El movimiento por la paz de Javier Sicilia moviliza de nuevo a los mexicanos
La Caravana por la Paz convocada por el escritor recorre m¨¢s de 11.000 kil¨®metros
En un mitin en Villahermosa (Tabasco, Golfo de M¨¦xico), el poeta Javier Sicilia advert¨ªa a los pol¨ªticos que "si no enderezan el camino del pa¨ªs, si no se ponen a construir seguridad con los ciudadanos, este, por desgracia, ser¨¢ el ¨²ltimo movimiento pacifista". Apenas una hora despu¨¦s de estas palabras, a las 20.10 del s¨¢bado pasado y a medio camino rumbo a Coatzacoalcos, Veracruz, el l¨ªder del mayor movimiento de v¨ªctimas de la violencia viv¨ªa el temor en carne propia. Agachado en su coche, sus escoltas con las armas desenfundadas por una amenaza de atentado que 15 minutos despu¨¦s se sabr¨ªa falsa. El incidente devolvi¨® a Sicilia la fuerza para terminar dos d¨ªas despu¨¦s la segunda caravana por la paz, que esta vez desenterr¨® muertos de muchas violencias, no solamente las v¨ªctimas del narco, y que con su nuevo ¨¦xito despert¨® la pregunta: tras recorrer el norte y sur de M¨¦xico, ?qu¨¦ sigue para el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad?
"?Qu¨¦ felicidad pretenden construir para ustedes si sus cimientos se basan en la muerte, el sufrimiento y la tortura?", pregunta el escritor a los criminales
En esta ocasi¨®n, Sicilia y sus simpatizantes recorrieron 3.938 kil¨®metros durante 10 d¨ªas. Constataron que, al igual que lo que vieron en junio pasado en la gira por el norte del pa¨ªs, en el sur -en Morelos, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Veracruz y Puebla- "seguimos encontrando voces de v¨ªctimas desatendidas, ignoradas; el patr¨®n com¨²n es la impunidad demoledora", seg¨²n resumi¨® el activista Emilio ?lvarez Icaza, brazo derecho del poeta. Al resumir esta nueva gira, Sicilia denunci¨® que, por su grado de descomposici¨®n, los sure?os Estados de Guerrero y Veracruz son "r¨¦plicas" de los violentos Estados del norte, como Chihuahua, Nuevo Le¨®n y Tamaulipas.
Dos giras in¨¦ditas en la historia mexicana moderna, que recorrieron un total de 11.000 kil¨®metros, el Movimiento de Sicilia ha logrado resucitar los nombres de 500 personas desaparecidas a las que las autoridades hab¨ªan conseguido hallar. Incluso, como pudo registrar el reportero Paris Mart¨ªnez, del sitio Animalpolitico.com, el movimiento ya ha encontrado a una mujer y un ni?o, que han vuelto con sus familiares. El ¨¦xito, constatado en m¨ªtines como el realizado el domingo en Xalapa, Veracruz, el que mayor cantidad de gente convoc¨® en las dos giras, no estuvo exento de cr¨ªticas al supuesto caudillismo del poeta, el mayor activo del movimiento y el blanco de m¨¢s cr¨ªticas.
"[Sicilia] no quisiera encabezar marchas sino hacer novelas. No quisiera pronunciar discursos sino escribir ensayos. No quisiera celebrar reuniones sino animar conversaciones", as¨ª define el periodista Emiliano Ruiz Parra al poeta en su perfil La voz de la Tribu, publicado en la revista Gatopardo. A mitad del recorrido por el sur, el escritor cedi¨® el protagonismo y las v¨ªctimas tomaron la avanzada de la caravana, criticada porque m¨²ltiples movimientos sociales se adue?aban del micr¨®fono, surgidos tras d¨¦cadas de sufrir la violencia de caciques cobijados por los gobiernos estatales. "Hay que hacerse cargo de otras violencias que el movimiento quiere visibilizar en t¨¦rminos de todo lo que est¨¢ dificultando la construcci¨®n de la paz. En el sur hay mucho Gobierno y poca autoridad, mucho Gobierno pero mucha pobreza [...]. El delito que gana terreno, y la impunidad es la norma y la vida", explica en entrevista ?lvarez Icaza, que plantea tres rutas de acci¨®n inmediatas para el movimiento: la exigencia de justicia, que incluye el seguimiento de los casos; la colaboraci¨®n para instrumentar pol¨ªticas p¨²blicas -incluido un di¨¢logo con el presidente Felipe Calder¨®n, programado en 10 d¨ªas m¨¢s- y la ruta de la movilizaci¨®n social por la paz.
Al movimiento le falta visitar ese hoyo de autoridades omisas llamado Tamaulipas (noreste del pa¨ªs) y el noroeste mexicano, desde Jalisco hasta Baja California. Pero antes tendr¨¢ que discutir c¨®mo armar una estructura operativa para resolver los casos, para administrar la esperanza. Han desenterrado expedientes que ahora no pueden ser olvidados de nuevo. A pesar de su cansancio evidente, Sicilia es la voz del poeta que dej¨® de escribir para que las v¨ªctimas fueran escuchadas como nunca antes, y para denunciar, con la autoridad que le dio el asesinato de su hijo en marzo pasado, a los empoderados criminales, a quienes pregunta: "?Qu¨¦ felicidad pretenden construir para ustedes si sus cimientos se basan en la muerte, el sufrimiento y la tortura de sus semejantes?".
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