La investigaci¨®n en EE UU de la radicalizaci¨®n musulmana provoca acusaciones de 'McCarthysmo'
El Congreso inicia sus deliberaciones entre un aluvi¨®n de cr¨ªticas por lo que se considera una nueva 'Caza de Brujas'
Lo que va a suceder hoy en el Congreso cuando el representante republicano por Nueva York, Peter King, inicie la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre la radicalizaci¨®n de los musulmanes en Estados Unidos retrotrae a los a?os de la caza de brujas del senador Joseph McCarthy y su Comit¨¦ de Actividades Antiamericanas. De hecho, las diferentes y numerosas organizaciones musulmanas que se han levantado contra la islamofobia del pol¨ªtico le califican ya como el McCarthy del siglo XXI.
King considera que el enemigo est¨¢ dentro de casa y que la creciente radicalizaci¨®n de los musulmanes nacidos y criados en Estados Unidos es una amenaza que debe ser revisada antes de que sea tarde. Como presidente del Comit¨¦ de Seguridad Nacional de la C¨¢mara -cargo al que lleg¨® tras la victoria republicana en las pasadas elecciones legislativas-, King basar¨¢ su argumentaci¨®n en dos afirmaciones: que los americanos musulmanes no cooperan ni con la ley ni con el orden a la hora de denunciar actividades sospechosas y que entre el 80 y el 85% de los l¨ªderes isl¨¢micos son extremistas.
"Todas las acusaciones que hace King son falsas", aseguraba este mi¨¦rcoles en rueda de prensa Nihad Awad, director ejecutivo de CAIR (Consejo de Relaciones Americano-Isl¨¢micas, siglas en ingl¨¦s). Awad aporta como fuentes que niegan la acusaciones de King al propio director del FBI, Robert Mueller, y al sheriff de Los ?ngeles, Lee Baca. Michael Rolince, que entre los a?os 2002 y 2005 estuvo al frente de la Divisi¨®n Contraterrorista del FBI en Washington, asegura sin lugar a dudas que "la comunidad ha recurrido a los agentes de la ley en numerosas ocasiones" para denunciar situaciones sospechosas.
Tanto para Awad como para el resto de los comparecientes en la rueda de prensa, lo que el representante King est¨¢ haciendo es demonizar y estigmatizar a toda una comunidad por su fe, que en el caso de los musulmanes estadounidense se eleva a siete millones de personas. "La actuaci¨®n de King no es desconocida en la historia de EEUU", explica Shahid Butter, director del grupo jur¨ªdico Billof Rights. Otras comunidades han sido perseguidas en la historia del pa¨ªs, desde los afroamericanos a los jud¨ªos americanos, pasando por los campos de internamiento a los que fueron confinados los japoneses tras el ataque de Pearl Harbor o los comentarios sectarios que se hicieron contra los cat¨®licos cuando John Kennedy lleg¨® a la presidencia del pa¨ªs. Por aquel entonces, altas instancias de la inteligencia norteamericana consideraban que si el cat¨®lico JFK llegaba a la presidencia, el Papa dirigir¨ªa el pa¨ªs.
"King s¨®lo est¨¢ embarcado en una maniobra pol¨ªtica barata que le aporte notoriedad, no en conocer la realidad de los hechos", puntualiza Butter. "Si realmente fuera sincero en investigar el terrorismo dom¨¦stico estar¨ªa estudiando las bombas de Oklahoma o el ataque contra una oficina de Hacienda en Tejas", prosigue. "Sin embargo, King prefiere sentar en el banquillo de los acusados a toda una comunidad", a?ade Muhammad Salim Akhtar, director de la American MuslimTaskforce.
King aportar¨¢ sus propios testigos para su versi¨®n de lo que est¨¢ ocurriendo en Estados Unidos. Entre otros testificar¨¢ ante el comit¨¦ Zuhdi Jasser, habitual tertuliano de los medios de la ultraderecha norteamericana. M¨¢s de 50 organizaciones relevantes dentro de la comunidad isl¨¢mica han ofrecido su participaci¨®n en las vistas del Congreso, pero King las ha rechazado. De ascendencia irlandesa, King no es nuevo en el terreno de la pol¨¦mica con su defensa en los a?os ochenta y noventa de la lucha armada del IRA, organizaci¨®n terrorista que para el pol¨ªtico es comparable al Congreso Nacional Africano de Nelson Mandela.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.