El poema er¨®tico de Federico de Prusia

Al rey Federico II de Prusia no le gustaba el alem¨¢n, as¨ª que el poema reci¨¦n descubierto en un archivo est¨¢ en franc¨¦s. Se titula La Jouissance, (El gozo). El monarca lo compuso a pocas semanas de ser coronado en 1740, con 28 a?os. Los versos se conoc¨ªan ya en el siglo XIX, pero no figuran en ninguna de las antolog¨ªas de la obra del rey publicadas hasta ahora. El semanario Die Zeit lo sac¨® ayer a la luz p¨²blica por primera vez. Se cree que no fue publicado antes por el tono subido de la pieza. Canta un encuentro entre el conde de Algarotti, amigo real del monarca al que llama "El cisne de Padua", y una mujer a la que llama Cloris. Es el nombre de una ninfa de la mitolog¨ªa griega.

La investigadora de Berl¨ªn Vanessa de Senarclens encontr¨® una copia del poema en un archivo de cartas del rey. La descubridora, que es profesora de franc¨¦s en la Universidad Humboldt de la capital alemana, considera que la composici¨®n choca con la imagen de rey militarista que tiene Federico II. Quiz¨¢ se refiera a los versos que cierran el poema: Un instante de placer es para quien lo goza tan valioso/ como un siglo de honor cuya apariencia enga?a.

El rey le remiti¨® el texto a su amigo el fil¨®sofo franc¨¦s Voltaire. Le pide su opini¨®n sobre la calidad del trabajo. "Recuerda", le dice, "que hay instantes tan dif¨ªciles de describir como el sol en su c¨¦nit". El rey no deja de intentarlo: ?Divina voluptuosidad! ?Reina del mundo!/ Madre de sus placeres siempre fecunda. Luego tocan besos, ¨¦xtasis y suspiros.

Federico, llamado el Grande, rein¨® en Prusia hasta 1772. Convirti¨® el reino del norte alem¨¢n en la superpotencia militar que cien a?os despu¨¦s liderar¨ªa la Unificaci¨®n de los Estados alemanes. Era un gran amante de las artes y de los perros, pero sus bi¨®grafos no encuentran evidencias de que compartiera la pasi¨®n del h¨¦roe del poema por los encuentros amorosos. Seg¨²n se ha recogido, dec¨ªa que el matrimonio es "uno de los deberes m¨¢s duros del oficial prusiano". ?l estaba casado con Isabel Cristina de Braunschweig-Wolfenb¨¹ttel-Bevern, a la que no prestaba mucha atenci¨®n.