La caza del capo Dudus sume a Jamaica en el caos

La operaci¨®n policial para capturar al capo narcotraficante Christopher Dudus Coke puede sumir a Jamaica en una profunda crisis. Los enfrentamientos duran ya tres d¨ªas, desde que el pasado lunes las fuerzas de seguridad lanzaran un asalto en el feudo del poderoso jefe criminal en la capital, Kingston, que sus seguidores respondieron de manera violenta con armas de fuego. El distrito de Tivoli Gardens se ha convertido en una zona de guerra, con 49 v¨ªctimas mortales (otras fuentes elevan la cifra a 60), casi todas civiles, y 200 detenidos. Abundan las calles cortadas por barricadas y varios helic¨®pteros de polic¨ªa sobrevuelan la ciudad entre columnas de humo. "La operaci¨®n es una medida extraordinaria pero es una respuesta extraordinaria a un desaf¨ªo extraordinario a la seguridad de nuestros ciudadanos".

Agentes y soldados buscan al capo, de 42 a?os, puerta por puerta y el Gobierno ha decretado el estado de emergencia en partes de la capital. Estados Unidos busca a Dudus por tr¨¢fico de coca¨ªna y marihuana y ha pedido la extradici¨®n. El Gobierno jamaicano est¨¢ decidido a atraparlo y entregarlo a Washington. "Nos enfrentamos a una crisis", ha comunicado el primer ministro, Bruce Golding, ante el Parlamento. "Este pa¨ªs est¨¢ sitiado por criminales y ha llegado el momento de hacerles frente. Y este Gobierno est¨¢ preparado para hacerles frente", ha avisado el ministro de Informaci¨®n, Daryl Vaz.

El capo Dudus, sin embargo, plantea un reto dif¨ªcil a las autoridades jamaicanas. Estados Unidos lo considera el l¨ªder de la organizaci¨®n Shower Posse (la banda de la ducha, en ingl¨¦s, por su costumbre de rociar con una ducha de balas a sus v¨ªctimas), y le responsabiliza de cientos de muertes durante las guerras de la coca¨ªna entre clanes narcotraficantes en los a?os ochenta. Adem¨¢s lo acusa de dirigir una red que introduce coca¨ªna y marihuana en Nueva York a cambio de armas. "Es uno de los l¨ªderes narcotraficantes m¨¢s peligrosos del mundo", seg¨²n el departamento de Justicia de EEUU.

La extradici¨®n de un poder f¨¢ctico

Washington solicit¨® formalmente la extradici¨®n en agosto de 2009 pero Jamaica se neg¨® a entregar a Dudus alegando que las pruebas en su contra se hab¨ªan obtenido mediante escuchas ilegales. El Gobierno de Golding no estaba dispuesto a deshacerse de un poder f¨¢ctico al que debe mucho. Son notorios los contactos entre los pol¨ªticos -tanto el Ejecutivo como la oposici¨®n- y algunas turbias organizaciones. El propio primer ministro, por ejemplo, fue elegido en la circunscripci¨®n en la que Coke ejerce su influencia. A cambio, empresas del l¨ªder narcotraficante han recibido contratos millonarios adjudicados por las administraciones p¨²blicas.

Por si fuera poco, Dudus est¨¢ considerado como un benefactor por amplios sectores de la poblaci¨®n, como sucede en Jamaica con muchos jefes criminales. Ante la insuficiencia de los servicios p¨²blicos, el capo ofrece alimentos y ayudas para acceder a servicios educativos y sanitarios. Por ello, muchos de sus fieles partidarios est¨¢n dispuestos a defenderle con su propia vida.

Kingston se hab¨ªa resistido a la extradici¨®n hasta ahora. El Ejecutivo de Obama acus¨® a Jamaica de no esforzarse lo suficiente en la lucha contra el tr¨¢fico de estupefacientes. Pero esta consideraci¨®n hacia Coke cambi¨® el pasado viernes, cuando Golding ha dado su brazo a torcer y ha accedido a extraditarlo. La decisi¨®n desat¨® al violencia en la capital y varias comisar¨ªas de polic¨ªa fueron atacadas e incendidadas. Tras un domingo de violencia, el Gobierno de Golding orden¨® el lunes un gran dispositivo policial, con miles de agentes y soldados fuertemente armados, para entrar en el barrio controlado por el capo y capturarlo.

Pero de momento, el asalto no ha dejado m¨¢s que v¨ªctimas mortales y 200 detenidos. Fuentes oficiales se?alan que los muertos son una treintena pero la agencia France Presse indica que los fallecidos son m¨¢s del doble, y la mayor¨ªa son civiles. Mientras tanto, Dudus sigue en paradero desconocido.