Obama afronta un clima de fuerte hostilidad pol¨ªtica
Algunos congresistas republicanos anuncian su ausencia del discurso del presidente sobre el empleo que pronuncia esta noche
Un grupo de congresistas republicanos ha anunciado su ausencia del discurso sobre el empleo que Barack Obama pronuncia esta noche ante una sesi¨®n conjunta de ambas c¨¢maras en protesta por lo que la oposici¨®n considera un mero acto electoral sin ning¨²n valor econ¨®mico. A cambio, el presidente tiene previsto hacer un llamamiento a poner fin a la degradaci¨®n de la actividad partidista y a la colaboraci¨®n para adoptar cuanto antes medidas contundentes contra el paro.
"Estoy harto de discursos", ha declarado el senador Jim DeMint, uno de los m¨¢s fieles seguidores del Tea Party y el principal promotor de este gesto extremo de desaprobaci¨®n de la pol¨ªtica de la Casa Blanca. Al menos otros dos miembros de la C¨¢mara de Representantes han confirmado su boicot y otros lo est¨¢n considerando, pese a las presiones de los l¨ªderes republicanos en el Capitolio, que entienden que una medida as¨ª da?ar¨ªa gravemente la imagen del partido ante los electores.
"Es el presidente de Estados Unidos y creo que todos los miembros del Congreso deber¨ªan de estar presentes, pero no tengo capacidad para garantizarlo", ha admitido el presidente de la C¨¢mara de Representantes, John Boehner. Tanto ¨¦l como el l¨ªder republicano en el Senado, Mitch McConnell, han anunciado su asistencia, aunque dicen compartir las quejas de sus compa?eros sobre el discurso de Obama. "Esto no es un plan para crear empleo, esto es un plan para lograr la reelecci¨®n", ha declarado McConnell.
Un boicot inusual
La historia norteamericana recoge muy pocos casos en los que se hayan producido ausencias intencionadas de un discurso presidencial ante una sesi¨®n conjunta del Congreso. En los a?os recientes, s¨®lo se recuerdan un boicot de algunos republicanos a un discurso de Bill Clinton y la inasistencia del grupo de congresistas negros a una intervenci¨®n de Richard Nixon.
El hecho de que vuelva a producirse hoy es la prueba del grado de enfrentamiento partidista que ha alcanzado la pol¨ªtica estadounidense. La crisis de este verano sobre la elevaci¨®n del l¨ªmite de deuda y la proximidad de un nuevo ciclo electoral han llevado la tensi¨®n pol¨ªtica hasta niveles que producen esc¨¢ndalo y verg¨¹enza entre algunos ciudadanos que recuerdan la unidad nacional demostrada tras el ataque del 11 de septiembre, hace ahora precisamente diez a?os.
A lo largo de esta d¨¦cada muchas cosas han ocurrido en este pa¨ªs que explican la degradaci¨®n de la convivencia. Dos guerras discutibles y una crisis econ¨®mica sin comparaci¨®n desde la Gran Depresi¨®n son algunos de los principales factores de crispaci¨®n. La irrupci¨®n en el primer plano pol¨ªtico de un movimiento racista y agresivo como el Tea Party es otro elemento imprescindible de la tormenta. Pero tambi¨¦n la izquierda ha contribuido en alguna medida al enfrentamiento actual con llamamientos reiterados a Obama a que margine a la oposici¨®n o gestos como el del pasado fin de semana de Jim Hoffa, hijo del famoso dirigente sindical desaparecido y actual l¨ªder del sindicato de camioneros, quien ofreci¨® al presidente su "ej¨¦rcito" de trabajadores para "frenar a esos hijos de puta" del Tea Party.
Ninguno de esos sucesos tendr¨ªa hoy tanto peso sobre la realidad pol¨ªtica sin el condimento imprescindible del paro. Es la alta cifra de desempleo -9,1%- la que justifica muchas de las muestras de indignaci¨®n y la que da alas y motivos a todos los radicalismos.
Plan de est¨ªmulo econ¨®mico
Obama tiene previsto esta noche pedir la colaboraci¨®n de los republicanos a un plan de unos 300.000 millones de d¨®lares para estimular la econom¨ªa y crear los empleos que se hacen urgentes. El plan es una combinaci¨®n de reducciones de impuestos a la clase media e inversi¨®n p¨²blica en infraestructuras que pretende reactivar el mercado de trabajo y promover el gasto. M¨¢s del 70% de la econom¨ªa norteamericana depende del gasto de los consumidores, por lo que es imprescindible poner dinero en el bolsillo de los ciudadanos para revitalizar la actividad econ¨®mica.
Aunque Boehner, un moderado, ha prometido que tomar¨¢ en consideraci¨®n la propuesta del presidente, parece extremadamente dif¨ªcil que la C¨¢mara de Representantes, donde la influencia del Tea Party es mayor, respalde una iniciativa que exige m¨¢s gasto y podr¨ªa ayudar electoralmente a Obama.
La Casa Blanca dice no perder las esperanzas de que los republicanos, conscientes del precio que pueden pagar por rechazar un plan de creaci¨®n de empleo, acaben d¨¢ndole luz verde. Pero si no es as¨ª, siempre le quedar¨¢ a Obama la carta de acusar a la oposici¨®n de haber torpedeado todos sus esfuerzos para combatir el paro.
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