"Las presiones externas refuerzan la ortodoxia"
Rafael Hern¨¢ndez es director de la revista Temas, uno de los pocos espacios de debate que existe en Cuba. Como polit¨®logo, b¨¢sicamente defiende el sistema socialista cubano pero pide su democratizaci¨®n desde dentro. Asegura que durante medio siglo la pol¨ªtica de Washington hacia su pa¨ªs ha sido nefasta y cree que eso explica muchos enroques oficiales, tambi¨¦n la "desconfianza" hacia todo lo que lleve el apellido disidente. A su juicio, los opositores cubanos "se definen por ser 'anti' o 'contra', no por una propuesta pol¨ªtica coherente, que convenza a la gente". Su debilidad mayor, considera, "es que carecen de legitimidad y liderazgo".
Pregunta: ?No hay gente honesta en la disidencia? ?Todos los disidentes y opositores son "mercenarios", como dice el Gobierno?
Respuesta: Si 'mercenario' (dice la Real Academia) es el que "por estipendio sirve en la guerra a un poder extranjero", y "el que percibe una paga por sus servicios", la pregunta ser¨ªa: ?los disidentes est¨¢n recibiendo una paga y sirviendo al inter¨¦s del Gobierno de Estados Unidos, el anticomunismo europeo e internacional? Lo de menos, sin embargo, es que reciban apoyo monetario; lo de m¨¢s es que esos poderes extranjeros los respaldan. En pol¨ªtica lo que importa no son las buenas intenciones, sino los intereses con los que uno se asocia.
P: El Gobierno da una imagen de una oposici¨®n totalmente identificada con EE UU... ?C¨®mo se puede tener legitimidad as¨ª?
R: Lo que dice el Gobierno cubano importa menos; se trata de que el Departamento de Estado, los comit¨¦s del Congreso de EE UU, el exilio cubano-americano los traten como sus aliados. Lo que condiciona su quehacer es lo que dicen de ellos Hillary Clinton, John Kerry o Jorge Mas Santos.
P: ?Qu¨¦ espacio tienen para expresarse los que se oponen al r¨¦gimen honestamente?
R: M¨¢s que ning¨²n ciudadano o instituci¨®n cubana. Todo lo que hacen, dicen, opinan, o incluso piensan, todos los disidentes (honestos, juiciosos, oportunistas, desequilibrados) aparece instant¨¢neamente en los m¨¢s poderosos medios, sus im¨¢genes se popularizan en Youtube, y eso rebota dentro de Cuba. Suponer que no se les conoce porque sus fotos no salen en el [diario] Granma es subestimar a los cubanos.
P: La revista Temas es uno de los pocos espacios de debate en Cuba, y con limitaciones. ?Puede sobrevivir una sociedad que desconf¨ªa y silencia institucionalmente la discrepancia?
R: El debate que recoge la revista Temas incluye a los intelectuales, los acad¨¦micos, los escritores, pero tambi¨¦n a esa sociedad civil que est¨¢ m¨¢s viva que nunca, y se puede escuchar en todas partes si uno quiere o¨ªrla. Los discursos de Ra¨²l Castro no convocan al silencio, sino a la discrepancia, y califican a la burocracia como r¨¦mora del cambio. Quienes justifican su silencio alegando autocensura forzosa, siempre tendr¨¢n excusas para callarse.
P: Algunos analistas piensan que la presi¨®n internacional tras la muerte de Zapata refuerza a los sectores m¨¢s inmovilistas...
R: Naturalmente que las presiones externas refuerzan a la ortodoxia, eso no es ning¨²n descubrimiento. Lo peor es que, a pesar de su efecto contraproducente, esa presi¨®n puede seguir. Ser¨ªa ingenuo explic¨¢rsela a partir de lo que pasa o no pasa en Cuba; depende de los manejos en la Euroc¨¢mara o el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores de Estados Unidos.
P: ?EE UU tiene toda la culpa...?
R: Este ser¨ªa un pa¨ªs infinitamente m¨¢s pr¨®spero y democr¨¢tico si ellos dejaran de meterse en nuestros asuntos. Ha sido as¨ª en los ¨²ltimos doscientos a?os.
P: Si el Gobierno est¨¢ ahora contra las cuerdas... ?Qu¨¦ le acorrala m¨¢s, el 'caso Zapata' o la delicad¨ªsima situaci¨®n econ¨®mica, la apat¨ªa de los j¨®venes, la tardanza en renovar el modelo?
R: No hay que ponerse apocal¨ªptico. Ha habido peores situaciones econ¨®micas, para no hablar de los intentos por aislar a Cuba. Esto no es cosa de j¨®venes o viejos, sobre todo en un pa¨ªs con m¨¢s viejos que nunca en su historia. Achacarles a todos los j¨®venes el escepticismo y las ganas de emigrar es otra simplificaci¨®n. La mayor¨ªa de los cubanos, j¨®venes y viejos, quieren cambios, especialmente en su nivel de vida. El reciente discurso de Ra¨²l enumera debilidades del modelo: centralizaci¨®n, burocratizaci¨®n, ineficiencia, etc. Esos son nuestros problemas reales.
P: Es ya un t¨®pico decir que los cubanos est¨¢n m¨¢s preocupados por la comida que por los derechos humanos, por la prosperidad que por la libertad. ?Es una frase hecha o es verdad?
R: La pol¨ªtica y la econom¨ªa no est¨¢n separadas. La democracia real, es decir, la descentralizaci¨®n del sistema, la participaci¨®n ciudadana, el control desde abajo, la expresi¨®n de la discrepancia son esenciales para transformar el modelo econ¨®mico. Todo cambio econ¨®mico estructural es tambi¨¦n, y sobre todo, un cambio pol¨ªtico. Se trata, naturalmente, de 'nuestra pol¨ªtica', no de la que quieren prefabricarnos.
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