨¢ginas creados para denostar o alabar su figura, pero en t¨¦rminos num¨¦ricos generan bastantes menos pasiones que el matrimonio presidencial.

Ante la creciente polarizaci¨®n de la pol¨ªtica nacional, resulta llamativo c¨®mo los creadores de algunos grupos y blogs sienten la necesidad de defenderse preventivamente y aclarar: "No queremos que caiga el Gobierno, queremos que se hagan las cosas como se debe". O bien precisan que su grupo "es para debatir, pero no se va a admitir ningun tono agresivo, y en caso de detectar agresi¨®n, ser¨¢s removido del grupo". En otros, sin embargo, se despedaza sin piedad a unos y otros.

La inagotable creatividad argentina se muestra especialmente f¨¦rtil en Youtube, donde pueden encontrarse v¨ªdeos y presentaciones ir¨®nicas en distinto formato, de todo signo pol¨ªtico.

La incidencia real del e-marketing pol¨ªtico est¨¢ todav¨ªa por determinar. Es menor en el Cono Sur que en otros lugares, debido a que la penetraci¨®n de Internet en los hogares es inferior a la de otros continentes y est¨¢ poco extendida entre los mayores de 45 a?os (en Argentina, un 30% de los hogares cuenta con Internet, la tasa m¨¢s alta de Latinoam¨¦rica despu¨¦s de Chile; el pa¨ªs con mayor cobertura del mundo es Suecia, con un 85%).

Diferentes soci¨®logos y expertos en comunicaci¨®n consultados por este peri¨®dico incidieron en destacar la importancia que todav¨ªa tienen el componente emocional y el "v¨ªnculo cara a cara" en la decisi¨®n del voto. La opini¨®n un¨¢nime es que estas plataformas virtuales no convencen a los indecisos, sino que refuerzan convicciones propias de los que participan en ellas y tienen importancia pr¨¢ctica a la hora de coordinar concentraciones o marchas en el mundo f¨ªsico. Muchos blogs ofrecen, adem¨¢s, una limitaci¨®n adicional: el anonimato de sus autores fomenta excesos verbales y permite dudar de su independencia org¨¢nica y econ¨®mica de los partidos pol¨ªticos.