Muere Samuel Kunz, el tercer nazi m¨¢s buscado del mundo
Fallece antes de ser juzgado.- Sobre ¨¦l pesaban cargos por su papel en el campo de refugiados de Belzec, donde murieron miles de jud¨ªos en c¨¢maras de gas
No pag¨® uno solo de sus cr¨ªmenes. Samuel Kunz, que figuraba en el tercer lugar de la lista de criminales nazis m¨¢s buscados por el Centro Simon Wiesenthal de Jerusal¨¦n, muri¨® el jueves en libertad a los 89 a?os. Era sospechoso de 10 asesinatos, ocho de ellos con sus propias manos, y de haber colaborado en otros 434.000 durante los 19 meses en los que trabaj¨®, a partir de enero de 1942, como guardia del campo de exterminio nazi de Belzec.
No tuvo problemas legales hasta el pasado verano. Vivi¨® en las inmediaciones de Bonn, la que fuera capital de la Rep¨²blica Federal de Alemania hasta la Unificaci¨®n de 1990, donde trabaj¨® durante d¨¦cadas como t¨¦cnico de mantenimiento en el Ministerio federal de Construcci¨®n. Despu¨¦s de tantos a?os de impunidad a sueldo del contribuyente, Kunz se vio alcanzado por su propia historia a los 88 a?os. El proceso criminal abierto recientemente en M¨²nich contra otro sospechoso llamado John Demjanjuk, llev¨® a las autoridades alemanas a revisar expedientes y a encausar a Kunz. Su proceso penal ya deber¨ªa haber comenzado este mismo oto?o, pero el tribunal de Bonn requiri¨® m¨¢s documentaci¨®n a la Oficina Central para el Esclarecimiento de los Cr¨ªmenes Nazis, con sede en Dortmund. As¨ª, Kunz no pis¨® la c¨¢rcel ni el juzgado.
Una de sus funciones era dirigir los peque?os grupos de jud¨ªos que arrancaban los dientes de oro a los cad¨¢veres o arrastraban afuera los despojos para despu¨¦s limpiar las c¨¢maras
Como John Demjanjuk, Kunz era un Trawniki. Uno de los 3.000 o 4.000 voluntarios procedentes de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica o Polonia que, tras ser capturados por la Wehrmacht, prefirieron colaborar con los nazis a soportar las extremas condiciones a las que Alemania somet¨ªa a sus prisioneros de guerra orientales. Su nombre se deriva de un pueblo del Este polaco llamado Trawniki, donde durante dos o tres meses recib¨ªan los colaboradores sovi¨¦ticos la instrucci¨®n para sus futuras tareas en los guetos jud¨ªos y en los campos de concentraci¨®n y de exterminio. Les daban uniformes decomisados al ej¨¦rcito polaco y algunas armas. Dado que los nazis no terminaban de fiarse de estos j¨®venes c¨®mplices que no sol¨ªan superar los 22 a?os de edad, les permit¨ªan llevar s¨®lo las armas imprescindibles para el cumplimiento de su labor.
Esta fue particularmente concisa en Sobibor, en Belzec y en Treblinka. En los tres campos polacos se asesinaba, poco m¨¢s. Los jud¨ªos y los gitanos llegaban por centenares en vagones de ganado. Los guardias, siguiendo las ¨®rdenes de los oficiales alemanes de la SS, los met¨ªan a porrazos en las c¨¢maras de gas y encend¨ªan los motores para producir los gases que los asfixiaban.
Otra de sus funciones era dirigir los peque?os grupos de jud¨ªos que resolv¨ªan las faenas m¨¢s duras, como arrancar los dientes de oro a los cad¨¢veres o arrastrar afuera los despojos para despu¨¦s limpiar las c¨¢maras. Estos peque?os "comandos especiales" formados por internos jud¨ªos tambi¨¦n terminaban asesinados y sustituidos por reci¨¦n llegados. Alrededor de dos millones de personas -434.508 s¨®lo en Belzec- murieron en estos tres mataderos durante la Operaci¨®n Reinhardt, que es como el mando alem¨¢n llamaba a su plan de asesinar a todos los jud¨ªos en los territorios ocupados durante la II Guerra Mundial. Cientos de Trawniki, entre ellos supuestamente Kunz, prestaron una ayuda considerable para la consumaci¨®n del crimen.
Nacido en 1921, Samuel Kunz era un "alem¨¢n del Volga". Estos rusos de vieja ascendencia germana todav¨ªa disfrutan hoy de la posibilidad de acceder a la ciudadan¨ªa alemana. A Kunz le sirvi¨® para acceder a su puesto de suboficial de los "Trawniki", reservados por lo general a presos ucranios o b¨¢lticos, a rusos anticomunistas o a rusos, como ¨¦l, de ascendencia alemana. Despu¨¦s pudo llevar en Renania una apacible y longeva existencia que termin¨® el pasado jueves.
Ayer, este diario publicaba las cartas del m¨¦dico de las SS Aribert Heim, el nazi m¨¢s buscado y odiado del planeta, quien se comunic¨® durante d¨¦cadas con su familia desde su escondite en Egipto donde supuestamente muri¨®. La justicia alemana acusaba a Aribert Heim, el Carnicero de Mauthausen, de asesinar a 300 presos con inyecciones de benceno en el coraz¨®n durante su paso por el siniestro Revier, la enfermer¨ªa del campo de concentraci¨®n donde trabaj¨® como m¨¦dico de las SS.
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