EE UU: "Un r¨¦gimen criminal de naturaleza violenta y autoritaria"

"Un r¨¦gimen criminal de naturaleza violenta y autoritaria". As¨ª definen los documentos hasta ahora secretos de la Embajada de EE UU en Minsk al Gobierno del presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994 y a quien mencionan rutinariamente como "el dictador". Hasta marzo de 2008, cuando se terminan los cables con la retirada de la embajadora, la diplomacia norteamericana describe un pa¨ªs dominado por una nomenclatura mafiosa de estirpe sovi¨¦tica donde los negocios turbios y el acoso a la oposici¨®n y a la prensa independiente est¨¢n a la orden del d¨ªa. De hecho, alguno de los telegramas llevan encabezamientos como "Los compinches del c¨ªrculo ¨ªntimo de Lukashenko" o "Lukashenko: un gobernante de estilo sovi¨¦tico pero sin ejecuciones de masas".

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En el primer cable citado, datado en febrero de 2007, la Embajada considera cre¨ªble una informaci¨®n publicada por el peri¨®dico ruso en Internet Belaruskiy Partizan que implica a dos hombres de confianza de Lukasehnko -Yuri Sivakov, antiguo ministro del Interior y ex titular de Deportes y Turismo, y el coronel Dmitri Pavlichenko, comandante de la unidad de fuerzas especiales personal del presidente- en una red de lavado de dinero y evasi¨®n de capitales a partir de una gran redada de los servicios secretos en las oficinas de la asociaci¨®n de veteranos de las fuerzas especiales Chyest (Honor), realizada en noviembre del a?o anterior y frenada posteriormente tambi¨¦n por el KGB bielorruso.

Los dos personajes son citados adem¨¢s en una investigaci¨®n del Consejo de Europa del a?o 2003 como sospechosos de participar en la desaparici¨®n de l¨ªderes de la oposici¨®n en 1999-2000 y ambos gozan de la protecci¨®n del presidente. El informe de la Embajada concluye: "Las acusaciones parecen cre¨ªbles, dado que ambos hombres tiene una destacada reputaci¨®n como criminales", pero, "los hechos probablemente nunca ser¨¢n revelados completamente dada la profundidad de la corrupci¨®n del r¨¦gimen".

En el segundo, un antiguo consejero de prensa del presidente describe a este en una conversaci¨®n con diplom¨¢ticos estadounidenses como un producto de la educaci¨®n sovi¨¦tica -"el dictador entiende el uso de la ideolog¨ªa como una manera de enmascarar las verdaderas intenciones de sus acciones"- capaz de tomar decisiones duras pero "consciente de que debe parar antes de permitir que los opositores lo vinculen a ejecuciones extrajudiciales".

El hijo de Lukashenko

En la misma conversaci¨®n, de octubre de 2007, la fuente plantea a sus interlocutores algunos de los temas que hoy gravitan sobre la pol¨ªtica de Bielorrusia: el ascenso de Viktor, el hijo de Lukashenko y posible sucesor, el distanciamiento de Rusia y la apertura a Occidente a pesar de su expediente antidemocr¨¢tico.

La sustituci¨®n del jefe del KGB bielorruso en julio de 2007 consagra a Viktor Lukashenko como uno de los hombres fuertes del r¨¦gimen, seg¨²n los despachos de la Embajada de EE UU. El nuevo director de los servicios secretos, general Yuri Zhadobin, es un hombre de la m¨¢xima confianza de Viktor y su nombramiento es una victoria del hijo del presidente sobre otros clanes del r¨¦gimen. El hijo de Lukashenko es consejero presidencial y miembro del Consejo de Seguridad porque, seg¨²n afirma a los norteamericanos un abogado de derechos humanos, "el presidente quiere asegurarse de que el KGB y todas las agencias de seguridad est¨¦n bajo control de Viktor antes de las elecciones presidenciales", celebradas el pasado domingo.

Pero eso no es todo. El l¨ªder de un partido de la oposici¨®n explica el relevo al frente de los servicios secretos como "resultado de una guerra por los negocios sucios entre la nomenclatura". La fuente se?ala que el KGB bielorruso ten¨ªa tratos turbios con la industria del petr¨®leo y asegura que la agencia hab¨ªa montado empresas ficticias en Rusia para el lavado de dinero. A la Embajada le resultan convincentes y compatibles las dos explicaciones.

La relaci¨®n con Rusia

El deterioro de las relaciones con Rusia arranca con la decisi¨®n del Kremlin de subirle a Minsk la factura del gas y el petr¨®leo. Para la embajada de EE UU es una buena noticia -"cuanta m¨¢s presi¨®n sobre el dictador, mejor", se dice en un cable- que se explica por tres razones: Rusia quiere tener un mayor control de la red gas¨ªstica de Bielorrusia y no est¨¢ dispuesta a que un tipo impredecible como Lukashenko interrumpa el flujo a Occidente; necesita que Minsk abra su econom¨ªa al capital ruso, lo que pondr¨ªa en condiciones de desventaja a los magnates de Bielorrusia frente a los oligarcas rusos, y por ¨²ltimo Mosc¨² quiere controlar la sucesi¨®n del r¨¦gimen.

Es en este contexto, seg¨²n atestiguan varios despachos, en el que Lukashenko da un giro "multidireccional" a su pol¨ªtica exterior marc¨¢ndose como prioridad mejorar sus relaciones con la Uni¨®n Europea y EE UU y compar¨¢ndola con la seguida por la Yugoslavia de Tito. La legaci¨®n de EE UU termina uno de sus cables con demoledor escepticismo: "No vemos ning¨²n indicio de que la Bielorrusia del dictador est¨¦ embarcada en una senda occidental". Los acontecimientos del domingo y de ayer confirman esta percepci¨®n.

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