El Pent¨¢gono permanece en alerta tras la publicaci¨®n de las filtraciones de Wikileaks
EE UU mide la repercusi¨®n de las revelaciones de la organizaci¨®n de Assange. - Clinton denuncia unas revelaciones que a su juicio ponen en peligro "la seguridad de EE UU y sus aliados"
Irak es una guerra que dif¨ªcilmente puede ser menos popular. La filtraci¨®n por parte de Wikileaks de documentos que revelan miles de muertes de civiles y, sobre todo, la pasividad de altos mandos estadounidenses ante los abusos a prisioneros que protagonizaron soldados y polic¨ªas iraqu¨ªes no hace las cosas precisamente m¨¢s f¨¢ciles. Consciente de que el da?o para su imagen es ya insalvable, Estados Unidos mide ahora con ojos de estratega los efectos de la revelaci¨®n documental. La reacci¨®n del Pent¨¢gono y de la Secretar¨ªa de Estado han ido en la misma direcci¨®n que estos d¨ªas: temen ante todo que los casi 400.000 archivos desclasificados comprometan la seguridad de sus tropas.
Seg¨²n el portavoz del Pent¨¢gono, Geoff Morrell, el paquete de informes que se han publicado "incluye una lista de cientos de nombres de iraqu¨ªes, 300 de los cuales creemos que son particularmente vulnerables a la luz de esta filtraci¨®n, y ya hemos notificado a las fuerzas estadounidenses en Irak que tomen medidas para protegerles". El Pent¨¢gono asegura que tendr¨¢ que extremar la precauciones en la zona ahora que "el pa¨ªs es m¨¢s vulnerable". "[La filtraci¨®n] expone nuestras t¨¢cticas, t¨¦cnicas y procedimientos, c¨®mo operamos en el campo de batalla, c¨®mo respondemos a un ataque, nuestras capacidades y nuestro equipamiento, c¨®mo conseguimos nuestras fuentes y c¨®mo trabajamos con los iraqu¨ªes", se lamentaba Morrell. El Pent¨¢gono ha insistido igualmente en que la fotograf¨ªa que aportan los documentos no representa la historia completa de lo sucedido en Irak sino tan solo "retazos de sucesos, tr¨¢gicos y mundanos".
El Departamento de Defensa ha expresado en un comunicado que tambi¨¦n condena la revelaci¨®n de la informaci¨®n. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha asegurado en una comparecencia junto a su colega paquistan¨ª, Mahmood Qureshi, que perseguir¨¢ cualquier revelaci¨®n de datos "que amenace nuestra seguridad o la seguridad nacional de aquellos con los que trabajamos" y ha condenado cualquier filtraci¨®n de documentos que "ponga en peligro vidas estadounidenses o de sus aliados".
Una prolongada espera
El Departamento de Defensa de EE UU llevaba d¨ªas prepar¨¢ndose para la nueva filtraci¨®n: un equipo de 120 personas trabajaba para descubrir con antelaci¨®n los archivos que podr¨ªan formar parte de los papeles de Irak. Horas antes, el portavoz del Pent¨¢gono, Dave Lapan, hab¨ªa afirmado que el Departamento ya ten¨ªa identificados los archivos y, a pesar de minimizar la importancia de su eventual publicaci¨®n, reconoci¨® que pod¨ªan suponer "una amenaza para las tropas o los iraqu¨ªes que han cooperado".
Los responsables de la OTAN comparten el mismo temor. Antes de la filtraci¨®n, el jefe de la alianza, Anders Fogh Rasmussen, hab¨ªa afirmado que esta pod¨ªa tener "unas implicaciones muy negativas para la seguridad", seg¨²n la BBC.
La publicaci¨®n de los nombres de civiles afganos y colaboradores de la coalici¨®n internacional en Afganist¨¢n fue uno de los principales motivos de cr¨ªticas contra Wikileaks tras la m¨¢siva divulgaci¨®n de archivos de julio. Cinco ONG, entre ellas Amnist¨ªa Internacional, que en 2009 premi¨® a la organizaci¨®n por publicar documentos sobre las matanzas de Kenia, pidieron que se borraran los nombres de los afganos que pod¨ªan ser v¨ªctimas de represalia.
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