La matanza de Srebrenica vuelve a dividir a Serbia
Los serbobosnios atacan la decisi¨®n de pedir perd¨®n
M¨¢s que una declaraci¨®n de condena de la matanza de Srebrenica parece una obra de delicado equilibrio balc¨¢nico. Tras 13 horas de acalorado debate en el que salieron a relucir las dos Serbias y que estuvo a punto de hacer descarrilar el proyecto del Gobierno, el Parlamento (250 diputados) aprob¨® por 127 a favor, 21 en contra (entre ellos Vojislav Kostunica) y una abstenci¨®n un texto que condena la matanza de Srebrenica en los t¨¦rminos de la Corte Internacional de Justicia; es decir, un genocidio en el que Serbia no tuvo responsabilidad directa, sin tener que pronunciar la palabra maldita: genocidio.
En el texto se pide perd¨®n a las v¨ªctimas por no haber hecho m¨¢s por evitar la muerte de 8.000 varones musulmanes a manos de las tropas serbobosnias de Ratko Mladic, en julio de 1995, pero reclama a croatas, kosovares y bosniacos que pidan perd¨®n a las v¨ªctimas serbias de la guerra.
Se ausentaron 95 diputados: los ultranacionalistas del Partido Radical y los escindidos del nuevo Partido Progresista de Serbia (PPS) de Tomislav Nikolic, que encabeza las encuestas con un 30% a dos a?os de las elecciones. Tambi¨¦n se ausentaron los liberales de Ceda Jovanovic, que consideran insuficiente la resoluci¨®n.
"Todos los 11 de julio [fecha en la que se conmemora la matanza de Srebrenica; este a?o ser¨¢ el 15? aniversario] la comunidad internacional pide un gesto a Serbia. La raz¨®n por la que el presidente Bor¨ªs Tadic lo ha hecho ahora tiene clave europea. Necesita mantener viva la esperanza de un futuro ingreso en la UE", dice una fuente que exige anonimato.
Natasha Kandic, la gran defensora de los derechos humanos en Serbia, ha dicho a un medio local: "Se ha perdido una ocasi¨®n hist¨®rica de admitir nuestras culpas y distanciarnos del pasado".
"No quedan apenas negacionistas puros, gente que niegue lo ocurrido, pero s¨ª muchos que dicen: 'Todos cometieron cr¨ªmenes'. Ese detalle est¨¢ en el texto aprobado. Se busca un equilibrio entre las dos Serbias pero no se ha contentado a ninguna", dice la fuente.
En el Partido Dem¨®crata de Tadic, de vocaci¨®n europe¨ªsta, habita un segundo yo nacionalista. Y en el PPS, nacionalista, hay una corriente europe¨ªsta que trata de arrastrar el partido a una mayor moderaci¨®n. Ambos deben jugar en esa ambig¨¹edad calculada para ganar unas elecciones. Los que desean una mayor velocidad en los cambios acusan a Tadic, un psic¨®logo que de joven quer¨ªa ser equilibrista de circo, de timorato.
La votaci¨®n del Parlamento serbio aporta dos datos interesantes. El voto a favor del Partido Socialista, que era el de Slobodan Milosevic, el arquitecto de las guerras balc¨¢nicas, y que ha completado su viraje hacia Europa a pesar de que su intenci¨®n de voto actual (5%) le dejar¨ªa fuera del Parlamento. Su harakiri es el que permite gobernar a Tadic.
El segundo es el enfado monumental de los serbios de Bosnia-Herzegovina, que se consideran traicionados por la madre Serbia. Ayer hubo declaraciones muy duras contra Belgrado. El l¨ªder serbobosnio, Milorad Dodic, un amigo de Tadic y compa?ero de asiento en los partidos de baloncesto del Partiz¨¢n, esgrime desde hace a?os la baza de la secesi¨®n de la entidad serbia de Bosnia, un experimento de la comunidad internacional que no funciona. Hay analistas que interpretan el voto de Srebrenica como una advertencia a Dodic, de que Belgrado no le apoya en ese peligroso juego.
La gente de la calle pasa del debate, incluso del m¨¢s acalorado de Kosovo. Los j¨®venes disfrutan de la supresi¨®n de los visados para viajar a la UE. La nueva limitaci¨®n es el bolsillo, la crisis econ¨®mica, menos humillante que guardar horas de cola ante la puerta de una embajada. El n¨²mero de pasajeros del aeropuerto de Belgrado ha aumentado un 20% en el ¨²ltimo a?o. Aterrizan en la capital serbia compa?¨ªas de bajo coste como Easy Jet y Ryanair, y todo parece moverse hacia la normalizaci¨®n. Srebrenica y el general Mladic, que sigue huido y en paradero desconocido, posiblemente en Serbia, son los ¨²ltimos escollos. Cuando se camina por la c¨¦ntrica calle Mijailova de Belgrado, llena de franquicias europeas, muchas de ellas espa?olas, se ve que adem¨¢s de las dos Serbias pol¨ªticas, hay una tercera que s¨®lo trata de mirar al futuro y sobrevivir.
Srebrenica, diez a?os despu¨¦s , por JUAN GOYTISOLO (Reportaje del 3 de julio de 2005)
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