La izquierda francesa se hace por primera vez con el control del Senado
Fuerte rev¨¦s para los conservadores, que dominaban la C¨¢mara alta desde 1958
La izquierda francesa, comandada por el Partido Socialista franc¨¦s (PS), se hizo ayer con el control del Senado por primera vez en m¨¢s de medio siglo. Las elecciones parciales celebradas en 44 departamentos del pa¨ªs, en las que votaron 71.890 grandes electores (diputados, consejeros regionales y provinciales, alcaldes y concejales), renovaron la mitad de la c¨¢mara alta y se cerraron con un triunfo claro e hist¨®rico del PS, que refuerza as¨ª sus opciones ante las presidenciales de mayo pr¨®ximo. La derecha, que controlaba el Senado desde 1958, pag¨® la divisi¨®n entre los centristas y la UMP, el partido de Sarkozy. El presidente pierde as¨ª su cuarta elecci¨®n consecutiva y deber¨¢ gobernar ahora en dif¨ªcil convivencia con un Senado que puede retrasar las decisiones legislativas del Gabinete.
El voto parcial renov¨® cerca de la mitad de los asientos de la Alta Asamblea, 170 esca?os. La izquierda necesitaba ganar 23 senadores para obtener la mayor¨ªa absoluta de una c¨¢mara que pasa de tener 343 esca?os a 348. Sobre las 20.30 horas, el presidente del grupo socialista, Jean-Pierre Bel, proclam¨® la victoria de la izquierda anticip¨¢ndose al ministerio del Interior con estas palabras: "Es un d¨ªa hist¨®rico. Por primera vez en la V Rep¨²blica, el Senado va a conocer la alternancia. Nuestra victoria es una afrenta para la derecha. El cambio est¨¢ en marcha".
M¨¢s tarde, los datos casi definitivos certificaron la euforia. A falta de solo cuatro esca?os por atribuir, la izquierda alcanzaba una holgada mayor¨ªa de 175 senadores, ganando 24 respecto a la ¨²ltima composici¨®n de la c¨¢mara, y mejoraba sus resultados en 19 departamentos del pa¨ªs, mientras la derecha retroced¨ªa desde 171 asientos hasta 169.
La victoria de la gauche en la vetusta instituci¨®n senatorial nacida de la Revoluci¨®n Francesa, que se sigue eligiendo con el voto de los altos cargos pol¨ªticos territoriales y no por sufragio universal, hab¨ªa sido pronosticada por los analistas, aunque no de forma tan contundente. El propio presidente del Senado, G¨¦rard Larcher, del partido de Sarkozy, reconoci¨® que "un se¨ªsmo pol¨ªtico" hab¨ªa sacudido el palacio de Luxemburgo. Larcher se jugar¨¢ el cargo contra Bel en la votaci¨®n final del 1 de octubre.
La simb¨®lica derrota del dividido bloque conservador acent¨²a la sensaci¨®n de creciente desgaste que sufre Sarkozy, cada vez peor valorado en las encuestas, y castiga las luchas intestinas entre conservadores y centristas, que se presentaban en bloques enfrentados por viejas disputas.
Los resultados de Par¨ªs, donde los socialistas se hac¨ªan con 8 senadores y la UMP con dos, perdiendo uno respecto a la ¨²ltima elecci¨®n, parecieron subrayar la impresi¨®n de declive del presidente. Fran?ois Hollande, favorito de los sondeos en la carrera a las presidenciales de los socialistas, detect¨® "una descomposici¨®n del sistema de poder de Sarkozy", que juzg¨® "premonitoria para 2012".
El El¨ªseo trat¨® de limitar el alcance de la derrota al se?alar que era "la consecuencia del avance de la izquierda en las elecciones locales celebradas desde 2004". Tambi¨¦n el primer ministro, Fran?ois Fillon, reconoci¨® el ""fuerte avance de la oposici¨®n". "El momento de la verdad es la pr¨®xima primavera. La batalla ha comenzado esta noche", advirti¨®.
Hollande y Martine Aubry, su principal rival en las primarias que se celebrar¨¢n el 9 y 16 de octubre, acudieron a festejar la noticia al palacio de Luxemburgo. La izquierda confiaba en que el viento de cambio que muestran los sondeos y confirmaban todas las elecciones celebradas en los ¨²ltimos tiempos (municipales, regionales y cantonales) empezase a soplar a nivel nacional. La convincente victoria parece disipar los temores de quienes sospechaban que los esc¨¢ndalos protagonizados por Dominique Strauss-Kahn pudiesen tener un efecto electoral negativo.
El optimismo del Partido Socialista se dispar¨® desde que se conocieron los primeros datos. En varias zonas rurales del pa¨ªs, identificadas con los conservadores, los candidatos de la UMP se dejaron esca?os en una jornada que convirti¨® al Senado en un escenario crucial para el futuro del pa¨ªs.
El "geri¨¢trico" pasa a ser un engorro
El Senado comparte el poder legislativo con la Asamblea Nacional, aunque es esta la que tiene la ¨²ltima palabra sobre los decretos republicanos.
Coloquialmente conocido como Alta Asamblea, la Constituci¨®n lo define como el ¨®rgano de representaci¨®n de las entidades territoriales y los franceses de ultramar. Ubicado en el Palacio de Luxemburgo, al pie de los jardines, el Senado tiene mala fama. Se dice que siempre ha estado a las ¨®rdenes del Gobierno y se le acusa de ser una estructura geri¨¢trica. En 1999, el escritor y alcalde ecologista No?l Mam¨¨re la defini¨® como "un asilo para los privilegiados de la pol¨ªtica".
Desde ayer, la denostada c¨¢mara alta se ha convertido en un factor de inestabilidad para Sarkozy, que a¨²n tiene por delante siete meses de mandato. Un Senado dominado por el adversario puede retrasar la aprobaci¨®n de textos legislativos, y entre estos est¨¢n en la agenda los presupuestos del Estado y la Seguridad Social, claves para la pol¨ªtica econ¨®mica. Adem¨¢s, el presidente del Senado es el segundo cargo del Estado, que asume la presidencia interina en caso de incapacidad del titular. Si Sarkozy quisiera cesar a un ministro que es a la vez senador, la c¨¢mara podr¨ªa bloquear la decisi¨®n. Y la posibilidad existe. El ministro de Defensa, G¨¦rard Longuet, es senador.
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