Prostituci¨®n Civil
La banda que repart¨ªa los contratos del organismo p¨²blico en Italia manejaba un cat¨¢logo de 350 chicas de compa?¨ªa
No solo hab¨ªa gigoloes, seminaristas e inmigrantes sin papeles en la agitada agenda de Angelo Balducci, el alto funcionario del Gobierno Berlusconi que seg¨²n los jueces dirig¨ªa el "sistema gelatinoso" de corrupci¨®n que adjudicaba a placer los multimillonarios contratos de la Protecci¨®n Civil italiana.
Balducci, el Gentilhombre de Su Santidad encarcelado el 10 de febrero, y los otros miembros de la "banda de bandidos" nacida en la c¨²pula del organismo de presidencia del Gobierno que se ocupa de las emergencias, cat¨¢strofes y grandes eventos, manejaban una red de 350 prostitutas, de lujo y menos, cuyo objeto era satisfacer los deseos de los corruptibles, afirman los investigadores.
En el cat¨¢logo de damas de compa?¨ªa de Prostituci¨®n Civil figuraban se?oritas para todos los gustos y medidas, sobre todo italianas, pero tambi¨¦n cubanas, brasile?as, rusas y de otros pa¨ªses del Este de Europa, que cobraban entre 500 y 5.000 euros por sesi¨®n.
Las chicas, afirman las actas judiciales conocidas ayer, eran pagadas casi siempre por Diego Anemone, el joven empresario romano, tambi¨¦n encarcelado, amigo de Balducci y del viceministro Guido Bertolaso, el poderoso presidente de la Protecci¨®n Civil que se somet¨ªa a frecuentes masajes -seg¨²n ¨¦l, de fisioterapia-, en el club deportivo de Anemone, el Salaria Sport Village, situado a orillas del T¨ªber y edificado de forma ilegal aprovechando la emergencia de los Mundiales de Nataci¨®n.
Bertolaso, un m¨¦dico cat¨®lico que empez¨® su carrera en la Administraci¨®n siendo parte del equipo que cuidaba al ex primer ministro Giulio Andreotti, est¨¢ siendo investigado por los jueces bajo la hip¨®tesis de corrupci¨®n. Los jueces sospechan que obtuvo favores y cobr¨® dinero de Anemone, uno de los constructores de las fara¨®nicas obras del G-8 en la isla sarda de La Magdalena, que costaron 347 millones.
Aunque Bertolaso dimiti¨® el 10 de febrero, Berlusconi le ha mantenido en su cargo, y la semana pasada, el papa Joseph Ratzinger le recibi¨® en el Vaticano junto a miles de voluntarios de la Protecci¨®n Civil. Benedicto XVI, agradecido por la labor de Bertolaso en la organizaci¨®n de decenas de actos religiosos, se puso el uniforme del cuerpo y subray¨® su abnegaci¨®n. El Vaticano explic¨® m¨¢s tarde que la audiencia estaba prevista desde hac¨ªa meses.
Las escuchas judiciales han permitido descubrir una suerte de caja fuerte virtual, perteneciente a Anemone, de la cual sal¨ªa, como si fuera un cajero autom¨¢tico del sexo, el dinero para pagar a las escorts. Su colaborador Simone Rossetti, encargado del Salaria Sport Village y de asegurar los masajes a Bertolaso, mand¨® un d¨ªa especialmente agitado un sms tranquilizador a un amigo: "Dos zorras en Venecia se encuentran", dec¨ªa.
Otras veces, sostienen los jueces, el paganini de las prostitutas era alguien "muy cercano a Balducci y al ambiente pol¨ªtico-econ¨®mico de conocidos personajes investigados". Uno de los clientes m¨¢s activos del servicio era Fabio de Santis, responsable de Obras P¨²blicas en Toscana y hoy tambi¨¦n encarcelado.
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