Esperpento en Miami
Gim¨¦nez, alcalde del condado, es elegido con apenas el 16% de participaci¨®n y Regalado, el de la ciudad, se enzarza a¨²n m¨¢s con el jefe de la polic¨ªa
Miami no deja de ser un imperio de contrastes. La ciudad y el condado Dade (el equivalente hispano a la comunidad aut¨®noma), centros neur¨¢lgicos del sur de Florida, contin¨²an en un camino bien alejado del para¨ªso tur¨ªstico que ofrecen en su envoltorio de lujo. A la crisis, con un paro desconocido del 13%, se suman y repiten los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n mientras cunde ya el des¨¢nimo general.
El Estado del sol est¨¢ desolado. Vive un esperpento perpetuo. Ahora transita entre el pasotismo popular ante tanto desastre pol¨ªtico y econ¨®mico, y un ¨²ltimo escenario ins¨®lito que enfrenta al alcalde y a su jefe de polic¨ªa. El paup¨¦rimo 16% de participaci¨®n en las pasadas elecciones condales ha sido elocuente, y las denuncias de soborno, dignas de cualquier cap¨ªtulo de Miami Vice, ya han alcanzado su punto ¨¢lgido. Parece que no han pasado los a?os setenta.
La crisis no solo es econ¨®mica, sino de valores. No hay indignados en las calles, pero s¨ª en grupos, como los que lograron hace unos meses convocar un refer¨¦ndum y echar al alcalde del condado, Carlos ?lvarez. Su subida de impuestos para aumentar sueldos y beneficios de funcionarios, especialmente de bomberos y polic¨ªas (sus excompa?eros), fue la gota que derram¨® el vaso de la paciencia ciudadana.
Norman Braman, acaudalado del sector automovil¨ªstico, puso el mill¨®n de d¨®lares necesario en la democracia estadounidense para el principio de un proceso, que ya ha costado 12 millones a los contribuyentes, pues se han necesitado dos elecciones. Una primera de descarte y otra entre los dos candidatos m¨¢s votados. En tiempos de penuria, despilfarro capitalista para acabar teniendo un 84% de abstenci¨®n. M¨¢s de un mill¨®n de ciudadanos con derecho a voto no acudieron a las urnas. Los que se acercaron o votaron anticipadamente no llegaron a 200.000, proporci¨®n mucho peor que las habituales en elecciones locales donde se ausentan tres cuartas partes del electorado .
"La gente est¨¢ harta de los pol¨ªticos. Todo es corrupci¨®n, malgasto y maltrato al ciudadano", dice Antonio, un indignado silencioso, que reconoce: "Pero si no se hace nada, si ni siquiera se ejerce el derecho al voto, peor a¨²n". El problema es que ?lvarez fue sustituido, pero las estructuras no han cambiado, como se ha seguido quejando Braman. Carlos Gim¨¦nez, el nuevo alcalde, fue largos a?os comisionado y se opuso a ?lvarez en muchas decisiones, pero nunca dimiti¨®. Ahora tiene una dur¨ªsima tarea por hacer en solo a?o y medio, el tiempo que le quedaba a ?lvarez de mandato.
Con 400 millones de d¨®lares de d¨¦ficit debe cuadrar el nuevo presupuesto sin subir impuestos, asunto intocable. Ya ha anunciado que se reducir¨¢ su sueldo a la mitad para poder exigir as¨ª recortes a los distintos sindicatos. La ¨²ltima subida de 200 millones adicionales de beneficios a los funcionarios es una losa y ser¨¢ una de sus v¨ªas para recortar gastos sin deteriorar gravemente los servicios b¨¢sicos y sociales. Un 70% del presupuesto se dedica a sueldos y pensiones. La otra, "a la griega", disminuir tambi¨¦n la asfixiante burocracia, con cerca de medio centenar de departamentos en el condado, el doble que a nivel federal.
"Gim¨¦nez", dice Antonio, "es el mal menor, pues su rival, Julio Robaina, exalcalde de Hialeah (el municipio m¨¢s cubano del condado), tiene muchas m¨¢s cosas que callar". Antonio califica a Robaina, que era el gran favorito, como un astuto abanderado de la bajada de impuestos, pero siempre en busca de dinero. La jugada le sali¨® mal porque el voto no hispano lo maltrat¨® y perdi¨® fuerza en su propia casa. Su etapa de Hialeah ya fue muy pol¨¦mica y los bomberos, gremio poderoso en Florida, enfadados tras unos despidos, resultaron clave al hacer campa?a a favor de Gim¨¦nez. Robaina fue el m¨¢s perjudicado en una ¨¢spera campa?a de descalificaciones. Por ejemplo, pag¨® muy caro haberse aprovechado groseramente de errores burocr¨¢ticos para eludir impuestos y estuvo implicado en un turbio asunto con un joyero, que fue encarcelado por estafa.
Pobre opini¨®n
No es extra?a la mala opini¨®n existente de los pol¨ªticos del sur de Florida. En la ciudad de Miami, cuando fue elegido el alcalde Tom¨¢s Regalado pareci¨® llegar un aire fresco de transparencia y honestidad. Se hab¨ªa criticado al anterior, Manny D¨ªaz, por embarcarse en obras fara¨®nicas que han endeudado tambi¨¦n gravemente las arcas municipales.
Regalado incluso sustituy¨® al jefe de polic¨ªa anterior, que lleg¨® a pasearse largo tiempo con un coche cortes¨ªa de un concesionario. Pero Miguel Exp¨®sito, el nuevo, se ha convertido de elegido en su pesadilla. Primero se cuestion¨® su actuaci¨®n en varios tiroteos mortales en los barrios de mayor¨ªa negra, siempre los m¨¢s conflictivos, y despu¨¦s estall¨® una aut¨¦ntica guerra por las m¨¢quinas de juego en los bares.
El alcalde aprob¨® una ordenanza para recaudar un canon, pero Exposito se dedic¨® a hacer redadas argumentando que son ilegales en el Estado y solo se permiten en los casinos autorizados. Su cruzada empez¨® en 2010 e incluso se enfrenta a demandas por difamaci¨®n a empresarios de juegos de azar que, curiosamente, financiaron parte de la campa?a de Regalado.
El ¨²ltimo episodio del esperpento ha terminado por dinamitar la credibilidad que le quedaba al alcalde, antes tambi¨¦n comisionado y periodista. "Es un desastre", ha confesado una funcionaria cercana, abrumada por tanto problema y a punto de abandonar el barco.
Un blog local ha publicado ahora que el pasado enero unos representantes municipales le ofrecieron a Exp¨®sito un cheque de 200.000 d¨®lares para que se fuera. Un adelanto, pues se trataba de la mitad de la cantidad total. Se adjuntaba incluso fotocopia del tal¨®n del banco donde est¨¢ ingresado el dinero que pagan los contribuyentes. La ciudad va a tener un d¨¦ficit de 54 millones de d¨®lares en 2012.
El jefe de polic¨ªa, que no lo acept¨®, no ha querido calificar el asunto de soborno, y lo deja al criterio del cada vez m¨¢s asombrado personal. Seg¨²n ha declarado, no lo denunci¨® porque "es lo habitual en tantas investigaciones en marcha de las que no se habla". Solo lo ha comentado cuando se ha filtrado el tejemaneje, ha vuelto a repetir que no se retira y que no han encontrado razones para echarle. Pero alguna va aparecer, quiz¨¢, porque en la p¨¢gina web de la ciudad ya se admiten aspirantes para el puesto. Exp¨®sito, como indica su apellido, parece abandonado.
Regalado, tras meterse en una selva de contradicciones, ha reconocido despu¨¦s de negar lo que sab¨ªa de la operaci¨®n, pero que no intervino directamente. Por ley, se escuda en que el alcalde s¨®lo se dirige al administrador de la ciudad. Tony Crapp, que ejerc¨ªa en enero, ya no est¨¢ y s¨ª se fue con miles de d¨®lares de compensaci¨®n adem¨¢s de contratar personal cuando se hab¨ªan anunciado recortes por la crisis.
Todo est¨¢ desbordado, como Miami, para¨ªso del desprop¨®sito a costa del ciudadano, ya sea pasota o no.

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