?El futuro presidente de Francia?
El director del FMI, Dominique Strauss-Kahn , favorito en los sondeos, se perfila como el gran rival de Sarkozy en las elecciones
Hace unos a?os, un diplom¨¢tico estadounidense que lo conoc¨ªa bien lo describi¨® as¨ª: "Probablemente es el m¨¢s capacitado de los dirigentes socialistas franceses, pero carece del fuego sagrado para ganar". Por entonces corr¨ªa mayo de 2006 y Dominique Strauss-Kahn se aprestaba a acudir a las elecciones primarias a fin de convertirse en el candidato del Partido Socialista franc¨¦s (PS) para competir con Nicolas Sarkozy por la presidencia de la Rep¨²blica. Perdi¨®. Es m¨¢s, fue vapuleado por una candidata sorpresa, S¨¦gol¨¨ne Royal, que acapar¨® el 60% de los votos en esas primarias (Strauss-Kahn obtuvo el 20%, y Laurent Fabius, el 18%).
Efectivamente, DSK, como se le conoce en Francia a Dominique Strauss-Kahn, carec¨ªa entonces del dichoso fuego. Pero muchos aseguran que el actual director del Fondo Monetario Internacional (FMI) lo ha encontrado ya y que se perfila como el oponente m¨¢s seguro, firme y ventajoso para enfrentarse a Nicolas Sarkozy en las pr¨®ximas elecciones de 2012.
?Dejar¨¢ DSK un puesto influyente y bien remunerado para someterse a dos campa?as dur¨ªsimas? Le apasiona el ajedrez. Juega muchas noches varias horas, casi siempre con oponentes encontrados en Internet
Con la crisis financiera, Strauss-Khan, al frente del FMI, se ha convertido en una especie de bombero mundial
Su popularidad en los sondeos franceses comienza a remontar en 2009. Se transforma en una especie de mes¨ªas
Le apasiona el ajedrez. Juega muchas noches varias horas, casi siempre con oponentes encontrados en Internet
Los sondeos, desde hace muchos meses, lo confirman. Es el personaje pol¨ªtico preferido por los franceses, en todo tipo de encuestas y consultas. Primer ejemplo: en la entrega de diciembre de un sondeo regular llevado a cabo por el semanario Le Nouvel Observateur, Strauss-Kahn barr¨ªa a Sarkozy en una hipot¨¦tica elecci¨®n presidencial por un 63% contra un 38%. M¨¢s que cualquier l¨ªder de la izquierda; m¨¢s que cualquier otro pol¨ªtico. Segundo: en una encuesta publicada el domingo pasado por Le Journal du Dimanche a ra¨ªz de la conmemoraci¨®n del aniversario de la muerte de Fran?ois Mitterrand, DSK es el pol¨ªtico socialista que mejor representa la herencia del viejo presidente.
Strauss-Khan no asisti¨® al acto de homenaje que el socialismo franc¨¦s rindi¨® a Mitterrand en la localidad donde naci¨® y donde fue enterrado, Jarnac, pero eso da igual. Da la impresi¨®n de que, se pregunte lo que se pregunte, Strauss-Kahn, que vive en Washington, que no pisa casi Francia y que por razones de su cargo tiene prohibido comentar la pol¨ªtica nacional, sale vencedor siempre desde la lejan¨ªa. Como le denomin¨® hace meses un periodista, es una suerte de "omnipresente ausente", due?o de un vac¨ªo que sabe amortizar.
De ah¨ª que algunos pronostiquen que DSK se convertir¨¢ en el l¨ªder del socialismo franc¨¦s que volver¨¢ a instalar a la izquierda en el El¨ªseo, algo que no ocurre, precisamente, desde que Mitterrand abandonara ese palacio en 1995, despu¨¦s de haberlo ocupado 14 a?os.
Para eso, primero, deber¨¢ imponerse en las primarias socialistas, las elecciones que perdi¨® frente a Royal en 2006. La direcci¨®n del PS, en una reuni¨®n celebrada el pasado martes, a la que acudi¨® la plana mayor del partido -a excepci¨®n, claro, de Strauss-Kahn-, decidi¨® el calendario: todo el que quiera ser candidato deber¨¢ presentarse entre el 28 de junio y el 13 de julio. Y el 9 de octubre, los simpatizantes socialistas franceses, tras pagar un euro y firmar una declaraci¨®n en la que afirman ser de izquierdas, podr¨¢n elegir al candidato que se enfrentar¨¢ a Nicolas Sarkozy. En teor¨ªa, Strauss-Kahn contar¨¢ con tres oponentes con posibilidades: la ex primera secretaria del PS, Martine Aubry; el ex primer secretario, Fran?ois Hollande, y la ex candidata presidencial S¨¦gol¨¨ne Royal, ex mujer de Hollande y vencedora de las anteriores primarias.
Hasta ahora, solo Royal ha dado el paso y ha asegurado que se presentar¨¢. Los otros tres, como tres tah¨²res viejos en una larga partida de p¨®quer, juegan, amagan, tantean y se esconden. Cuesti¨®n de t¨¢ctica pol¨ªtica y de elegir el momento adecuado para lanzar la apuesta o de retirarse. Sobre todo en el caso de Strauss-Kahn. Hasta el punto de que la pregunta del mill¨®n de la pol¨ªtica francesa desde hace un a?o es precisamente esa: ?dejar¨¢ en verdad DSK un cargo bien remunerado, influyente, con prestigio internacional, encaramado en la cima del mundo, para presentarse a dos elecciones, unas primarias y unas presidenciales, y a dos campa?as dur¨ªsimas e impredecibles solo con el viento a favor de los sondeos?
Dominique Strauss-Kahn naci¨® en abril de 1949 en la adinerada localidad de Neuilly-sur-Seine, en las afueras de Par¨ªs, en el seno de una familia de origen jud¨ªo. Su curr¨ªculum acad¨¦mico: diplomado de la escuela de Altos Estudios de Comercio, de la de Ciencias Pol¨ªticas, licenciado en Derecho p¨²blico y profesor de Econom¨ªa. Se confiesa socialdem¨®crata, seguidor a cierta distancia del intervencionismo econ¨®mico de Keynes, fue diputado con 37 a?os y ministro de Industria y Comercio con 42, en 1991, con Pierre Beregovoy. En 1997, tras la inesperada victoria de la izquierda en las elecciones legislativas, Lionel Jospin, su mentor en el PS, llamado a formar Gobierno, le confi¨® el puesto clave de ministro de Econom¨ªa y Finanzas, desde donde pele¨® contra el d¨¦ficit p¨²blico -un problema end¨¦mico en Francia-, privatiz¨® varias empresas claves, como Air France y France T¨¦l¨¦com, batall¨® por la entrada de Francia en el euro y se opuso -sin ¨¦xito- a la semana laboral de las 35 horas, impulsada por la entonces ministra de Trabajo y actualmente su hipot¨¦tica rival en las primarias, Martine Aubry.
Es elegante, de espaldas anchas, de porte cuadrado. Le apasiona la tecnolog¨ªa y el ajedrez: juega muchas noches varias horas, casi siempre con oponentes an¨®nimos encontrados en Internet. Diletante, seductor y mujeriego, lo que le ha costado alg¨²n disgusto serio y, seg¨²n el libro DSK .Les secrets d?un pr¨¦ssidentiable, escrito por una ex colaboradora que firma con el pseud¨®nimo de Cassandra, una advertencia del mism¨ªsimo Sarkozy, antes de convertirse en el presidente del Fondo Monetario Internacional: "Ten cuidado: ah¨ª no se bromea. Evita coger el ascensor t¨² solo con una becaria, ya sabes. Francia no puede permitirse un esc¨¢ndalo".
Est¨¢ casado por tercera vez: su actual esposa Anne Sinclair es una famosa periodista de televisi¨®n, antigua estrella de TF1, y nieta heredera de la inmensa fortuna del conocido marchante de arte neoyorquino Paul Rosenberg. Ella le apoy¨® -con dinero sacado de la venta de alg¨²n cuadro- cuando se embarc¨® en la aventura de las primarias de 2006. Tiene capacidad de discusi¨®n, es persuasivo y temible en los debates. Habla perfectamente ingl¨¦s y alem¨¢n, se defiende en italiano, espa?ol y ¨¢rabe.
Cassandra, en el libro citado, le califica tambi¨¦n de "ambicioso, manipulador, mentiroso patol¨®gico, perseguidor de faldas y extremadamente inteligente".
Sin embargo, en 2007, despu¨¦s de que Sarkozy ganara El El¨ªseo, con el Partido Socialista franc¨¦s desguazado, nadie daba ni un duro por ¨¦l. Fue entonces cuando, parad¨®jicamente, se le apareci¨® la oportunidad de su vida: Rodrigo Rato renunci¨® a los a?os que le quedaban de mandato al frente del Fondo Monetario Internacional y DSK encontr¨® en el extranjero el destino ideal en el que refugiarse mientras el vendaval de la derecha francesa acababa de desmantelar las posiciones socialistas. Para su nombramiento cont¨® con el aval inicial del por entonces primer ministro luxemburgu¨¦s (y actual presidente del Eurogrupo) Jean-Claude Juncker. Y con el apoyo expreso de Sarkozy, que ve¨ªa c¨®mo uno de sus potenciales enemigos para 2012 quedaba neutralizado en una jaula dorada en Washington. El 28 de septiembre de 2007, Strauss-Kahn se convert¨ªa en director gerente del FMI, una instituci¨®n ciertamente prestigiosa pero entonces m¨¢s devaluada que ahora.
Los principios no fueron f¨¢ciles. El consejo que le dio Sarkozy relativo a su vida privada fue premonitorio: en octubre de 2008 su puesto se tambale¨® tras descubrirse una relaci¨®n con una empleada de la instituci¨®n que le acus¨® de haber abusado de su cargo para aprovecharse de ella. "Es un tipo de hombre que no puede trabajar con mujeres a sus ¨®rdenes", aseguraba en una carta la mujer. DSK se disculp¨®, sufri¨® una investigaci¨®n interna que indag¨® sobre su vida y de la que sali¨® exonerado pero noqueado. Su mujer le perdon¨® en las p¨¢ginas de su blog a fin de que la redenci¨®n p¨²blica de Strauss-Kahn surtiera efecto. Otra vez, nadie daba un duro por ¨¦l.
Paralelamente, se desat¨® una crisis financiera planetaria que arrastr¨® todos los par¨¢metros y desplom¨® todos los indicadores econ¨®micos. Aprovechando su oportunidad, Strauss-Kahn maniobr¨® h¨¢bilmente para que el Fondo Monetario Internacional se convirtiera en la instituci¨®n de referencia del G-20, el grupo de pa¨ªses m¨¢s influyentes del mundo, incluidos los estados emergentes.
Los esc¨¢ndalos de faldas se olvidan, y DSK sabe insuflar cierta tendencia keynesiana a la instituci¨®n, que en el principio de la crisis aboga por la intervenci¨®n estatal para frenar la devastaci¨®n de la tormenta. Sea como fuere, la instituci¨®n gana prestigio, poder y presencia. Y ¨¦l se labra una s¨®lida reputaci¨®n al saltar de crisis en crisis con determinaci¨®n y acierto. Adquiere categor¨ªa de dirigente mundial, tal vez ese fuego sagrado del que hablaba el diplom¨¢tico estadounidense y del que carec¨ªa en 2006. Se convierte en una suerte de bombero mundial, que un mes acude a una Grecia herida de muerte, al siguiente a Irlanda y que se coloca con la manguera preparada apuntando a Portugal o Espa?a.
La revista Time lo coloca en 2010 entre las diez personas m¨¢s influyentes del mundo. Al mismo tiempo, discute con Angela Merkel y Nicolas Sarkozy de t¨² a t¨² la profundidad ideal del fondo de rescate europeo para prevenir nuevas hecatombes.
A partir de 2009, es decir, en lo m¨¢s duro de la crisis, su popularidad en los sondeos franceses comienza a remontar. Su equipo de colaboradores se ve obligado a llevar a cabo una labor de equilibrista pol¨ªtico: transformarlo en una suerte de mes¨ªas, conseguir que no decaiga el inter¨¦s sobre ¨¦l en Francia sin que ¨¦l aparezca por el pa¨ªs o hable de cuestiones de pol¨ªtica francesa. Cuentan con una ventaja: cierta distancia beneficia. Fran?ois Hollande, ex primer secretario socialista, uno de sus posibles rivales en las primarias y un pol¨ªtico extremadamente inteligente y agudo lo resum¨ªa as¨ª hac¨ªa unas semanas: "Siempre es popular el que est¨¢ lejos". Pero demasiada lejan¨ªa perjudica, difumina, hace que los electores se olviden de ¨¦l. Mientras el hurac¨¢n de la crisis siga soplando su presencia en el meollo internacional est¨¢ asegurada pero... ?Y si amaina? "Hay que aguantar las brasas hasta oto?o", aseguraba hace unos d¨ªas un colaborador suyo en el semanario Le Point.
Arrastra dos defectos electorales: el primero es que su presencia al frente del FMI le aparta del ala m¨¢s a la izquierda del partido, que no deja de verle como un representante m¨¢s del poder financiero mundial. En mayo, en una entrevista en France 2, asegur¨® que los 60 a?os a los que se jubilaban entonces los franceses no deb¨ªan resultar "ning¨²n dogma". "El mundo cambia muy r¨¢pido", a?adi¨®. Sus palabras parec¨ªan concordar m¨¢s con las de Nicol¨¢s Sarkozy (que impuso de hecho en oto?o la jubilaci¨®n a los 62 a?os) que las de sus correligionarios. Esa fue de las pocas veces que se refiri¨® a un tema franc¨¦s (aunque desde el punto de vista econ¨®mico) y el l¨ªo en el que el director del FMI meti¨® a su propio partido fue tal que se vio obligado a llamar a Martine Aubry para asegurarle que su comentario no iba contra ella.
La segunda de esas taras electorales es su riqueza personal y su afici¨®n a mostrarla: gana 350.000 euros al a?o, su esposa es millonaria, posee un apartamento de lujo en la Place des Vosges, uno de los lugares m¨¢s hermosos de Par¨ªs, y una residencia de lujo en Marrakech. El mismo Sarkozy, acusado en una ¨¦poca de adoptar maneras de nuevo rico, asegur¨®, en una de esas comidas con diputados de su grupo en las que suelta la lengua: "Al lado de DSK, yo soy un monje trapense. Mi reloj al lado del suyo es una birria". Muchos apuntan a que en una campa?a electoral despiada, este elemento saldr¨¢ a relucir. "Nicolas Sarkozy tuvo que buscar hasta las facturas de una escalera de madera cuando se present¨®. Una campa?a es un momento muy particular", aseguraba en Le Express el ministro de Interior y amigo personal del presidente de la Rep¨²blica, Brice Hortefeux, al comentar las posibilidades de DSK, al que calific¨®, no sin cierto misterio y cierta mala leche, como de "hombre importante con errores personales".
Jean-Pierre Raffarin, ex primer ministro bajo la presidencia de Jacques Chirac, por el contrario, alerta de su gran potencial: "Tiene una fuerza extraordinaria, ya que est¨¢ a la vez en la oposici¨®n y en puesto de responsabilidad".
Su mandato al frente del FMI concluye en 2012. Su misterio (?se presentar¨¢? ?no se presentar¨¢?) se resolver¨¢ antes. ?l pretend¨ªa retardar el calendario y as¨ª ganar tiempo, pero el resto de los dirigentes socialistas, reunidos el martes con su patente ausencia, no transigieron. Martine Aubry, cuya relaci¨®n ha atravesado periodos de odio y de estima reconocida, a la que le une un pacto no escrito de no agresi¨®n, fue clara a la salida de esa reuni¨®n clave y dio las fechas l¨ªmite: el 13 de julio es el ¨²ltimo d¨ªa para presentar la candidatura a las primarias. Y a?adi¨®: "Dominique debe bajar ya de la estratosfera".
As¨ª, antes de ese d¨ªa se aclarar¨¢ el misterio y se sabr¨¢ si el personaje perdedor que Sarkozy factur¨® hacia Washington con una sonrisa y la intenci¨®n cierta de de neutralizarle para siempre vuelve a Francia convertido en su adversario m¨¢s temible.
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