El narcotr¨¢fico mexicano recurre al terrorismo para intimidar al Estado
El primer coche bomba activado con un m¨®vil que estalla en Ciudad Ju¨¢rez mata a cuatro personas
Secuestraron a un civil, lo vistieron de polic¨ªa, le dispararon a quemarropa y lo dejaron agonizante en medio de una calle de Ciudad Ju¨¢rez para llamar la atenci¨®n de las autoridades. Cuando las ambulancias y la Polic¨ªa Federal llegaron al lugar del crimen, alguien hizo una llamada que activ¨® un tel¨¦fono m¨®vil conectado a 10 kilos de explosivos ocultos en un veh¨ªculo. Tal vez por casualidad o tal vez no, un camar¨®grafo grab¨® la explosi¨®n y ahora est¨¢ disponible en Internet para mayor gloria del poder del narco. Murieron cuatro personas y muchas m¨¢s quedaron heridas, pero las cifras ya son casi lo de menos. Despu¨¦s de 25.000 ca¨ªdos desde que Felipe Calder¨®n lleg¨® a la presidencia hace tres a?os y medio, los muertos ya no espantan en M¨¦xico. Ahora lo que asusta es la forma terrorista de matarlos.
Lo sucedido en las ¨²ltimas horas en Ciudad Ju¨¢rez y en Nuevo Laredo -dos de los m¨¢s importantes pasos fronterizos con Estados Unidos- viene a demostrar que, lejos de acusar el embate del Estado, el crimen organizado sigue teniendo capacidad para controlar ciudades enteras e incluso para utilizar t¨¦cnicas terroristas muy depuradas. Hay una circunstancia del atentado de Ciudad Ju¨¢rez que llama poderosamente la atenci¨®n. Fue perpetrado s¨®lo unas horas despu¨¦s de la detenci¨®n de un individuo llamado Jes¨²s Armando Acosta Guerrero, tambi¨¦n conocido como El 35, uno de los jefes del cartel de La L¨ªnea. Sus sicarios apenas necesitaron un rato para preparar y ejecutar el operativo terrorista de venganza.
Un nivel de preparaci¨®n que concuerda con los sucesos ocurridos casi al mismo tiempo en la tambi¨¦n ciudad fronteriza de Nuevo Laredo. Un convoy del Ej¨¦rcito se top¨® con una comitiva de narcotraficantes. Tras sostener un primer enfrentamiento con armas de alto poder, se desencaden¨® una feroz persecuci¨®n por las calles de la ciudad. Para evitar ser detenidos, los sicarios robaron una gran cantidad de veh¨ªculos ?desde simples utilitarios a camiones articulados? y lograron bloquear, durante seis horas, m¨¢s de 50 calles. La ciudad qued¨® a merced de la batalla entre sicarios y soldados. A falta de informaci¨®n oficial, los ciudadanos se organizaron a trav¨¦s de los m¨®viles y de las redes sociales para ponerse a salvo. Aun as¨ª, 12 personas resultaron muertas y 21 heridas de diversa consideraci¨®n.
Ya en las dependencias policiales, El 35 reconoci¨® que los carteles como La L¨ªnea ?brazo ejecutor del cartel de Ju¨¢rez? utilizan las narco-pintadas y las narco-pancartas para amedrentar a la sociedad y a las autoridades. Y a fe que lo consiguen. Uno de los mejores ejemplos es Ciudad Ju¨¢rez, donde el despliegue de miles de soldados y de polic¨ªas federales no ha conseguido traer la paz, sino m¨¢s bien todo lo contrario. Lo mismo sucede en Nuevo Laredo o Tamaulipas, donde el narco asesin¨® recientemente al virtual ganador de las elecciones a gobernador, o incluso en ciudades del interior de la Rep¨²blica como Morelia. El poder de amedrentamiento del crimen organizado es tal que, adem¨¢s del negocio de la droga, controlan el de la pirater¨ªa, las m¨¢quinas tragaperras, los prost¨ªbulos o la venta de armas, pero tambi¨¦n gasolineras, tiendas de comestibles...
Las cifras facilitadas por el procurador general de la Rep¨²blica son terror¨ªficas. Seg¨²n Arturo Ch¨¢vez, en lo que va de a?o han sido asesinadas 7.048 personas, lo que significa que en s¨®lo siete meses se han registrado los mismos asesinatos que en todo 2009. Un caudal de sangre cada vez m¨¢s abundante que tiene en los sucesos del jueves en Ciudad Ju¨¢rez un motivo a?adido de preocupaci¨®n. Hay quien dice que el 15 de julio de 2010 ser¨¢ una fecha que jam¨¢s se podr¨¢ olvidar. El d¨ªa que los narcotraficantes mexicanos recurrieron al terrorismo para doblegar al Estado. En la mente de todos est¨¢ Colombia. Por el horror que todav¨ªa le espera a M¨¦xico y tambi¨¦n por la esperanza de salir alg¨²n d¨ªa del infierno.
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