Obama anuncia que EE UU se repliega de Afganist¨¢n de forma gradual
Unos 33.000 soldados estadounidenses saldr¨¢n de Afganist¨¢n escalonadamente en un a?o. - La Casa Blanca considera que este es el comienzo del final de la guerra
Barack Obama anunci¨® anoche la retirada gradual de las tropas norteamericanas de Afganist¨¢n, algo m¨¢s r¨¢pida que lo que quer¨ªa el Pent¨¢gono, pero dejando sobre el terreno fuerzas suficientes para seguir combatiendo a los talibanes al menos un a?o m¨¢s. 10.000 soldados saldr¨¢n de ese pa¨ªs este a?o y 23.000 m¨¢s antes del final del verano de 2012. Aunque quedar¨¢n despu¨¦s cerca de 70.000, este es el comienzo del final de la guerra m¨¢s larga de la historia de EE UU, un conflicto que empez¨® como respuesta a los ataques del 11-S y que se aproxima a su conclusi¨®n sin haber librado a Afganist¨¢n del desorden y la violencia.
El presidente marc¨® un camino claro, aunque lento, para el final de la guerra: desde la salida de las ¨²ltimas tropas de refuerzo, dentro de un a?o, comenzar¨¢ un proceso de transmisi¨®n del mando al Gobierno y el Ej¨¦rcito afgano, que a partir de 2014 ser¨¢n los ¨²nicos responsables de su propia seguridad, aunque Estados Unidos podr¨¢ ciertas unidades especiales para perseguir a Al Qaeda. Entonces pasar¨¢ de ser una misi¨®n de combate a una de apoyo.
Los jefes militares de EE UU apelan a la prudencia para limitar el repliegue
Obama explic¨® en un discurso televisado a la naci¨®n que la retirada se produce "desde una posici¨®n de fuerza" despu¨¦s de haber cumplido el objetivo b¨¢sico de debilitar a Al Qaeda, aunque admiti¨® que "no vamos a pretender hacer de Afganist¨¢n un pa¨ªs perfecto". Record¨® que la dispersi¨®n de recursos hacia la guerra de Irak impidi¨® durante a?os hacer m¨¢s progresos en Afganist¨¢n y anunci¨® que, despu¨¦s de una d¨¦cada en la que este pa¨ªs ha estado concentrado en la lucha contra el terrorismo, "ahora es el momento de centrarse en EE UU" e "invertir en nuestra gente".
Aunque los plazos establecidos por Obama aceleran un poco el ritmo deseado por los mandos militares, que ped¨ªan una retirada de 5.000 soldados este a?o y un total de 30.000 para finales del pr¨®ximo, el presidente advirti¨® que todav¨ªa es necesario consolidar los avances hechos en los ¨²ltimos meses. "Este es el principio pero no el final de nuestro esfuerzo por ganar esta guerra. Tendremos que hacer a¨²n el trabajo duro de mantener los logros obtenidos", dijo.
Al mismo tiempo, el presidente anunci¨® que su Gobierno intentar¨¢ resolver el conflicto civil afgano mediante negociaciones pol¨ªticas. "Mientras fortalecemos al Gobierno afgano y sus fuerzas de seguridad, Estados Unidos se sumar¨¢ a las iniciativas para la reconciliaci¨®n del pueblo afgano, incluyendo a los talibanes", manifest¨®. "Nuestra posici¨®n sobre esas conversaciones es clara: tienen que ser conducidas por el Gobierno afgano y los que participen en ellas tienen que romper con Al Qaeda, abandonar la violencia y respetar la Constituci¨®n afgana".
El objetivo que Obama se?al¨® para poner fin a la presencia militar en Afganist¨¢n es el de que ese pa¨ªs "deje de ser un santuario de Al Qaeda y de sus afiliados para lanzar ataques contra nuestra patria o nuestros aliados". "No haremos de polic¨ªas en sus calles o patrullaremos sus monta?as indefinidamente; esa es la responsabilidad del Gobierno afgano, que tiene que incrementar su capacidad de proteger a su pueblo", a?adi¨®.
Este discurso, que llega en un momento de mayor pesimismo entre la opini¨®n p¨²blica norteamericana sobre la necesidad de combatir en Afganist¨¢n y de creciente presi¨®n de parte del Congreso para concluir la guerra cuando antes, se presta a diversas interpretaciones sobre el camino elegido por Obama. Por un lado, queda claro que el presidente no est¨¢ dispuesto a una guerra indefinida ni a sumergir a su pa¨ªs en las disputas internas de Afganist¨¢n. En ese sentido, sugiri¨® que su enemigo no son los talibanes ni su objetivo la estabilizaci¨®n de Afganist¨¢n. Al mismo tiempo, no satisface las exigencias de la izquierda dem¨®crata y la derecha conservadora de salir de ese conflicto sin demora.
Por un lado, Obama no da satisfacci¨®n plena al deseo del jefe militar en Afganist¨¢n, general David Petraeus, de mantener sus fuerzas casi ¨ªntegras durante un a?o m¨¢s, pero la deja tropas suficientes para la campa?a del pr¨®ximo oto?o y para mantener plena operatividad durante la mitad del pr¨®ximo a?o.
Obama ha escogido una soluci¨®n, como es costumbre en ¨¦l, que trata de conciliar las opciones encontradas que durante meses han batallado dentro de su Administraci¨®n: el vicepresidente, Joe Biden, como l¨ªder de los partidarios de acelerar la retirada, y el general Petraeus, al frente de los que ped¨ªan m¨¢s prudencia.
Con este discurso, Obama intenta de alguna manera cerrar la p¨¢gina de la guerra de Afganist¨¢n y de un largo periodo de conflictos muy pol¨¦micos iniciados por su antecesor, George Bush, y concentrarse en la econom¨ªa nacional, que es lo que va a decidir las elecciones del a?o pr¨®ximo.
"Ahora acabemos el trabajo que tenemos entre manos", manifest¨®, "acabemos responsablemente estas guerras y recuperemos el sue?o americano que es el centro de nuestra historia".
Los que han defendido la aceleraci¨®n de la retirada consideran que todo lo que se pod¨ªa hacer est¨¢ ya hecho y que, en medio de una lenta recuperaci¨®n econ¨®mica en EE UU, tiene que reinvertir en casa lo que se est¨¢ gastando en aquella lejana naci¨®n. EE UU lleva invertido cerca de un bill¨®n de d¨®lares en una guerra que cuesta hoy 10.000 millones de d¨®lares al mes. M¨¢s de 1.600 norteamericanos han muerto ya en un conflicto que sus detractores consideran imposible de ganar.
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