Gingrich, primer republicano que entra en la carrera por la Casa Blanca
El que fuera presidente de la C¨¢mara de Representantes da el pistoletazo de salida entre los republicanos para desbancar a Obama en las elecciones presidenciales de 2012
Al anunciar oficialmente su candidatura presidencial, Newt Gingrich, una vieja gloria de la derecha en busca de su redenci¨®n, se convirti¨® en el primer republicano de peso que entra formalmente en la carrera para destronar a Barack Obama, una misi¨®n que hoy se presenta m¨¢s dif¨ªcil que nunca.
El antiguo presidente de la C¨¢mara de Representantes confirm¨® a trav¨¦s de la redes sociales que, por la noche, anunciar¨ªa en televisi¨®n su intenci¨®n de ser candidato, lo que representa el pistoletazo de salida en la pelea por la nominaci¨®n dentro de un Partido Republicano en el que no ha asomado a¨²n ning¨²n aspirante que ofrezca garant¨ªas suficientes para batir a Obama.
Gingrich tiene, sin duda, la experiencia y el reconocimiento que les falta a todos los nombres que han circulado hasta ahora. Posee el carisma necesario para atraer al sector moderado de su partido y es lo suficientemente conservador como para conseguir el respaldo de la mayor¨ªa radical que en estos momentos domina el republicanismo.
El esc¨¢ndalo extramatrimonial
Pero su historia, aunque adornada por su c¨¦lebre iniciativa de "revoluci¨®n conservadora" a comienzo de los a?os noventa, est¨¢ marcada por un esc¨¢ndalo sexual que condiciona seriamente su credibilidad y su estatura moral. Gingrich tuvo que desaparecer de la escena pol¨ªtica tras conocerse que, al mismo tiempo que actuaba con energ¨ªa inquisidora contra Bill Clinton por el episodio de Monica Lewinsky, ¨¦l estaba teniendo un affaire extramatrimonial con una de sus colaboradoras.
Gingrich mostr¨® despu¨¦s p¨²blico arrepentimiento por ello y se cas¨®, en tercer matrimonio, con la que entonces era su amante. Pero aquel suceso siempre le persigui¨® desde ese momento y es dif¨ªcil que se olvide ahora, pese a que lo intenta por todos los medios. El nuevo candidato no da un paso sin su esposa, Callista, y se ha convertido a la religi¨®n de ella, el catolicismo, como prueba de que es un ser renacido.
A su favor, Gimgrich tiene la confusi¨®n reinante actualmente en las filas republicanas, lo que le da la oportunidad de tomar posiciones antes que nadie, y una voluminosa cuenta corriente. El diario The Wall Street Journal calculaba hace unos d¨ªas que los negocios muy pr¨®speros de Gingrich le han dado en los dos ¨²ltimos a?os unos beneficios de m¨¢s de 30 millones de d¨®lares.
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