Arabia Saud¨ª se blinda frente a la 'primavera ¨¢rabe'

El colegio electoral de Al Manaz, al sureste de Riad, estaba vac¨ªo a las dos de la tarde. De los 2.024 votantes registrados, apenas un centenar hab¨ªan pasado por las esmeradas instalaciones. Veinte minutos despu¨¦s, s¨®lo un m¨¦dico con el pijama hospitalario se hab¨ªa acercado a depositar su papeleta. Y el panorama era similar en otros centros de voto en todo el pa¨ªs. La falta de entusiasmo de los saud¨ªes en estas segundas elecciones municipales desde 2005 ha puesto en evidencia las contradicciones de una monarqu¨ªa absoluta que desea presentar una imagen m¨¢s acorde con las exigencias del siglo XXI, pero cada vez est¨¢ m¨¢s alejada de las preocupaciones de sus s¨²bditos.

¡°Estas elecciones no le importan a nadie. Solo se celebran de cara a la galer¨ªa para que nuestras autoridades puedan decir a los mandatarios extranjeros que han empezado un proceso democr¨¢tico y que los saud¨ªes no estamos interesados en la democracia, que no est¨¢ en nuestra cultura¡±, declara una profesora universitaria recogiendo un sentir muy extendido.

Prueba de ello es el escaso n¨²mero de saud¨ªes que se han registrado para votar. De acuerdo con el jefe de la Comisi¨®n Electoral, Abdulrahm¨¢n Dahmash, son 1,2 millones de hombres, ya que las mujeres no estar¨¢n autorizadas a hacerlo hasta la pr¨®xima convocatoria, en 2015. En total 400.000 votantes m¨¢s que en 2005, pero apenas una cuarta parte de los que podr¨ªan hacerlo en un pa¨ªs con 27 millones de habitantes, de los que un tercio son trabajadores extranjeros.

¡°No conozco a ning¨²n hombre que se haya registrado¡±, admite la profesora. ¡°Incluso quienes no se preocupan por los derechos de la mujer han criticado las elecciones por la falta de contenido que tienen los consejos municipales¡±, a?ade. De hecho, los que se crearon tras anteriores comicios no han tenido ning¨²n poder. Las siguientes elecciones, previstas para 2009, se retrasaron sine die. Hasta que al rebufo de las revueltas ¨¢rabes se resucitaron la pasada primavera.

Apenas 1,2 millones de saud¨ªes se han registrado para votar, una cuarta parte de los votantes potenciales

¡°Es como un juguete que se le da a un ni?o. Sabemos que esto no es la verdadera democracia¡±, asegura un activista. Como resultado, destacados intelectuales han boicoteado la cita y dos importantes organizaciones (la Asociaci¨®n Nacional de Derechos Humanos y la Asociaci¨®n de Periodistas) se han negado a servir como observadores, seg¨²n el diario Arab News .

Sin embargo, a pesar de esa falta de representaci¨®n de la que los saud¨ªes son plenamente conscientes, de las altas cifras de paro (entre 450.000 y dos millones de personas, seg¨²n las fuentes) y de la corrupci¨®n, Arabia Saud¨ª no se ha contagiado de las revueltas que desde enero sacuden el mundo ¨¢rabe.

Moataz Salama, del Centro Al Ahram de Estudios Pol¨ªticos y Estrat¨¦gicos de El Cairo, acaba de publicar un informe en el que defiende que el reino es ¡°inmune a la revoluci¨®n¡± porque los ciudadanos tienen pocos motivos para pedir cambios, la monarqu¨ªa tiene legitimidad hist¨®rica y tribal, adem¨¢s de disponer de recursos financieros y la comunidad internacional, en especial EE UU, apoya el status quo.

¡°No se pueden predecir esas cosas¡±, se?ala Eman al Nafyan, una de las m¨¢s destacadas blogueras saud¨ªes. ¡°Mire lo que ha pasado en Siria y los art¨ªculos que defend¨ªan que all¨ª no habr¨ªa revueltas porque Bachar el Asad era muy popular y adem¨¢s no era pro estadounidense¡±, recuerda.

Christopher Boucek, investigador sobre Oriente Pr¨®ximo en el Carnegie Endowment para la Paz Internacional, tambi¨¦n discrepa. ¡°Arabia Saud¨ª no es inmune y no se librar¨¢ por completo de la primavera ¨¢rabe¡±, afirmaba en un reciente coloquio. Pero en su opini¨®n, el reino ¡°est¨¢ mejor preparado para hacer frente al reto, gracias a su comunidad religiosa y sus recursos financieros¡±.

De hecho, el pasado marzo, cuando el contagio parec¨ªa inminente, no solo el rey Abdal¨¢ anunci¨® est¨ªmulos econ¨®micos por valor de 75.000 millones de euros, sino que los ulemas emitieron fetuas que declaraban ilegales las protestas contra el r¨¦gimen, que no por ello dej¨® de desplegar enormes efectivos policiales. Solo se produjeron manifestaciones significativas en la Provincia Oriental, donde la minor¨ªa chi¨ª reclamaba la liberaci¨®n de un grupo de presos pol¨ªticos.

La liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos ser¨ªa, seg¨²n varios analistas locales, un potencial detonador de la protesta

El asunto de los presos pol¨ªticos ser¨ªa, seg¨²n varios analistas locales, un potencial detonador de la protesta. ¡°Por un lado, las autoridades les est¨¢n convirtiendo en h¨¦roes al mantenerlos encerrados durante a?os sin juicio; por otro, sus familiares est¨¢n organizados y han perdido el miedo¡±, explica un defensor de los derechos humanos. Significativamente, el Gobierno cierra su p¨¢gina de Facebook cada vez que alcanza los 10.000 seguidores, algo que ya ha sucedido en cuatro ocasiones.

Por lo dem¨¢s, aunque de momento los est¨ªmulos econ¨®micos solo han servido para provocar un repunte inflacionario, la realidad es que los saud¨ªes viven mejor que la mayor¨ªa de sus vecinos. ¡°Sin duda la situaci¨®n econ¨®mica influye [en que no haya revueltas]¡±, admite Muna Abu Sulayman, activista social y embajadora de buena voluntad de la ONU.

¡°Los j¨®venes no quieren correr riesgos porque esta es una sociedad muy estable y segura¡±, apunta. Otras fuentes opinan que tienen miedo y afirman que existe una campa?a de intimidaci¨®n contra aquellos que se muestran muy activos en las redes sociales o hablan con la prensa extranjera.

En cualquier caso, no es la posibilidad de una revuelta social lo que preocupa a los observadores, sino el relevo en la corona. El rey Abdal¨¢ ha cumplido 87 a?os. Su medio hermano y heredero, el pr¨ªncipe Sult¨¢n, de 83 a?os, acaba de salir del hospital en EE UU, donde ha estado recibiendo tratamiento en los ¨²ltimos meses, pero a¨²n no ha regresado al pa¨ªs. En cualquier caso, seg¨²n los documentos del Departamento de Estado filtrados por Wikileaks, desde 2009 los diplom¨¢ticos estadounidenses le consideran incapacitado para gobernar ya que al parecer sufre de Alzheimer.

El siguiente hermano y ministro del Interior, el pr¨ªncipe Nayef, con 78 a?os, tampoco es mucho m¨¢s joven, lo que pone sobre el tapete la necesidad de pasar el testigo a la siguiente generaci¨®n, la de los nietos de Abdelaziz Ibn Saud, el fundador del reino.

¡°No me creo la versi¨®n oficial de que la decisi¨®n va a tomarse en el Consejo de Familia¡±, conf¨ªa una saud¨ª que observa con preocupaci¨®n ese paso. Seg¨²n la rumorolog¨ªa local, las diferentes ramas familiares est¨¢n tomando posiciones y hay una lucha de poder en palacio. ¡°Son demasiados y alguno va a tener que bajarse del avi¨®n¡±, a?ade gr¨¢ficamente la interlocutora.

A esta mujer no le preocupa qui¨¦n gane (¡°incluso con un ultraconservador, saldremos adelante¡±), sino que la disputa interna desestabilice el pa¨ªs. Es el mismo temor que se susurra en las canciller¨ªas extranjeras.