La ONU confirma el aumento de la violencia extremista en Afganist¨¢n

Tras una sucesi¨®n de signos negativos sobre la marcha de la guerra en Afganist¨¢n, un informe de Naciones Unidas ha venido a confirmar que las cosas no van bien en aquel pa¨ªs: la violencia se duplica, la criminalidad se extiende, el Gobierno es incapaz de imponer su autoridad y el extremismo isl¨¢mico demuestra cada d¨ªa una renovada vitalidad.

"Los datos prueban una creciente capacidad de parte de las redes terroristas locales ligadas a Al Qaeda", concluye el informe de la ONU sobre la evoluci¨®n de los acontecimientos en los cuatro primeros meses de este a?o. El n¨²mero de artefactos explosivos utilizados por los talibanes y sus aliados ha crecido m¨¢s de un 95%, mientras que la cantidad de ciudades bajo control insurgente aumenta cerca de un 50%. No hay semana en la que los radicales no ampl¨ªen su dominio sobre cuatro o cinco poblaciones m¨¢s, especialmente en el sur y el sureste del pa¨ªs.

Este informe ha decepcionado pero no ha sorprendido en Washington, donde el esfuerzo de la Administraci¨®n de Barack Obama por destacar los aspectos m¨¢s positivos de la situaci¨®n solo sirve para confirmar que la evoluci¨®n no es la que se esperaba y que va a resultar muy dif¨ªcil cumplir con el plazo de julio de 2011 marcado para el comienzo de la retirada.

"Se est¨¢n produciendo progresos, pero todos sab¨ªamos que iba a ser dif¨ªcil", manifest¨® el viernes la secretaria de Estado, Hillary Clinton, al evaluar el punto en el que se encuentra el conflicto. A lo largo de la semana, varios altos funcionarios del Pent¨¢gono, entre ellos el jefe militar en la regi¨®n de Oriente Pr¨®ximo, general David Petraeus, hab¨ªan insistido en que, desde el punto de vista militar, se est¨¢n cumpliendo los planes previstos y no hay raz¨®n para el pesimismo.

El posible retraso de la operaci¨®n para el control de Kandahar, la mayor ciudad del pa¨ªs de influencia talib¨¢n, no es, seg¨²n ha explicado el jefe militar de la OTAN en Afganist¨¢n, general Stanley McChrystal, una muestra de debilidad sino una estrategia. "No se trata de hacerlo r¨¢pido sino de hacerlo bien", afirm¨®.

La toma de Kandahar deb¨ªa ser la culminaci¨®n de una ofensiva iniciada en la primavera en la ciudad de Marja para extender el poder del Gobierno central hasta todos los rincones del pa¨ªs. Pero desde entonces las noticias negativas se han ido acumulando. Las fuerzas de la OTAN no consiguen asegurar sus posiciones en Marja, donde se mantiene el hostigamiento de parte de los talibanes sin que los gobernantes enviados desde Kabul hayan podido a¨²n establecer su autoridad.

Al mismo tiempo, la fractura entre el presidente afgano, Hamid Karzai, y Estados Unidos se ha agudizado. Pese a la visita que Obama hizo a Kabul y la que, posteriormente, realiz¨® Karzai a Washington, la relaci¨®n entre ambos sigue sin ser fluida. D¨ªa tras d¨ªa se filtran confidencias sobre la p¨¦rdida de fe por parte de Karzai en la misi¨®n de la OTAN y su disposici¨®n a pactar con los talibanes. Obama, a su vez, desconf¨ªa de su supuesto aliado y ve como el tiempo se le acaba para llegar a la pr¨®xima cumbre de la OTAN, en noviembre, con argumentos suficientes para que esa organizaci¨®n certifique con tropas su compromiso en el conflicto.