Lo viejo y lo nuevo en el uso de la fuerza
Tenemos muy pocos datos de los Navy Seals que asaltaron la mansi¨®n de Bin Laden en Abbotabad, pero hay numerosos indicios que nos permiten sospechar que este tipo de soldados usan c¨¢maras de video en sus acciones y que as¨ª lo hicieron las dos docenas de militares que penetraron en la casa. Al parecer, las im¨¢genes que no hemos visto no son ¨²nicamente las de Bin Laden muerto, sino probablemente de toda la acci¨®n, rodada en infrarrojos desde los m¨®viles prendidos del cuerpo o del casco de los militares.
Es una mera conjetura, ciertamente. Pero muy dif¨ªcil de excluir vista la vertiginosa evoluci¨®n de la tecnolog¨ªa. Lo que es seguro es que si hay alguien que est¨¦ utilizando las tecnolog¨ªas m¨¢s punteras esos son los Navy Seals, una de las fuerzas mejor entrenadas y equipadas del mundo, capaces de realizar acciones tan dif¨ªciles y delicadas como el asalto de Abbotabad.
La captaci¨®n de im¨¢genes en directo durante una acci¨®n militar es un instrumento inapreciable de direcci¨®n, pero adem¨¢s permite, posteriormente, analizar y mejorar la actuaci¨®n de los soldados, con precisi¨®n de detalle en los movimientos y en las posiciones de cada uno de los participantes en las acciones. Tiene, adem¨¢s, repercusiones ¨¦ticas indiscutibles: pensemos por un momento c¨®mo debe ser la preparaci¨®n y la actitud de un soldado que sabe que todas sus acciones, incluidas las reflejas y por tanto involuntarias, estar¨¢n al alcance de la visi¨®n directa y del posterior an¨¢lisis de sus jefes, y que incluso podr¨¢n constituirse en pruebas de valor jur¨ªdico ante hipot¨¦ticas investigaciones que quieran realizar los distintos poderes del Estado.
El uso de c¨¢maras en el transcurso de acciones militares es una gran novedad en los asuntos b¨¦licos, que est¨¢ en perfecta correlaci¨®n con la grabaci¨®n de la detenci¨®n de combatientes enemigos y los interrogatorios correspondientes. La tecnolog¨ªa, en esta cuesti¨®n y en todo, tiene dos caras, que en este caso son buenas las dos: sirve para mejorar la actuaci¨®n militar, pero tambi¨¦n sirve como garant¨ªa de la correcci¨®n jur¨ªdica y ¨¦tica de los militares durante la realizaci¨®n de su trabajo.
Todo esto es aplicable tambi¨¦n a la polic¨ªa. Un consejero del Interior moment¨¢neamente c¨¦lebre ha propuesto que las fuerzas antidisturbios est¨¦n dotadas de c¨¢maras de v¨ªdeo en sus cascos. Es una excelente idea, por lo dem¨¢s contradictoria con que el mismo gobierno al que pertenece haya quitado las c¨¢maras de video instaladas en las comisar¨ªas para grabar los interrogatorios de los detenidos. Con estas im¨¢genes, la polic¨ªa podr¨ªa constituir m¨¢s f¨¢cilmente pruebas con valor judicial sobre la actuaci¨®n de quienes est¨¦n perturbando el orden p¨²blico. Documentar¨ªa tambi¨¦n mucho mejor las agresiones que suelen sufrir los antidisturbios en sus enfrentamientos con los revoltosos. Pero, sobre todo, la polic¨ªa se ver¨ªa obligada a comportarse con mayor contenci¨®n y proporcionalidad cuando entra en contacto con manifestantes pac¨ªficos y pasivos como sucedi¨® el pasado viernes en Barcelona.
El consejero catal¨¢n cree que con estas c¨¢maras contar¨ªa con las pruebas de que su polic¨ªa fue atacada por los manifestantes, en vez de encontrarse como ahora con lo contrario, con las grabaciones de las cargas realizadas por las televisiones presentes en la plaza de Catalunya o por los propios manifestantes con sus m¨®viles. Pero no se da cuenta de que una polic¨ªa sometida a este control videosc¨®pico no hubiera realizado las actuaciones lamentables que se vieron la pasada semana.
Vamos a ver cu¨¢nto tiempo tardamos en contar con videopolic¨ªas en las calles de Barcelona. Esperemos que sea pronto, y que mientras tanto no se siga enmascarando con palabras vac¨ªas la crudeza de unas im¨¢genes tomadas en directo y sin manipulaci¨®n alguna.
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