Cuba se abrir¨¢ a la iniciativa privada para hacer frente a la crisis
El r¨¦gimen recortar¨¢ en 2011, como primer paso, m¨¢s de 500.000 puestos de trabajo del sector estatal, un 12 % del total
La cuenta atr¨¢s ha comenzado. El Gobierno de Ra¨²l Castro ha anunciado oficialmente que sus planes para "ajustar" el modelo econ¨®mico y hacerlo sostenible pasan por una reestructuraci¨®n radical e inmediata del empleo, que implicar¨¢, como primer paso, la reducci¨®n en 2011 de m¨¢s de 500.000 puestos de trabajo en el sector estatal, un 12 % del total. El r¨¦gimen, a cambio, abrir¨¢ las puertas al peque?o empleo privado y cooperativo y autorizar¨¢ el trabajo asalariado para que puedan salir adelante los que vayan al paro, pues el Estado no los subvencionar¨¢. Seg¨²n diversas fuentes, esta previsto que cientos de miles de cubanos pasen al sector privado en los pr¨®ximos a?os. Toda una revoluci¨®n en la isla.
"Se trata de una reforma de calado y, de aplicarse como se ha anunciado, sin duda cambiar¨¢ el pa¨ªs", afirma un economista cubano. Pone los siguientes datos encima de la mesa: en la isla, con 11 millones de habitantes, hay 4.950.000 personas ocupadas. De ellas, unas 4.100.000 trabajan para el Estado, mientras que 600.000 laboran en el sector privado (de estas, 141.000 tiene licencia para ejercer el trabajo por cuenta propia) y 250.000 son cooperativistas. El propio Ra¨²l Castro ha admitido que las plantillas est¨¢n infladas en m¨¢s de 1.300.000 personas; es decir, uno de cada cuatro empleados del Estado sobra en su puesto.
"Est¨¢ previsto que en un plazo de tres a?os todos est¨¦n fuera de sus centros laborales y, obviamente, muchos pasar¨¢n al sector privado", explica un funcionario al tanto de los planes gubernamentales. Diversas fuentes han confirmado a EL PAIS que en octubre se promulgar¨¢ una nueva legislaci¨®n que ampliar¨¢ sustancialmente el trabajo por cuenta propia, el arrendamiento de casas y permitir¨¢ la creaci¨®n de cooperativas en diversos sectores, fundamentalmente el de los servicios. Tambi¨¦n se permitir¨¢ la contrataci¨®n de mano de obra asalariada, lo que podr¨ªa abrir las puertas a la creaci¨®n de peque?as pymes, aunque todav¨ªa es pronto para saber el verdadero alcance de la reforma.
Sea audaz o pacata, la ampliaci¨®n de la iniciativa privada es un hecho y lo es porque manda la realidad: la situaci¨®n econ¨®mica es sumamente grave. "Nuestro Estado no puede ni debe continuar manteniendo empresas, entidades productivas, de servicios y presupuestadas con plantillas infladas y p¨¦rdidas que lastran la econom¨ªa", asegura el comunicado de la Central de Trabajadores de Cuba (la CTC, el sindicato ¨²nico) en el que se informa de la dr¨¢stica reducci¨®n de plantillas.
Los primeros 500.000, en 2011
Todos los centros estatales deber¨¢n presentar un plan de ajuste antes de abril, y esta previsto que al cierre de 2011 est¨¦n fuera los primeros 500.000 trabajadores "sobrantes". La CTC indica que "ya no ser¨¢ posible aplicar la f¨®rmula de proteger o subsidiar salarialmente de forma indefinida a los trabajadores". Se trata de un punto clave. Nadie lo ha confirmado oficialmente, pero al parecer el proyecto es hacer a los cesantes una oferta de empleo en sectores estatales disponibles - como la agricultura y la construcci¨®n, fundamentalmente -, y sino es de su conveniencia, entonces el Estado se limitar¨¢ a pagar un mes de sueldo por cada diez a?os trabajados.
El 'ajuste' es de una dureza extrema. Y m¨¢s cuando durante medio siglo el pa¨ªs se rigi¨® por el paternalismo m¨¢s antiecon¨®mico. Ahora, el Gobierno se prepara para enfrentar el descontento social que seguro generar¨¢n los recortes, pero no hay marcha atr¨¢s. "Es necesario elevar la producci¨®n y la calidad de los servicios, reducir los abultados gastos sociales y eliminar gratuidades indebidas y subsidios excesivos", constata la CTC. Empez¨® la cuenta atr¨¢s. Viene el realismo duro, con reconversiones de caballo y cientos de miles de parados, pero tambi¨¦n con oportunidades en el sector privado. Hoy se admite abiertamente que la decisi¨®n de nacionalizar todos los peque?os negocios privados, en 1968, fue un grave error.
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