Los minutos m¨¢s largos en la historia de Monterrey
Los regiomontanos viven la jornada con una mezcla de rabia, indignaci¨®n, tristeza y frustraci¨®n por la inseguridad y la ola de violencia que ha escalado en los ¨²ltimos a?os
Han sido los 2 minutos y 30 segundos m¨¢s largos en la historia de Monterrey, una ciudad que hasta hace unos a?os hab¨ªa destacado como la capital industrial de M¨¦xico. El atentado en un local de apuestas con nombre de pel¨ªcula, Casino Royale, dur¨® apenas un instante, pero ha bastado para dejar 52 muertos y consternar a toda una ciudad.
A un d¨ªa de lo que las autoridades empiezan a llamar un "atentado terrorista", la vida cotidiana retoma su rutina en las calles. Pero entre los habitantes algo ha cambiado. Los que han tenido que salir a trabajar o a estudiar se han encontrado sumidos en una mezcla de desconfianza, tristeza, enojo, dolor y frustraci¨®n. "Ya no es el mismo Monterrey de antes", dice Abraham Reyes, un ingeniero quien vive en San Jer¨®nimo, la zona del atentado. "Ya no es tanto el peligro de que te pase algo en la noche sino que a cualquier hora del d¨ªa te pueden pasar este tipo de cosas. Esto ocurri¨® antes de las cuatro de la tarde, ahora hasta te da miedo ir al cine".
En una ciudad que cre¨ªa haber visto ya el cat¨¢logo completo de cr¨ªmenes del narcotr¨¢fico, desde decapitados, secuestrados y hasta ahorcados, el m¨¢s reciente episodio de la ola de violencia ha desafiado la capacidad de asombro de sus habitantes. La tragedia es el tema de conversaci¨®n en la mayor¨ªa de los centros de trabajo y estudio. "Yo pens¨¦ que ya hab¨ªa visto lo peor y no, lo que da miedo es pensar que todav¨ªa falta algo peor, algo que no hemos visto", dice Isabel Gonz¨¢lez, que circu¨® con su coche frente al sitio del atentado minutos despu¨¦s de que ocurriera. "Ya nada m¨¢s nos queda rezar, porque cada vez hay menos confianza en las autoridades".
Marcada por el dinamismo econ¨®mico, la capital de Nuevo Le¨®n (entidad que produce el 7,5% del PIB) era una ciudad considerada de las m¨¢s seguras de M¨¦xico hasta hace unos cinco a?os, cuando empez¨® a crecer la violencia. Sus barrios opulentos y marginales parec¨ªan haber encontrado la f¨®rmula de convivir sin sobresaltos, y sus calles pod¨ªan recorrerse sin temor a ser asaltado. Pero eso parece haber quedado en el pasado.
Ahora sus habitantes comentan, con cierto humor, que la ¨²nica manera de sentirse seguro aqu¨ª es estar fuera de la ciudad. De hecho, en los ¨²ltimos a?os, algunas familias de clases altas y medias han emigrado hacia Estados Unidos (la frontera est¨¢ a unos 200 kil¨®metros de distancia) en busca de la tranquilidad perdida. Desde hace unos tres a?os, en Monterrey, la violencia ha comenzado a imponer restricciones en la vida diaria: se recomienda no salir por la noche, no ir a discotecas y hasta no estar en el momento y el lugar equivocado, con lo que eso signifique. El l¨ªder del Tec, una de las escuelas privadas de mayor prestigio y de Cemex, una de las mayores cementeras del mundo, Lorenzo Zambrano, declaraba recientemente que era fundamental para M¨¦xico rescatar esta ciudad. "No permitiremos que se pierda Monterrey", dijo a EL PAIS en febrero.
Pero mientras llega el d¨ªa en que la ciudad recupere sus d¨ªas m¨¢s pac¨ªficos, los vecinos del Casino Royale han sido testigos de que Monterrey puede transformarse en cuesti¨®n de minutos en un argumento de pel¨ªcula de horror. "Ayer llegu¨¦ a casa y estaban sacando los cuerpos. Parec¨ªa como si estuviera viendo una pel¨ªcula. Me empez¨® a entrar mucho p¨¢nico. Lo que hay ahora es un sentimiento de frustraci¨®n", dice Luis Villegas, vecino del Casino Royale y testigo de las tareas de rescate.
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