Muere abatido a tiros el hermanastro del presidente afgano
Ahmed Wali encabezaba el consejo provincial de Kandahar y hab¨ªa contribuido a asentar la influencia de Karzai en el sur
Un hombre armado ha asesinado hoy a tiros a Ahmed Wali Karzai, hermanastro del presidente afgano, Hamid Karzai, y jefe del Consejo Provincial de la provincia de Kandahar, en el sur del pa¨ªs, inform¨® a Efe una fuente policial. Karzai, uno de los hombres m¨¢s poderosos del sur del pa¨ªs, habr¨ªa sido asesinado por uno de sus guardaespaldas, seg¨²n informa Reuters, que cita fuentes oficiales.
"Confirmo que Ahmed Wali ha sido asesinado en su domicilio", ha se?alado Zalmay Ayoubi, portavoz del gobernador de la provincia de Kandahar. Las primeras hip¨®tesis apuntan que el autor del homicidio forma parte del c¨ªrculo de confianza del fallecido, seg¨²n ha avanzado el jefe del departamento de la lucha antiterrorista del Ministerio de Interior. "Parece que Ahmed Wali Karzai ha sido asesinado por uno de sus guardaespaldas, y que no hay ning¨²n implicado ajeno [al entorno de Karzai]", ha indicado a Reuters.
El golpe m¨¢s duro
Ahmed Karzai hab¨ªa sobrevivido a al menos otro intento de asesinato en a?os recientes. La muerte de Walid Karzai, gobernador de Kandahar, es el golpe m¨¢s duro contra el Gobierno de su hermano Hamid y contra sus patrocinadores exteriores, EE UU y los dem¨¢s pa¨ªses de la OTAN. Los Karzai son el s¨ªmbolo de todo lo que ha ido mal en Afganist¨¢n: corrupci¨®n, ineficacia, se?ores de la guerra... Casi 10 a?os despu¨¦s de la intervenci¨®n occidental y la derrota de los talibanes, a finales de 2001, EE UU y sus aliados no han logrado consolidar la situaci¨®n pol¨ªtica ni mejorar de forma sustancial la situaci¨®n de la mujer.
Los talibanes recuperaron la iniciativa militar en 2007 y ya controlan una parte del pa¨ªs. Kandahar es la batalla dentro de la batalla, la cuna de los talibanes y donde EEUU ha concentrado sus tropas de ¨¦lite. Conquistar la provincia de Kandahar era el golpe que se buscaba: unos talibanes debilitados para futuras negociaciones.
Que un guardaespaldas de Walid le matar¨¢ a tiros demuestra que el castillo no es seguro, que el enemigo est¨¢ dentro. La muerte del gobernador de Kandahar, a quien se le han adjudicado v¨ªnculos con la CIA y el narcotr¨¢fico, siempre desmentidos por su hermano, el presidente, llega en un momento en el que las tropas occidentales empiezan a anunciar sus planes de retirada. Se buscaba una victoria simb¨®lica para ganarse a la poblaci¨®n y los aliados se han encontrado con un asesinato simb¨®lico que contiene un mensaje impl¨ªcito: la victoria es imposible.
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