La crisis del euro reaviva las tensiones sobre Europa en Reino Unido
La crisis de la moneda com¨²n reabre el debate sobre el v¨ªnculo brit¨¢nico con la UE
La crisis del euro afecta a los brit¨¢nicos m¨¢s de lo que parece. Desde el punto de vista econ¨®mico la conexi¨®n es obvia porque, aunque la libra est¨¢ fuera del euro, la econom¨ªa brit¨¢nica est¨¢ demasiado ligada a la europea como para no sentir en propias carnes los vaivenes de la eurozona, sin contar con el impacto que esos vaivenes tienen sobre la demanda mundial y la estabilidad de los mercados financieros internacionales.
Pero la crisis del euro tambi¨¦n afecta pol¨ªticamente porque ha despertado a ese longevo enfermo cr¨®nico de las islas: el debate sobre los l¨ªmites y la profundidad del v¨ªnculo entre Gran Breta?a y la Uni¨®n Europea. Un debate especialmente delicado en un pa¨ªs gobernado en este momento por el m¨¢s antieuropeo y el m¨¢s proeuropeo de los grandes partidos: el Conservador y el de los liberales-dem¨®cratas.
Cada vez parece m¨¢s claro que la zona euro est¨¢ abocada a una de dos opciones: o romper el euro o profundizar los v¨ªnculos de Gobierno econ¨®mico de los pa¨ªses que lo componen. Una mayor coordinaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas y fiscales que en la pr¨¢ctica significa una mayor integraci¨®n pol¨ªtica. Agua fr¨ªa de la que huyen los escaldados euroesc¨¦pticos.
¡°El ¨¦xito del euro tiene una importancia capital para nosotros¡±, dice el ministro del Tesoro?
Que la zona euro ha de intensificar sus v¨ªnculos fiscales es algo ya asumido por los conservadores brit¨¢nicos. Lo proclamaba hace apenas dos semanas el canciller del Exchequer y ministro del Tesoro, George Osborne, en unas jornadas econ¨®micas en Londres, horas antes de volar a Polonia para asistir a una reuni¨®n con sus hom¨®logos europeos.
¡°Gran Breta?a no est¨¢ en el euro y yo y otros hemos luchado arduamente para mantenernos fuera¡±, se vanaglori¨®. Pero a?adi¨® de inmediato: ¡°No nos deleitemos por sus problemas; no disfrutemos con las desgracias ajenas. El ¨¦xito del euro tiene una importancia capital para nosotros¡±. ¡°Es crucial que nuestros colegas europeos acepten la l¨®gica implacable de la uni¨®n monetaria de que una moneda ¨²nica lleva a una mayor integraci¨®n fiscal¡±, a?adi¨®.
Integraci¨®n fiscal
El problema para los pol¨ªticos brit¨¢nicos son las posibles consecuencias de esa mayor integraci¨®n fiscal. Los conservadores jam¨¢s aceptar¨¢n que esa mayor integraci¨®n fiscal les incluya a ellos. ?Significa eso que el Gobierno brit¨¢nico acepta reforzar el modelo de una Europa con distintos grados de integraci¨®n? Es ah¨ª donde m¨¢s peligro hay de una reapertura del debate europe¨ªsta en la pol¨ªtica brit¨¢nica. Dos pesos pesados de la coalici¨®n parecen defender posiciones no exactamente gemelas.
En una entrevista publicada hoy en la revista pol¨ªtica The Spectator, el jefe del Foreign Office y furibundo euroesc¨¦ptico, William Hague, se vanagloria de que ¨¦l ten¨ªa raz¨®n cuando en los a?os 90 denunci¨® que el euro iba a ser un edificio en llamas sin salidas de emergencia. ¡°Fue un disparate crear ese sistema y durante siglos va a ser citado como una especie de monumento hist¨®rico de disparate colectivo. Pero ah¨ª est¨¢ y tenemos que aceptarlo¡±, se explaya. A su juicio, la UE ¡°tiene demasiado poder, no he cambiado de opini¨®n desde que estoy en el Gobierno. De hecho, el estar en el Gobierno no ha hecho m¨¢s que reforzar mi visi¨®n de que hay poderes que han de ser devueltos a este pa¨ªs¡±.
Los conservadores jam¨¢s aceptar¨¢n que una mayor integraci¨®n fiscal para salvar el euro les incluya a ellos
Una conclusi¨®n que no parece concordar con las reflexiones que la crisis suscita al l¨ªder de los liberales-dem¨®cratas y n¨²mero dos del Gobierno, Nick Clegg. ¡°Europa est¨¢ claramente embarcada en un periodo de cambio. El peligro que afrontamos es que ese cambio nos lleve a la fragmentaci¨®n. De que acabemos m¨¢s divididos, d¨¢ndonos la espalda unos a otros, tanto dentro de la Uni¨®n Europea como con nuestros socios que no son, o a¨²n no son, miembros de ella¡±, ha advertido tambi¨¦n hoy en un debate en Varsovia.
Clegg ha recordado que ya ahora hay distintos grados de integraci¨®n y que no es ese el problema. ¡°El problema es que la crisis econ¨®mica profundice las l¨ªneas divisorias entre nuestras naciones y nos acabe enfrentando. Es muy posible que, durante un tiempo, los pa¨ªses de la zona euro se encierren en si mismos. Est¨¢ claro que para resolver sus actuales problemas sus miembros necesitan una mayor integraci¨®n. Hay varias ideas al respecto, fundamentalmente en torno a una mayor integraci¨®n fiscal para apoyar la uni¨®n monetaria. (¡) Pero est¨¢ claro que ning¨²n cambio en las estructuras de Gobierno ha de llevar a una Europa m¨¢s d¨¦bil o dividida en la que los objetivos de los que est¨¢n dentro del euro se opongan a los de los que est¨¢n fuera¡±, ha advertido.
Refer¨¦ndum
El renacimiento del debate sobre Europa en la pol¨ªtica brit¨¢nica se ha plasmado en la fuerza que vuelven a tener los movimientos a favor de convocar un refer¨¦ndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Uni¨®n Europea. Una opci¨®n descartada de forma tajante por el primer ministro, David Cameron, en una reciente comparecencia en una comisi¨®n parlamentaria y tambi¨¦n a preguntas de un diputado tory en el pleno de los Comunes.
Pero se percibe tambi¨¦n en movimientos menos directos, como el puesto en marcha por diputados euroesc¨¦pticos como George Eustice, que hace dos semanas reuni¨® a 120 colegas del grupo parlamentario conservador para promover la repatriaci¨®n de poderes de Bruselas a Londres. Algunos ven en debates como ese el germen de una aspiraci¨®n m¨¢s alta: repatriar todos los poderes delegados a Europa. Quiz¨¢s la crisis del euro acabe siendo la primera piedra de esa carretera.
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