Miguel S¨¢nchez, el atleta que nunca dej¨® de correr
Dos carreras populares rinden homenaje en Argentina a un joven desaparecido en la dictadura militar
A Miguel S¨¢nchez, como a tantos, se lo llevaron de madrugada. Hab¨ªan pasado tres horas del ocho de enero de 1978 cuando un comando del Ej¨¦rcito argentino entr¨® en la casa de la calle San Mart¨ªn 176 del barrio Villa Espa?a, en Berazategui, el sur bonaerense. Ni siquiera permitieron que le diera un beso a su madre. Le ordenaron vestirse con un conjunto de gimnasia y lo arrancaron. Dejaron los libros de la biblioteca revueltos en el suelo, cincuenta trofeos, treinta y seis medallas, y un perro que del susto y los culatazos no ladr¨® durante dos a?os. Miguel era atleta, poeta y militante peronista. Desde esa madrugada, se convirti¨® en un desaparecido.
Secuestrado por la dictadura, sin embargo, cada tanto reaparece. Lo hace en su carrera, la Carrera de Miguel, que se desparrama cada marzo, desde hace nueve a?os, por las calles de Buenos Aires. Se trata de una prueba atl¨¦tica de diez kil¨®metros y una marcha aer¨®bica de tres. Su idioma original es el italiano: la Corsa de Miguel. Roma fue la cuna. El partero se llam¨® Valerio Piccioni, un periodista de la Gazzeta dello Sport. Y fue nacer para expandirse en Argentina y en el mundo. En Tucum¨¢n, en Berazategui, en Bariloche y, alguna vez, tambi¨¦n en Barcelona, Miami y La Habana.
Elvira es la hermana de Miguel. Tiene el pelo rojizo, la cara flaca apenas arrugada, y una voz dulcemente aguardentosa. Es una mujer baja que, de pronto, se hace enorme. Las venas de sus manos huesudas se inflaman cuando, subida a un escenario, dice: "Esta es la Carrera de Miguel y de los 30.000 desaparecidos". A sus espaldas, el R¨ªo de la Plata. Frente a sus ojos, miles de cuerpos transpirados. Es el sudor de la memoria cayendo a chorros.
El mes pasado, a 34 a?os del golpe militar, se organizaron dos carreras con una semana de diferencia. Una se corri¨® en Vicente L¨®pez, zona norte del Gran Buenos Aires. La otra se realiz¨® en la Ciudad. La raz¨®n de la duplicaci¨®n es que el Gobierno argentino decidi¨® quitarle el apoyo a la Administraci¨®n porte?a. Seg¨²n el secretario de Deportes, Claudio Morresi, las acciones del alcalde Mauricio Macri "demuestran una clara oposici¨®n a la pol¨ªtica de Verdad y Justicia".
Elvira, en la segunda, estuvo ausente. Se encontraba en un homenaje en Bariloche. Entonces, dej¨® el cierre del acto en la boca de Mart¨ªn Sharples, un atleta discapacitado y militante por los derechos humanos. "Macri representa todo lo contrario de los sue?os de Miguel", grito Mart¨ªn. La Poderosa, una organizaci¨®n que trabaja con el deporte en las barriadas populares, explic¨® eso mismo con pancartas: "Miguel quer¨ªa combatir la pobreza, no trasladarla".
10 kil¨®metros por los derechos humanos
Valerio Piccioni, el ide¨®logo de la carrera, cree que la prueba intenta generar, adem¨¢s de conciencia en los derechos humanos, una identidad del deporte relacionada con lo l¨²dico. Tambi¨¦n guarda un mensaje para Europa: "All¨ª tenemos problemas de racismo y la idea de la carrera es mezclar nacionalidades, razas y etnias".
Ese esp¨ªritu, dice Valerio, vio en Miguel, nacido el 6 de noviembre de 1952 como el menor de diez hermanos. Tucumano de Bella Vista, a los diecisiete a?os se mud¨® a Berazategui, donde arm¨® su vida: jugaba al f¨²tbol en Gimnasia y Esgrima La Plata y trabajaba como empleado bancario. Sus compa?eros le dec¨ªan "Correcaminos". A esa velocidad, un d¨ªa abandon¨® la pelota por las pruebas de fondo.
"Amaba tanto la vida que no desperdiciaba un minuto: para el deporte, para el trabajo, para leer" recuerda Elvira, una maestra que se enorgullece porque existe la propuesta de que una escuela lleve el nombre de su hermano.
Miguel particip¨® tres a?os seguidos de la Carrera de San Silvestre, una prueba tradicional que cierra el a?o por las calles de S?o Paulo. ?l compet¨ªa, pero se conformaba con conocer a los pueblos a trav¨¦s de hombres como el fondista italiano Franco Fava. En sus ratos libres escribi¨® un diario personal. Y hasta public¨® un poema, Para vos, atleta, en La Gazeta de S?o Paulo: "Para vos, atleta/que desprecias la guerra y ans¨ªas la paz". Ya militaba en la Juventud Peronista.
"Chau, petisa" se despidi¨® Miguel de su hermana antes de viajar a S?o Paulo, el 7 de diciembre de 1977, para su ¨²ltima San Silvestre.
"Algo me dijo que ten¨ªa que besarlo", recuerda ahora Elvira. Y lo vio irse. D¨ªas despu¨¦s de su regreso al pa¨ªs, Miguel cay¨® en la redada. Ten¨ªa 25 a?os. De su destino, s¨®lo existe el testimonio de un ex detenido del centro clandestino El Vesubio: all¨ª, cont¨®, hab¨ªa un hombre que ven¨ªa de correr en Brasil. M¨¢s de 30 deportistas, seg¨²n una investigaci¨®n del periodista Gustavo Veiga, est¨¢n desaparecidos.
Hace 12 a?os Miguel era s¨®lo diez l¨ªneas del libro El terror y la gloria, algunos recortes del diario Cr¨®nica y un art¨ªculo en el diario Clar¨ªn. Piccioni lo descubri¨® durante su primer viaje por Buenos Aires. Se fue a Italia, pero regres¨® un a?o despu¨¦s para recuperar a Miguel. Entonces se ingeni¨® la carrera. Se lo cont¨® a Elvira, una tarde, en Tucum¨¢n. Y aqu¨ª est¨¢. Ahora Miguel es miles corriendo. Cada a?o, en cualquier lugar.
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