Ayudar a Hait¨ª a reconfigurarse
Un mes despu¨¦s del terremoto, Hait¨ª es prueba viviente de la tenacidad humana. Hace unos d¨ªas, en Puerto Pr¨ªncipe, vi gente haciendo ladrillos, cocinando en la calle, sacando planchas de madera utilizables de los escombros y usando tel¨¦fonos celulares -reci¨¦n se hab¨ªa restaurado el servicio- para llamar al mundo exterior.
Los haitianos han empezado a reconstruir, usando todo lo que tienen a mano. Quienes nos preocupamos por la gente de ese orgulloso pa¨ªs, debemos unirnos a ellos y convertir esta tragedia en una oportunidad para ayudar a Hait¨ª a repensar y reconfigurarse.
Muchos han cuestionado la capacidad del Gobierno para construir una nueva naci¨®n que saque a la gente de la pobreza y ponga fin al ciclo negativo que ha hecho de Hait¨ª el pa¨ªs m¨¢s pobre del hemisferio occidental.
Yo no comparto ese punto de vista. La comunidad internacional esta vez tiene que hacer mejor su trabajo de apoyar a los haitianos a construir un futuro mejor. Lo primero que tenemos que hacer es reconocer que Hait¨ª es un pa¨ªs soberano y democr¨¢tico, que debe hacer propios los proyectos para construir una tierra m¨¢s fuerte y m¨¢s resistente. La experiencia demuestra reiteradamente que las soluciones desarrolladas afuera no funcionan.
Las conversaciones que he tenido con el presidente de Hait¨ª, Ren¨¦ Pr¨¦val, me permiten afirmar que ¨¦l ha acogido con satisfacci¨®n los esfuerzos de la comunidad internacional por fortalecer la capacidad del Gobierno para planear y encabezar la enorme tarea por delante. Nosotros podemos dar asistencia t¨¦cnica y ayudar a Hait¨ª a aprovechar a los mayores talentos del mundo en ¨¢reas como la creaci¨®n de empleo, la energ¨ªa verde y la agricultura sostenible.
Algunas voces prominentes han pedido tambi¨¦n la creaci¨®n de un fondo fiduciario de m¨²ltiples donantes para Hait¨ª. Yo apoyo ese mecanismo. Pero debemos ser mucho m¨¢s ambiciosos e ir m¨¢s all¨¢ de s¨®lo proporcionar dinero; tenemos que hacernos socios de los haitianos en las nuevas ideas para construir el nuevo Hait¨ª. Tal como me dijo el presidente Pr¨¦val, debemos ayudar a reconfigurar Hait¨ª para el siglo XXI.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) est¨¢ trabajando con el Banco Mundial, las Naciones Unidas, la Uni¨®n Europea y los donantes bilaterales en una evaluaci¨®n de las necesidades despu¨¦s del desastre de Hait¨ª, que esperamos completar a mediados de marzo. Esta evaluaci¨®n debe complementarse con la visi¨®n estrat¨¦gica de los l¨ªderes del Gobierno sobre el tipo de pa¨ªs que quieren para Hait¨ª.
Y mientras nos preparamos para nuestra pr¨®xima conferencia, los donantes estamos viendo c¨®mo organizar el mejor fondo fiduciario para Hait¨ª y c¨®mo dividir responsabilidades. El BID, con 50 a?os de experiencia en Hait¨ª, ten¨ªa en el momento del terremoto cerca de 800 millones de d¨®lares invertidos en proyectos de desarrollo activos en el pa¨ªs, y est¨¢ preparado para desempe?ar un papel protag¨®nico en su reconstrucci¨®n.
Cualquier fondo fiduciario de m¨²ltiples donantes requerir¨¢ una transparencia incuestionable, clara delegaci¨®n de responsabilidades y un buen sistema de rendici¨®n de cuentas. Un fondo de este tipo debe facilitar la coordinaci¨®n interna dentro del Gobierno haitiano y la coordinaci¨®n externa entre los donantes. La clave es minimizar la duplicaci¨®n de tareas y maximizar el impacto de los dineros de ayuda.
Hay que poner los esfuerzos de reconstrucci¨®n dentro de una estrategia integral de desarrollo. Una necesidad ya identificada por el Gobierno haitiano es la descentralizaci¨®n: construir viviendas y establecer actividades econ¨®micas sostenibles fuera de la capital. ?sta es una oportunidad para que Hait¨ª y sus socios podamos construir un pa¨ªs reforestado, repensado y renovado.
Tambi¨¦n estamos trabajando con el Gobierno de EE UU y otros pa¨ªses miembros del Banco, en la exploraci¨®n de nuevas v¨ªas para aliviar la deuda de Hait¨ª. El BID, en el marco de un acuerdo internacional, otorg¨® el a?o pasado 511 millones de d¨®lares para reducir la deuda haitiana. Un fondo patrocinado por Estados Unidos est¨¢ pagando por dos a?os el servicio de la deuda pendiente de Hait¨ª con el Banco, que llega a 447 millones de d¨®lares, as¨ª que no hay fondos saliendo del pa¨ªs. Pero tal como acordaron varios presidentes suramericanos en la cumbre realizada este mes en Quito (Ecuador) para ayudar a Hait¨ª, tenemos que lograr m¨¢s alivio para la deuda, y lo vamos a hacer.
Para que cualquier estrategia de reconstrucci¨®n funcione a largo plazo, los donantes debemos comprometernos a cumplir nuestras promesas. Las c¨¢maras de televisi¨®n ya han comenzado a desviar la mirada de Hait¨ª. Pero el mundo debe estar dispuesto a quedarse all¨ª el tiempo que sea necesario. La lista de las necesidades de Hait¨ª es larga, y corto el tiempo que nos queda para pasar de la planificaci¨®n a la ejecuci¨®n. Escuchemos a los l¨ªderes haitianos, coordinemos nuestras responsabilidades y pong¨¢monos a trabajar, a repensar y reconfigurar ese nuevo Hait¨ª, el que su resistente pueblo se merece.
Luis Alberto Moreno es presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.
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