Crisis humanitaria en la frontera de Libia con T¨²nez
Grupos de j¨®venes tunecinos se erigen en improvisados funcionarios e intentan contener la avalancha humana que huye de la represi¨®n de Gadafi a trav¨¦s del paso fronterizo de Ras el Ajdir
El conflicto en Libia se ha convertido ya en una crisis humanitaria. Seg¨²n c¨¢lculos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), unas 100.000 personas han abandonado ya el pa¨ªs. Y miles m¨¢s esperan su turno para huir de la represi¨®n de Gadafi. Actualmente, hay alrededor de 20.000 personas esperando a cruzar el paso fronterizo de Ras el Ajdir. La mayor¨ªa de ellos son trabajadores egipcios, cuyo ¨¦xodo en masa arranc¨® el pasado mi¨¦rcoles, pero que desde entonces se ha ido intensificando hasta hacerse casi insostenible.
La situaci¨®n en la frontera este lunes por la ma?ana es de mucha tensi¨®n y dramatismo. Los militares tunecinos se ven incapaces de controlar el flujo de personas que se agolpan frente a la verja azul que separa ambos pa¨ªses. Ante el creciente caos, grupos de j¨®venes tunecinos se han erigido en improvisados agentes de aduana y controlan como pueden el acceso a territorio tunecino. Al otro lado, muchas personas est¨¢n saltando a la desesperada la tapia que hace de frontera. Lanzan sus maletas y pertenencias al aire y despu¨¦s intentan colarse trepando el muro. Les esperan los j¨®venes voluntarios que les piden la documentaci¨®n y a los que no la portan consigo les conminan a volver a Libia.
Para paliar este desorden, ACNUR tiene planeado instalar hoy mismo un campo de tr¨¢nsito en T¨²nez para dar cobijo a la multitud que huye de los enfrentamientos en Libia. "Las autoridades tunecinas est¨¢n acomodando a la gente en refugios y escuelas, pero ahora se dan cuenta de que no pueden abarcar la situaci¨®n y necesitan de la ayuda de la comunidad internacional", ha asegurado Liz Eyster, de ACNUR, en declaraciones a la BBC. Los representantes locales de la Media Luna Roja han calificado la situaci¨®n de "crisis humanitaria". "El mundo entero deber¨ªa movilizarse para ayudar a Egipto a repatriar a sus compatriotas"
Escenas de desesperaci¨®n
Anoche ya se vivieron escenas de desesperaci¨®n en el lado libio de Ras el Ajdir. Los refugiados intentaron el asalto a la frontera y se encontraron con la respuesta contundente de los militares tunecinos, que la empredieron a palos. Un hombre en el suelo trataba de protegerse la cabeza con las manos mientras un militar le golpeaba. Otro se tapaba el cuello cubierto de sangre. Pero la desesperaci¨®n parec¨ªa ser m¨¢s fuerte que los golpes y los refugiados insist¨ªan en entrar a toda costa. Exaltados, en medio del griter¨ªo y de la violencia, unos j¨®venes trataban de subirse encima unos de otros para superar la tapia. Los gritos de los egipcios se han hecho m¨¢s ensordecedores cuando la c¨¢mara les ha apuntado. Mientras ellos ped¨ªan salir en las im¨¢genes, un grupo de j¨®venes tunecinos al otro lado de la tapia les provocaban y ayudaban a los militares a que ninguno entrara.
La frontera de Ras el Ajdir ha cambiado mucho en las ¨²ltimas horas. La organizaci¨®n de los primeros d¨ªas y la hospitalidad de los tunecinos, unos sorprendentes anfitriones que han acudido en su ayuda sin pedir nada a cambio, se ha vuelto un caos ante la avalancha de personas. El ritmo de llegada de refugiados se ha acelerado y ha desbordado a los tunecinos.
Algunos llevan horas viajando para recorrer los 200 kil¨®metros de carretera que unen la capital libia con T¨²nez. Despu¨¦s de ser robados por la polic¨ªa de Gadafi en los controles del camino, los refugiados egipcios tienen que esperar durante horas para que les lleven en autobuses a pabellones y centros escolares en la ciudad tunecina de Ben Gardan. Se quejan de que ninguna autoridad egipcia se ha acercado hasta all¨ª para darles informaci¨®n.
En el puesto fronterizo de Ras el Jdir confluyen ahora mismo los tres pa¨ªses que han protagonizado las revueltas de los ¨²ltimos meses: Libia, T¨²nez y Egipto. Tres estados que todav¨ªa viven en el descontrol pero que mantienen vivos el sue?o de la revoluci¨®n.
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