"Centroam¨¦rica y EE UU pueden ganar la guerra al narcotr¨¢fico"
El presidente de Guatemala, ?lvaro Colom, inicia su cuarto y ¨²ltimo a?o de Gobierno con el natural desgaste del ejercicio del poder, a lo que se suma la batalla pol¨ªtica propia de un a?o electoral. De acuerdo con una encuesta publicada el viernes por el diario Prensa Libre, un 58% de los consultados reprueba su gesti¨®n y la inseguridad es, seg¨²n un 78%, la mayor causa del desasosiego de los ciudadanos.
Para el mandatario, una de las causas principales de esa inseguridad es la actividad de las bandas del narcotr¨¢fico, particularmente del cartel de Los Zetas, que, aprovechando la extrema debilidad del Estado guatemalteco, parece haberse establecido en este pa¨ªs. Su ubicaci¨®n geogr¨¢fica convierte a Guatemala en el paso obligado de las drogas desde las selvas andinas hacia M¨¦xico, la ¨²ltima frontera antes de llegar al gran mercado estadounidense.
A mediados de diciembre de 2010, Colom impuso un estado de sitio en la provincia de Alta Verapaz, de cuyos frutos la poblaci¨®n parece tener serias dudas. El gobernante, sin embargo, se muestra optimista. "Hemos logrado los objetivos que nos hab¨ªamos propuesto", dijo. Entre estos destaca la informaci¨®n que se obtuvo en los allanamientos a residencias de presuntos narcotraficantes, as¨ª como la sospecha de que uno de los capturados pudiera formar parte de los cabecillas del grupo. "Esperamos informaci¨®n de las autoridades mexicanas para confirmar el extremo".
Seg¨²n el presidente de Guatemala, la medida de excepci¨®n se tom¨® en un momento oportuno. "La cantidad de armamento decomisado es muy superior al recurso humano que, de acuerdo con fuentes de inteligencia, ten¨ªa esta gente. Ello quiere decir que estaban preparando algo grande. Alcanzar un mayor control del pa¨ªs. Una mayor presi¨®n sobre la poblaci¨®n", coment¨®.
El gobernante se?ala que el estado de sitio tambi¨¦n ha permitido al Estado guatemalteco recuperar parte importante del territorio, donde los narcotraficantes ejerc¨ªan un control total. "Solo en la provincia de Pet¨¦n", en el norte del pa¨ªs, "hemos recuperado 118.000 hect¨¢reas. Ah¨ª ya no aterrizan avionetas. Ahora el problema es que descienden en Honduras y entran al pa¨ªs por la v¨ªa terrestre, lo que complica su detecci¨®n y captura".
?lvaro Colom se?ala que durante los ¨²ltimos dos a?os ha trabajado estrechamente con los Gobiernos de la regi¨®n, particularmente con los de M¨¦xico, El Salvador y Honduras, para lograr una respuesta conjunta al problema. "Luchamos en contra una multinacional del crimen. Los Zetas ya no son mexicanos, ya no tienen pasaporte, ya no tienen fronteras. Tenemos informaci¨®n de que hay capos mexicanos que ejercen control [de la distribuci¨®n de drogas] en ciudades estadounidenses", revel¨®.
El mandatario est¨¢ convencido de que la guerra contra el narcotr¨¢fico "se puede ganar", y de contar en el empe?o, con el apoyo de la Administraci¨®n estadounidense. "Mantengo contactos frecuentes con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y puedo afirmar que la Administraci¨®n del presidente Barak Obama es consciente de la corresponsabilidad que tiene Estados Unidos como el principal consumidor", dijo, aunque insisti¨® en que se tendr¨¢ que llegar a "pactos en problemas como qu¨¦ se va a hacer con las armer¨ªas situadas en la frontera mexicano-estadounidense", las que, seg¨²n sus palabras, "inundan de armas a toda la regi¨®n".
Parte de la estrategia que Colom plantea para luchar contra las mafias del narcotr¨¢fico consiste en la coordinaci¨®n de acciones entre todos los involucrados. "Hasta ahora", afirma, "la lucha no ha rendido los frutos esperados porque los planes que se han dise?ado [El Plan Yucat¨¢n, para M¨¦xico, o el Plan Colombia, para esa naci¨®n] han sido dise?ados desde un despacho en Washington, cuando debieron hacerse en estrecha coordinaci¨®n con los pa¨ªses afectados".
La poblaci¨®n guatemalteca no es tan optimista. Algunos personajes que han abordado el tema, como el arzobispo primado de Guatemala, Julio Vian, han expresado su temor porque el combate a las mafias del narcotr¨¢fico pueda derivar en una nueva guerra en suelo centroamericano, esta vez contra un enemigo econ¨®micamente muy poderoso, con lo que ello implica: superioridad en armas y algo que es una realidad inocultable: la compra de voluntades, al extremo de tener cooptadas a muchas instituciones del Estado.
Tres a?os de gobierno
?lvaro Colom se enfrenta al ¨²ltimo a?o de su mandato en medio de feroces cr¨ªticas por lo que todas las encuestas coinciden en se?alar como su mayor fracaso: la inseguridad ciudadana y la falta de transparencia en la utilizaci¨®n de los recursos p¨²blicos, dos de sus promesas electorales. Tambi¨¦n por un escaso reconocimiento a sus aciertos en el campo social, particularmente en programas como Mi Familia Progresa, que contempla pagos a los padres que env¨ªen a sus hijos a las escuelas, lo que elev¨® la factura de la cobertura escolar a cifras sin precedentes. Este logro se le ningunea y se le acusa de utilizar recursos del Estado con af¨¢n clientelista.
Las encuestas califican como positivo el manejo de la macroeconom¨ªa. Entre las asignaturas pendientes se encuentra la reforma fiscal, tema que crispa a la todopoderosa iniciativa privada. Con una carga fiscal que oscila entre el 10% y el 12%, Guatemala es uno de los pa¨ªses que menos tributa en Latinoam¨¦rica. A esto se suma una evasi¨®n de caracter¨ªsticas vergonzosas. Se estima que solo en la recaudaci¨®n del impuesto al valor a?adido (IVA, que en este pa¨ªs genera la mitad de los ingresos del Estado), el recaudador se apropia, impunemente, de un 60%. Para corregirlo es necesario un pacto fiscal que la patronal condiciona a tres compromisos: ampliar la base tributaria, hacer m¨¢s eficiente la recaudaci¨®n y combatir el contrabando.
Los organismos internacionales recomiendan a Guatemala que eleve su carga fiscal hasta un 15% o 18%. Analistas locales, como el polit¨®logo Manuel Conde, creen que ser¨ªa un ¨¦xito alcanzar un 14%. Si en los meses que le quedan (Colom entregar¨¢ el poder el 14 de enero de 2012), lograra un acuerdo en este campo, podr¨ªa ser su gran aportaci¨®n para el futuro del pa¨ªs.
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