Golpe al coraz¨®n de Al Qaeda
El Aulaki convirti¨® a la organizaci¨®n en un quebradero para el espionaje de EE UU
Nuevo golpe al coraz¨®n de Al Qaeda. Sigue la sangr¨ªa de emires, jefes y comandantes muertos en las cada vez m¨¢s d¨¦biles filas de la yihad global. La voz del cl¨¦rigo Anuar el Aulaki, de 41 a?os, el rostro m¨¢s conocido de Al Qaeda en la Pen¨ªnsula Ar¨¢biga (AQPA) y una de las mayores amenazas para la seguridad de Occidente y de sus aliados se ha apagado para siempre. El im¨¢n radical, nacido en Estados Unidos, ha muerto en Yemen durante un enfrentamiento todav¨ªa no aclarado con miembros del Ej¨¦rcito, seg¨²n ha comunicado el ministro de Defensa de ese pa¨ªs.
La desaparici¨®n de Aulaki dificulta el proyecto de trasladar al inestable escenario de Yemen, donde casi todo es posible, la principal base y refugio de Al Qaeda que durante muchos a?os ha sido Pakist¨¢n, la madriguera en la que se escondi¨® Osama Bin Laden hasta su localizaci¨®n y muerte en Abbotabad. Al Qaeda en la Pen¨ªnsula Ar¨¢biga se cre¨® en 2003, ha atravesado momentos de crisis, pero la debilidad del Gobierno de Saleh, las luchas tribales, la falta de seguridad y las arengas de tipos como el cl¨¦rigo Anuar el Aulaki han conseguido nutrir a la organizaci¨®n de numerosos militantes hasta convertirla en un quebradero de cabeza para los servicios de inteligencia de EE UU que temen que este pa¨ªs se convierta en una nueva Afganist¨¢n, en un centro mundial del terrorismo internacional. Desde hace varios a?os los Predator, aviones no tripulados del Ej¨¦rcito estadounidense, sobrevuelan Yemen en busca de los jefes de AQPA.
Desde el coraz¨®n de Yemen se han proyectado fallidos ataques que de haber tenido ¨¦xito habr¨ªan conmocionado al mundo. Anuar el Aulaki era el responsable de los paquetes bombas encontrados en noviembre de 2010 en aviones en Dubai y Reino Unido con destino a Estados Unidos, un atentado frustrado que seg¨²n los artificieros habr¨ªa provocado que se estrellaran los aviones de no haber sido desactivados. Un a?o antes el im¨¢n hab¨ªa dirigido otro atentado fallido contra un avi¨®n norteamericano, un ataque por el que fue juzgado in absentia (en ausencia) por un tribunal de Yemen.
Hablaba un perfecto ingl¨¦s, practicaba deportes, contaba chistes
El Aulaki era un hombre locuaz, pero contradictorio. Vivi¨® m¨¢s de 20 a?os en EE UU, hablaba un perfecto ingl¨¦s, practicaba deportes, contaba chistes y desde su mezquita lanzaba mensajes de amor, paz y tolerancia entre las distintas culturas y religiones. Semanas despu¨¦s de los ataques del 11-S conden¨® en la televisi¨®n la acci¨®n de Al Qaeda y anim¨® a rezar por las 3.000 v¨ªctimas. ¡°Vinimos aqu¨ª a construir no a destruir¡±, proclam¨® en uno de sus sermones. Nueve a?os m¨¢s tarde desde su escondite yemen¨ª declar¨® la guerra a los Estados Unidos y a sus aliados con proclamas incendiarias en favor de la yihad. ¡°?De qu¨¦ me acusan?, se preguntaba en un v¨ªdeo de AQPA. ¡°?De llamar a la verdad?, ?de llamar a la yihad?, ?de llamar a defender las causas de la naci¨®n isl¨¢mica?
La muerte del cl¨¦rigo radical es otra muestra m¨¢s de la profunda crisis por la que atraviesa Al Qaeda que en solo seis meses ha perdido a su emir saud¨ª y a cuatro de sus jefes operativos. ?Qui¨¦n ser¨¢ el pr¨®ximo?
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