"No me explicaron por qu¨¦ me expulsaron de Marruecos"
Silvia Cord¨®n, cristiana guatemalteca y profesora de espa?ol, relata su deportaci¨®n por la polic¨ªa marroqu¨ª el pasado fin de semana
El polic¨ªa espa?ol se dispon¨ªa a sellarle su pasaporte guatemalteco. De pronto se percat¨® de que sus colegas marroqu¨ªes hab¨ªan estampado en una hoja la palabra "expulsado". Pregunt¨® entonces a Silvia Cord¨®n, la titular del documento de viaje, si estaba siendo expulsada de Marruecos. "S¨ª", le contest¨®. ?Desea usted entrar en Espa?a?, le inquiri¨® el agente. "No", le respondi¨®.
El polic¨ªa llam¨® entonces al jefe del puesto fronterizo de Melilla y ¨¦ste explic¨® a los uniformados marroqu¨ªes que hab¨ªan acompa?ado a Cord¨®n hasta el control espa?ol que s¨ª quer¨ªan expulsarla no pod¨ªan hacerlo a trav¨¦s de Espa?a. Deb¨ªan enviarla directamente a Guatemala.
Los marroqu¨ªes y Cord¨®n dieron entonces media vuelta. Eran las tres de la madrugada del s¨¢bado 8 de mayo en Beni Enzar, la localidad fronteriza con Melilla. Hab¨ªa fracasado provisionalmente la expulsi¨®n de Cord¨®n, evang¨¦lica de 59 a?os, residente legal en Marruecos desde 1997. Desde 2003 era profesora de espa?ol en un instituto de Tahala, en la provincia de Taza (noreste de Marruecos).
Cord¨®n es una de las decenas de cristianos -su n¨²mero ronda ya los 90- expulsados de Marruecos desde el primer fin de semana de marzo, pero desde entonces el goteo contin¨²a. El pasado fin de semana les toc¨® el turno a otra decena de cristianos. La mayor¨ªa son evang¨¦licos y varios de ellos se vieron obligados a salir del pa¨ªs a trav¨¦s de Espa?a.
A algunos las autoridades les han reprochado hacer proselitismo y quebrantar la fe del musulm¨¢n -un delito recogido en el c¨®digo penal- pero a otros muchos no les han explicado porqu¨¦ se les sancionaba . En teor¨ªa deber¨ªan haber sido juzgados por ese "delito".
"Les ped¨ª que me dieran una orden escrita, una raz¨®n para echarme, pero me dijeron que obedec¨ªan instrucciones de arriba", asegura Cord¨®n que habl¨® por tel¨¦fono con ¨¦ste corresponsal desde una cafeter¨ªa de Beni Enzar tras ser rechazada en frontera. "Creo que los espa?oles me hicieron un favor", a?ade.
"La polic¨ªa vino el mi¨¦rcoles [5 de mayo] a buscarme a mi casa en Tahala para decirme que lo sent¨ªan pero deb¨ªa de irme del pa¨ªs", prosigue Cord¨®n. "Me dieron 15 d¨ªas para hacerlo, pero el jueves se presentaron en el colegio para apremiarme". "Me ech¨¦ a llorar". "Ellos, los agentes, siempre fueron educados".
"El viernes a las diez de la noche salimos de mi domicilio y en mi propio coche, con dos polic¨ªas que viajaron conmigo en mi veh¨ªculo, rumbo a Melilla", contin¨²a "Me dio tiempo a despedirme de mis alumnos y de mis vecinos". "Lloramos mucho". A otros expulsados, como el franciscano Rami Zaki, la polic¨ªa marroqu¨ª ni siquiera le permiti¨® pasar por su casa para recoger sus enseres antes de ser conducido al aeropuerto.
Cord¨®n trabajaba en Marruecos para una ONG, Desarrollo y Consultor¨ªa Pro Mundis , con sede en Granada, de inspiraci¨®n cristiana protestante que en 1999 suscribi¨® un acuerdo de colaboraci¨®n con el Gobierno marroqu¨ª. "Si me preguntan por mi fe yo no la disimulo, pero ante todo respeto las leyes del pa¨ªs y no me dedico al proselitismo", asegura Cord¨®n. "Si me acusan de practicarlo deber¨ªan aportar pruebas", a?ade.
"Estamos consternados ante la forma de proceder: sin explicaci¨®n, sin constancia escrita, sin posibilidad de defensa y hasta sin tiempo para cerrar asuntos personales", afirma Emilio Matamoros, presidente de la ONG granadina. "Deseamos continuar nuestro trabajo de desarrollo y la promoci¨®n de la tolerancia y comprensi¨®n mutua, en especial entre musulmanes y cristianos".
Tras horas de espera en Beni Enzar a que sus custodios decidieran su suerte, Cord¨®n regres¨® el s¨¢bado por la noche a su casa de Tahala. En la ma?ana del domingo vinieron a buscarla para trasladarla, ¨¦ste vez en un veh¨ªculo del Ministerio del Interior, al aeropuerto de Casablanca d¨®nde embarc¨® rumbo a Guatemala haciendo escalas en Madrid y M¨¦xico. Interior intent¨® que la ONG abonase el billete, pero acab¨® sufragando su importe (25.000 dirhams marroqu¨ªes o 2.257 euros).
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