A 10.000 kil¨®metros de Fukushima, se agotan los contadores Geiger
Sanidad asegura que no hay peligro para la salud, pero la alarma agota en las tiendas francesas los medidores de radiactividad
Un poco de aire contaminado, procedente de la central nuclear de Fukushima, alcanz¨® el mi¨¦rcoles el territorio de Francia. 24 horas m¨¢s tarde, las autoridades de ese pa¨ªs no han detectado huellas de radiaci¨®n. Tampoco ven motivos de alarma para la salud de la poblaci¨®n. Y sin embargo, las empresas que venden contadores Geiger est¨¢n agotando sus existencias y el gerente de una de ellas, con base en la ciudad de Toulouse, ha confirmado al diario Lib¨¦ration que lleva vendidos m¨¢s de 500 de estos aparatos en menos de dos semanas, cuando lo normal son 50 contadores por a?o.
?Por qu¨¦ tanta alarma? Los meteor¨®logos franceses llevan varios d¨ªas explicando a sus compatriotas la aproximaci¨®n de la nube, sobre la base de seguimientos por sat¨¦lite. Los vientos la arrastraron al Pac¨ªfico, primero, y despu¨¦s al Atl¨¢ntico, desde donde ha llegado -dicen- a tocar gran parte de Europa occidental. Pero los expertos a?aden que el viaje de m¨¢s de 10.000 kil¨®metros ha diluido la nube lo suficiente como para que pueda descartarse impacto sanitario alguno. El Instituto de Radioprotecci¨®n y Seguridad Nuclear est¨¢ tomando muestras de polvo, agua de lluvia y leche, cuyos an¨¢lisis se esperan con impaciencia. El hecho de que la nube en cuesti¨®n haya sobrevolado hace d¨ªas Estados Unidos, sin noticias de graves consecuencias, no ha sido suficiente para disipar los temores que revelan an¨¦cdotas como la de acabar con el "stock" de estos aparatos.
El contador Geiger se utiliza para medir la radiaci¨®n. Hasta ahora solo era un asunto de profesionales, pero comprar o alquilar uno podr¨ªa convertirse en una tendencia de moda. Para los nuevos pedidos habr¨¢ que esperar semanas. Los franceses est¨¢n acostumbrados a la energ¨ªa nuclear, pero tambi¨¦n son muy partidarios del "principio de precauci¨®n". Cada uno de ellos vive a 300 kil¨®metros de una central nuclear, como m¨¢ximo. Dentro de su territorio hay 58 reactores nucleares, es decir, concentran el 40% de todos los disponibles en la Uni¨®n Europea. Los accidentes no son infrecuentes, aunque ninguno se ha acercado, ni de lejos, a las dimensiones del de Fukushima.
En los ¨²ltimos d¨ªas, el movimiento ecologista franc¨¦s ha pedido un refer¨¦ndum sobre la energ¨ªa nuclear. El presidente de la Rep¨²blica, Nicolas Sarkozy, no parece dispuesto a convocarlo. Sarkozy se ha comprometido a revisar los sistemas de seguridad de las centrales nucleares, y a hacer p¨²blicos los resultados que se obtengan del chequeo a las centrales, pero no comparte las dudas de la canciller alemana, Angela Merkel, sobre la apuesta nuclear. Ser una potencia nuclear es un "elemento esencial" de la independencia energ¨¦tica, a juicio de Sarkozy y de otros muchos pol¨ªticos franceses. Dos cantones suizos han pedido el cierre de la central de Fessenheim, una de las m¨¢s viejas de Francia, situada en una zona de riesgo s¨ªsmico y cerca de la frontera con Suiza, pero desde Par¨ªs han recibido un "no" rotundo como respuesta.
Francia tambi¨¦n es puntera en el tratamiento de los residuos radiactivos. Y no solo de los que generan sus propias centrales. Actualmente se ocupa -a precios elevados- de gestionar los residuos nucleares espa?oles, dado que en Espa?a no existe un lugar con capacidad suficiente para sepultarlos, ni parece previsible que se tome la decisi¨®n de instalar un almac¨¦n de residuos en medio de la alarma provocada por el accidente japon¨¦s.
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