Wael Ghonim 'triunfa' en Oslo
Uno de los principales impulsores de la revuelta que acab¨® con Mubarak se muestra optimista con respecto al futuro de Egipto
La primera imagen que muestra la videoconferencia que conecta a Wael Ghonim, desde El Cairo, con Oslo, es una pizarra en la que figura escrita en infantiles letras de colores -los de la bandera egipcia- la frase "Come to Egypt!". La aparicion del h¨¦roe de la Revoluci¨®n del 25 de Enero pone la guinda al Oslo Freedom Forum, que durante tres d¨ªas ha reunido en la capital noruega a expertos, activistas y defensores de los derechos humanos bajo la alargada sombra de las revoluciones ¨¢rabes. Wael Ghonim introduce una de las sesiones del foro, titulada precisamente "El amanecer de un nuevo mundo ¨¢rabe".
"Optimista, muy optimista": as¨ª se define de cara al futuro el principal impulsor de la revuelta popular que acab¨® con tres d¨¦cadas de poder omn¨ªmodo de Hosni Mubarak. Pero, en las butacas del Teatro Christiania de Oslo, otros ¨¢rabes, compa?eros de aventuras de Ghonim -todos ellos treinta?eros, universitarios y blogueros-, disienten del exceso de optimismo del egipcio ante unos cambios que a¨²n pueden dar marcha atr¨¢s, como en T¨²nez o en Bahr¨¦in, donde uno de los ponentes que deb¨ªa hablar en Oslo, el periodista y bloguero Ali Abduleman, desapareci¨® pocos d¨ªas despu¨¦s de recibir la invitaci¨®n para participar en el foro, seg¨²n han informado los organizadores de este. La m¨¢s pesimista es la bloguera tunecina Lina Ben Mhemni, autora de la bit¨¢cora A tunisian Girl, pero tambi¨¦n la activista bahrein¨ª Maryam al Khawaja, que recuerda que en un pa¨ªs tan peque?o como el suyo "hay nada menos que 2.000 presos de conciencia", o el sudan¨¦s Amir Ahmad Nasr. Solo el libio Ghazi Gheblawi, m¨¦dico, bloguero y poeta residente en Londres, secunda t¨ªmidamente la esperanza desatada de Wael Ghonim.
"Necesitamos solo 18 d¨ªas para acabar con un r¨¦gimen de tres d¨¦cadas. Nunca en 500 a?os de historia hab¨ªa ocurrido nada parecido en Egipto. Y eso fue posible porque los j¨®venes, que antes no ten¨ªan voz, se han hecho o¨ªr esta vez gracias a nuevas formas de comunicaci¨®n", dice Ghonim desde El Cairo. Maryam al Khawaja le replica, bromeando: "Como alguien vuelva a decirme que las revoluciones ¨¢rabes son posibles gracias a Twitter y Facebook, le mato". Su postura es compartida por la bloguera tunecina, que sit¨²a el debate en el fondo, y no en la forma: "El papel de las redes sociales se ha exagerado mucho. Si es por eso, tambi¨¦n deber¨ªamos decir que esta revoluci¨®n es un triunfo de Al Yazira, que nos ha dado voz. Lo que han hecho las redes sociales es aventar nuestra propuesta, diseminar nuestras voces por el mundo".
La transformaci¨®n en curso en el norte de ?frica y Oriente Pr¨®ximo es, para Ghonim, "un momento hist¨®rico, pero no solo para el mundo ¨¢rabe, sino para todo el mundo. Las reclamaciones de la sociedad civil se han fundido con las de la sociedad real, se han alimentado mutuamente, y eso debe ser un revulsivo para el mundo civilizado, para que acabe de una vez por todas con sus prejuicios hacia los ¨¢rabes, y porque anticipa lo que puede ocurrir en otros pa¨ªses que tambi¨¦n padecen injusticias y desigualdades". Esta eclosi¨®n de cambios ha colocado a los ¨¢rabes "en el mainstream [corriente principal] del mundo, y no en una posici¨®n subordinada, sino como protagonistas", a?ade el ejecutivo de Google.
Ghazi Gheblawi cree que la situaci¨®n en Libia, abismada en una guerra civil, tiene un trasfondo positivo: "Durante m¨¢s de 40 a?os perdimos nuestra identidad como libios, como ciudadanos. Ese fue el principal logro de la revoluci¨®n de Gadafi: convertirnos en un erial, dejarnos sin pol¨ªtica, sin sociedad civil, sin leyes ni Constituci¨®n. Pero en unas semanas hubo una explosi¨®n de creatividad: lo hemos inventado todo de repente, desde las manifestaciones a las milicias. Hay un florecimiento, o mejor dicho, una reinvenci¨®n, del pa¨ªs: solo en el este de Libia han aparecido 26 publicaciones y varias emisoras de radio en estas semanas".
Lina Ben Mhenmi ata en corto las expectativas desatadas por la ca¨ªda del presidente Ben Ali, en su pa¨ªs, y el rais Mubarak en Egipto. "En T¨²nez ha vuelto a declararse el toque de queda, y en los ¨²ltimos d¨ªas varios periodistas y blogueros han sido detenidos y torturados. Me preocupan mucho los derechos de las mujeres, somos las que m¨¢s podemos perder si la Revoluci¨®n del Jazm¨ªn descarrila", explica. "Las cosas no han cambiado tanto en mi pa¨ªs, contin¨²an las manifestaciones y la represi¨®n violenta de las protestas. Soy pesimista, no puedo ser otra cosa. Solo soy optimista cuando veo que la juventud no cede, pero no es f¨¢cil colocarse en primera l¨ªnea. Hace falta mucho coraje", concluye.
Un futuro incierto
Amir Ahmad Nasr, autor del blog The Sudanese Thinker, no es pesimista ni optimista; le basta con ser esc¨¦ptico. "?Cu¨¢ntos de ustedes creen que triunfar¨¢ la primavera ¨¢rabe?", pregunta al p¨²blico que sigue el debate. Una veintena de manos se alza en el patio de butacas, ocupado por medio centenar de personas. "?Ven? Eso es lo que yo llamo estar mal informado. Si las revueltas ¨¢rabes han producido esa impresi¨®n en Occidente, es que se est¨¢ bajando la guardia. Si estuvieran dentro, ver¨ªan las cosas de otra manera", explica Nasr, que vive en Catar.
Ghonim lleva la voz cantante del debate, pues para eso es la estrella invitada. Sonriente y feliz como un colegial en vacaciones, solo matiza su optimismo cuando desgrana las dificultades a que Egipto debe hacer frente. "El verdadero desaf¨ªo que afrontamos es la econom¨ªa. Si la gente pierde su empleo va a dejar de sentirse involucrada en algo que le ha devuelto el orgullo, pero que no le va a dar de comer, salvo que el mundo, que tanto se implic¨® en nuestra revoluci¨®n, nos ayude ahora, y de una manera muy f¨¢cil: simplemente, viniendo a hacer turismo a Egipto. O contribuyendo en proyectos de desarrollo de infraestructuras... Pero vamos a conseguirlo, soy muy optimista y conf¨ªo en los egipcios. Somos m¨¢s fuertes que antes".
Lina Ben Mehnmi, voz de la cautela, contrapone una medida de prudencia para sacar adelante la incierta revoluci¨®n tunecina. "Los activistas no tienen ninguna estrategia, tienen solo t¨¢cticas, y unas pocas. Y eso es muy malo cuando se tiene enfrente a contrarrevolucionarios que utilizan los mismos medios [redes] sociales que nosotros, pero que tienen ante todo una estrategia muy clara", analiza. No hace falta imaginar cu¨¢l es: agostar por cualquier medio la primavera ¨¢rabe.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.