No, he Kahn't
Strauss-Kahn ha revitalizado el FMI otorg¨¢ndole un papel decisivo en la respuesta a la crisis internacional. Su legado queda ahora en el aire
Genio y figura; tal vez demasiado figura. Dominique Strauss-Kahn, detenido anoche por una supuesta agresi¨®n sexual, ha conseguido en los ¨²ltimos a?os revitalizar un Fondo Monetario Internacional que languidec¨ªa -en el mejor de los casos- en su papel de bombero econ¨®mico del mundo, ignorados sus consejos tras unos a?os en los que el FMI impon¨ªa a los pa¨ªses con problemas (latinoamericanos y asi¨¢ticos, durante los ochenta y los noventa) una severa cura de adelgazamiento con el sesgo neoliberal -y hoy totalmente desfasado- del Consenso de Washington. En estas lleg¨® el hurac¨¢n financiero internacional. Y el FMI, con Strauss-Kahn a la cabeza -socialista y franc¨¦s, para m¨¢s se?as, en una instituci¨®n acusada de ser el patio trasero de EE UU y el ep¨ªtome de su pol¨ªtica econ¨®mica de desregulaci¨®n y capitalismo de casino-, resucit¨® entonces a Keynes. Pidi¨® est¨ªmulos fiscales en todo el mundo, consigui¨® que los emergentes -China, India y Brasil- contribuyeran a las arcas del FMI para volver a ejercer el papel de bombero en los pa¨ªses con problemas, fue uno de los ide¨®logos de sustituir el G-7 por el G-20 y, en fin, se le considera uno de los personajes capitales a la hora de impedir que la Gran Recesi¨®n fuera a¨²n peor: una Gran Depresi¨®n en toda regla, al estilo de los a?os treinta del siglo pasado.
El FMI se ha quitado con Strauss-Kahn buena parte del marchamo de ultraortodoxo. ?ltimamente acepta incluso controles de capital en los pa¨ªses emergentes para evitar la formaci¨®n de burbujas: algo que hace 20 a?os era motivo de excomuni¨®n en la sede del Fondo, en la calle 19 de Washington, junto al Banco Mundial -su instituci¨®n gemela-, a dos pasos de la Casa Blanca y del Tesoro de Estados Unidos, en lo que tal vez supone la mayor concentraci¨®n de poder en el Atl¨¢ntico Norte. Porque el FMI ven¨ªa de un buen pu?ado de annus horribilis seguidos. Si de 1994 a 2002 tuvo mucho trabajo -crisis latinoamericanas, crisis asi¨¢ticas, tequilazos, efectos tango y un largo etc¨¦tera-, despu¨¦s las crisis acabaron y el Fondo fue acusado de irrelevancia. O de algo m¨¢s: no vio venir la crisis por ning¨²n lado durante la etapa del espa?ol Rodrigo Rato, cuya extra?a salida del FMI, a¨²n sin explicar, hizo mucho da?o al prestigio de la instituci¨®n.
Su sucesor ha conseguido poner el FMI de nuevo en el mapa. Con alg¨²n borr¨®n: ya se vio involucrado en un esc¨¢ndalo sexual en 2008, del que sali¨® de rositas: una investigaci¨®n interna lo calific¨® de "serio error de juicio", de ser algo "lamentable", pero no de acoso, favoritismo o abuso de autoridad (el lance fue con la directora de uno de los departamentos de la organizaci¨®n) y Strauss-Kahn consigui¨® salir sin cargos, pese a las sospechas.
Strauss-Kahn despliega una energ¨ªa arrolladora en Washington y en el G-20. Tiene un magnetismo indudable: en sus ruedas de prensa hay siempre respuestas ¨¢giles, risas, ingenio y tambi¨¦n enjundia y buenos argumentos. H¨¢bil con la prensa y en los despachos, el director gerente le ha dado m¨¢s voz a los emergentes, convencido de que el epicentro de poder del mundo est¨¢ virando de Occidente a Oriente. 2011 ten¨ªa que ser su a?o: no hab¨ªa comparecencia ante la prensa en la que no se le preguntara por su vuelta a Francia, que ¨¦l se encargaba de no desmentir con un requiebro h¨¢bil. Hab¨ªa conseguido incluso darle una p¨¢tina social al Fondo, atrayendo para s¨ª a la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo, organizando cumbres sobre el empleo, dedic¨¢ndole al paro una atenci¨®n sobresaliente en sus discursos.
No hace tanto se vend¨ªan como churros en Washington (y en Par¨ªs) camisetas con el lema Yes, he Kahn (un juego de palabras con el lema de Obama). El ¨²ltimo episodio sexual del director gerente, incluso aunque no se demuestre, pone en cuesti¨®n su regreso a la pol¨ªtica francesa e incluso la parte final de su mandato en el FMI, que ha revitalizado y en pleno proceso de cambio para dar m¨¢s peso a los emergentes -en detrimento de Europa-, incluso en el consejo ejecutivo. Es probable que los miembros de ese consejo ejecutivo tengan un buen n¨²mero de intensas reuniones en adelante. Lo seguro es que los vendedores de camisetas van a plantearse un cambio en el estampado. ?Tal vez No, he Kahn't?
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