¡°El reto en la era digital es conjugar rapidez con profundidad¡±
El reportero premio Ortega y Gasset reflexiona sobre las oportunidades y desaf¨ªos que el advenimiento de la era digital presenta al periodismo. La clave, seg¨²n Rovira, es aprovechar las nuevas herramientas sin perder el contacto humano y el espacio para pensar.
El advenimiento de Internet y el desarrollo de la tecnolog¨ªa digital han abierto nuevas y extraordinarias oportunidades para el periodismo. Los reporteros tienen un acceso sin precedentes a documentos, fuentes o noticias publicadas por cabeceras de pa¨ªses lejanos; nuevas posibilidades para transmitir sus informaciones; una capacidad ilimitada de actualizar las noticias. Pero, junto con las oportunidades, la era digital presenta grandes desaf¨ªos para el oficio del periodismo. Redacciones de todo el mundo llevan a?os trabajando para resolverlos. Bru Rovira (Barcelona, 1955), reportero premiado en 2004 con el premio Ortega y Gasset por su cobertura de la guerra en la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo, ofrece su punto de vista sobre algunos de ellos en esta entrevista.
La visi¨®n de Rovira es clara. ¡°Internet es una extraordinaria herramienta que se puede utilizar para regenerar el periodismo. Pero no es el periodismo. Hay que tener cuidado con el espejismo de que todo est¨¢ en la Red y que por tanto se puede explicar todo lo que ocurre estando sentados ante una pantalla. Eso es falso. El periodismo es ver, vivir, estar, no leer. Es necesario defender el contacto humano. Y es importante evitar que la exigencia de rapidez borre el espacio para la investigaci¨®n y la reflexi¨®n¡±, comenta, en una conversaci¨®n telef¨®nica desde Catalu?a.
Es necesario defender el contacto humano y el espacio para la reflexi¨®n
La velocidad de v¨¦rtigo que la web ahora impone a los peri¨®dicos es uno de los retos que m¨¢s inquieta a los periodistas de prensa en general, y en especial a los del ¨¢rea internacional, que de manera m¨¢s acentuada necesitan tiempo para desembarcar en pa¨ªses lejanos y comprender lo que ocurre. ¡°El concepto de rapidez es bueno para el periodismo. La informaci¨®n es algo que est¨¢ pasando en el momento. Pero -en el periodismo as¨ª como en el modo de vida contempor¨¢neo, el capitalismo de consumo fren¨¦tico- es un concepto que va a contracorriente de lo que es la reflexi¨®n, la profundidad y el propio ritmo de la historia y de la vida humana. Tenemos un conflicto entre rapidez como un valor positivo y como enemigo de los contenidos de calidad, de la profundizaci¨®n de la experiencia personal del que escribe, de la calidad literaria. El gran debate es c¨®mo hacemos un periodismo de calidad cuando hemos perdido el tiempo que se necesita para hacerlo. C¨®mo conjugamos la rapidez con la profundidad. La rapidez est¨¢ bien, pero no sirve para nada si no est¨¢ metida en unos railes en los cuales se privilegia la investigaci¨®n, la profundizaci¨®n, el contexto. Si no tenemos el tiempo mental de entender las cosas, no podemos explicar nada¡±.
Otro de los desaf¨ªos que preocupa a las redacciones es el riesgo de homogenizaci¨®n de los contenidos. Todo est¨¢ online, todos miran lo que hacen la competencia y las cabeceras de referencia internacional, y muchos tienden a adoptar enfoques muy parecidos. ¡°Esto no es un peligro. Esto es un hecho que est¨¢ ocurriendo desde hace a?os. Se tiende a hablar siempre de lo mismo. Se va perdiendo la pluralidad y la subjetividad de la mirada¡±, dice Rovira.
Es importante aplicar con firmeza el criterio period¨ªstico. Si no, se impondr¨¢ el de la audiencia
En algunos casos, otro elemento distorsiona el criterio period¨ªstico propio de la prensa: la dictadura de la audiencia. En el pasado, el ¨²nico elemento de medici¨®n era la circulaci¨®n, que concern¨ªa a una cabecera en su conjunto. Ahora, se mide la audiencia de cada noticia o reportaje. ¡°En estas circunstancias, es m¨¢s importante que nunca que se apliquen con firmeza los criterios period¨ªsticos. Si no, se va a imponer como criterio lo que los lectores leen m¨¢s. En los ¨²ltimos diez a?os, la parte m¨¢s emotiva, m¨¢s espectacular, m¨¢s morbosa de las cosas que ocurren se ha ido convirtiendo cada vez m¨¢s en un flash que tapa todo lo dem¨¢s. Se impone el criterio de la audiencia y resulta normal publicar cosas que o no tienen mucha importancia o que no se explican c¨®mo se deber¨ªa. Esto es una tragedia. Una degeneraci¨®n del periodismo hacia producto comercial¡±.
La magnitud de los desaf¨ªos no reduce la grandeza de las ventajas. ¡°La oportunidad es brutal. De una dimensi¨®n alucinante. Las herramientas de trabajo son extraordinarias. Solo tenemos que encontrar el equilibrio para utilizarlas bien. Evitar que los periodistas se queden estancados ante las pantallas, el periodismo oficinista. Cualquiera que haya salido un poco de la redacci¨®n sabe por qu¨¦. Por mucho que uno se prepare y lea todo lo que puede, cuando se llega a un pa¨ªs las cosas nunca son como se han imaginado. La realidad es otra cosa. Esto explica que el periodismo tiene una necesidad b¨¢sica de ir a los sitios, de escuchar a la gente, de ver personalmente las cosas. Ver, no leer. Leer es necesario, pero para poder ver mejor¡±.
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