Los 'aganaktismeni', el 15-M a la griega
La ocupaci¨®n de la plaza Sintagma revela tanto entusiasmo y persistencia como desencanto ante un presente atroz y un futuro incierto
La presencia de decenas de miles de aganaktismeni (indignados) en el coraz¨®n de Atenas y otras muchas ciudades de Grecia ha sido capaz de lograr un raro consenso en la politizada sociedad del pa¨ªs: el 35,8% de los griegos cree que sus movilizaciones son positivas para la democracia, y el 31,71% considera que pueden contribuir a que la situaci¨®n mejore, seg¨²n la encuesta que publica esta semana la edici¨®n digital del diario To Vima (centro-izquierda). Cuando la conocida revuelta del Polit¨¦cnico de Atenas, en la que un centenar de estudiantes se hicieron fuertes en 1973 en ese recinto universitario en protesta contra la dictadura militar (1967-74), fueron solo unos pocos quienes celebraron la iniciativa; la mayor¨ªa vio la ocupaci¨®n "como poco m¨¢s que una provocaci¨®n", recuerda Pantelis Bukalas, analista del diario conservador Kathimerini. La revuelta del Polit¨¦cnico es hoy una leyenda irrebatible y un hito en la lucha ciudadana contra el poder.
La pac¨ªfica ocupaci¨®n de la plaza ateniense de Sintagma, el equivalente al kil¨®metro cero de Madrid, revela tanto entusiasmo y persistencia como desencanto ante un presente atroz y un futuro incierto. Tambi¨¦n integra en el mismo clamor la apat¨ªa y la anarqu¨ªa, dos rasgos del car¨¢cter nacional, como recordaban esta semana varios articulistas griegos. "Es cierto que en un pa¨ªs donde el hecho de protestar est¨¢ enraizado en la psique nacional, las manifestaciones contra las medidas [econ¨®micas] adoptadas [por el Gobierno] desde el pasado abril hab¨ªan sido poco menos que an¨¦micas", explica Nick Maltuzis, de Kathimerini.
La contenci¨®n se debe en gran parte al miedo: a comienzos de mes, un manifestante qued¨® en coma tras un confuso incidente; hace un a?o, tres empleados de un banco de Atenas murieron carbonizados al reventar unos encapuchados una manifestaci¨®n pac¨ªfica contra el Gobierno. Los indignados, de momento, han conseguido mantener lejos la violencia, salvo brotes espor¨¢dicos y menores como el zarandeo de alg¨²n coche oficial a las puertas del Parlamento de Atenas, o el acoso a un grupo de eurodiputados que participaban en unas jornadas de la Comisi¨®n Europea sobre migraciones y asilo en Corf¨²: sus eurose?or¨ªas tuvieron que salir en un caique del restaurante del puerto donde com¨ªan, en un pintoresco periplo patrocinado por el hast¨ªo colectivo.
Los aganaktismeni griegos re¨²nen, a juicio de comentaristas y soci¨®logos, "cantidad y calidad" en la protesta: son, como los espa?oles, veinta?eros y treinta?eros bien preparados, la generaci¨®n m¨¢s formada de la historia -pese a las deficiencias de un sistema educativo que amenaza ruina-, que rechazan la posibilidad de que su primer empleo formal reciba un salario de 600 euros, una de las ¨²ltimas propuestas del Gobierno socialista en el en¨¦simo paquete de reformas presentado desde que se aprob¨® el rescate del FMI y la UE, en 2010. "Seiscientos euros es casi lo que nos cuesta al mes una academia privada para completar el programa que no vemos en clase, tanto en el instituto como en la universidad, o pagar las clases de ingl¨¦s, porque en la ense?anza p¨²blica solo aprendes a decir hello y goodbye. Y en cuanto a un m¨¢ster, habr¨ªa que trabajar muchos meses a fondo perdido para costearse uno", explica Ang¨¦lica, de 29 a?os, soci¨®loga en paro con una beca Erasmus en Espa?a que sobrevive poniendo copas en un par de bares de Exarjia, un barrio de Atenas. Iulia, de 32, licenciada en Bellas Artes, fot¨®grafa y camarera eventual, cree que el sistema hace tiempo que no logra dar respuesta a las demandas de la sociedad, no solo de los j¨®venes.
"La crisis econ¨®mica ha puesto de relieve el colapso del sistema pol¨ªtico. Ya ni siquiera funciona el clientelismo, porque se han acabado los sobres [de dinero] para repartir entre los amigos. Todas las recetas est¨¢n caducas, empezando por la de los partidos pol¨ªticos; entre los manifestantes en Sintagma hay muchos simpatizantes y militantes de partidos y sindicatos que han llegado a la misma conclusi¨®n que yo: que por ah¨ª no vamos a ning¨²n sitio", explica. Y a falta de canales de comunicaci¨®n, tan esclerotizados como el resto de instituciones, los aganaktismeni griegos depositan en las redes sociales -aunque en foros poco concurridos- sus esperanzas de mantener viva la llama de la protesta. El martes, entre 30.000 y 50.000 personas, seg¨²n las fuentes, se dieron cita en la plaza Sintagma y los Propileos del rectorado de la Universidad, el otro manifest¨®dromo de Atenas. El domingo 5 de junio est¨¢ convocada una movilizaci¨®n general, bajo la consigna "Revoluci¨®n Europea".
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