Un ex general de EE UU atribuye la matanza de Srebrenica a la presencia de "gays" en las tropas holandesas

"La presencia de soldados homosexuales en el ej¨¦rcito holand¨¦s contribuy¨® a la ca¨ªda de Srebrenica". As¨ª lo ha manifestado el ex general estadounidense, John Sheehan, ante el comit¨¦ del Senado de su pa¨ªs que analiza la posibilidad de aceptar abiertamente la homosexualidad entre sus tropas.

Seg¨²n el militar, los ej¨¦rcitos europeos han cambiado mucho desde la guerra fr¨ªa. "Como ya nadie cree en una posible invasi¨®n de Alemania o de Rusia, no se necesitan unidades de combate activo. Las fuerzas armadas se han socializado. Al admitir a homosexuales que no se ocultan, tambi¨¦n se han debilitado. Por eso se prefieren las misiones de paz", ha dicho. Para reforzar su declaraci¨®n, ha a?adido que el entonces jefe de las fuerzas armadas holandesas, Henk van den Breemen, "compart¨ªa su opini¨®n".

En 1995 y en plena guerra de los Balcanes, en Srebrenica murieron asesinados cerca de 8.000 varones a manos de las tropas serbias comandadas por Ratko Mladic. La ciudad, situada al este de Bosnia, era protegida por cascos azules holandeses que se quejaron de falta de apoyo de Naciones Unidas y de la OTAN. Nada m¨¢s enterarse de las declaraciones de Sheenan, el ministro holand¨¦s de Defensa ha contraatacado. "Parece mentira que un hombre que ha llegado tan lejos en su carrera sea tan necio. Es una barbaridad impropia de un soldado. Ni siquiera voy a molestarme en seguir hablando de este asunto", ha lamentado su titular, Eimert van Middelkoop.

Lo ocurrido en Srebrenica ha sido calificado de genocidio por el Tribunal Internacional de Justicia, m¨¢ximo ¨®rgano judicial de la ONU. Forma parte, adem¨¢s, del pliego de acusaciones contra Radovan Karadzic, antiguo l¨ªder pol¨ªtico serbo bosnio juzgado en estos momentos por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia. A Mladic se le busca por el mismo cargo.

Para Holanda, Srebrenica es un cap¨ªtulo especialmente oscuro de su historia reciente. El Gobierno dimiti¨® en 2002 "por responsabilidad", pero sin admitir culpa directa. A pesar de que el informe definitivo sobre lo ocurrido reparti¨® la culpa, y reconoci¨® que los cascos azules holandeses "carec¨ªan de mandato y estaban poco preparados para una misi¨®n as¨ª", los holandeses no han podido olvidar las muertes. De ah¨ª que declaraciones como las de Sheehan sean muy dolorosas. De todos modos, tampoco los senadores estadounidenses parecen muy convencidos de su teor¨ªa. Uno de ellos, Carl Levin, presidente del Comit¨¦ del Ej¨¦rcito, ha dicho que "erraba por completo" en sus apreciaciones.