No es Grecia, es China
Hay una alta probabilidad de que en los pr¨®ximos a?os el pa¨ªs asi¨¢tico sufra un accidente que frene su crecimiento. Siga hoy el Debate Internacional que se centra en este tema.
Mientras el mundo sigue con gran ansiedad la crisis de Grecia (poblaci¨®n: 11 millones), en China (poblaci¨®n: 1.340 millones) est¨¢n pasando cosas que no atraen tanta atenci¨®n como lo que pasa en Grecia. Pero deber¨ªan. Si la locomotora de la econom¨ªa mundial se desacelera, o se llegase a detener, las consecuencias ser¨¢n mucho m¨¢s graves de las que ha tenido la crisis griega, aun considerando el da?o que esta le ha hecho al resto de Europa.
Aqu¨ª les doy algunos aburridos datos t¨¦cnicos sobre lo que est¨¢ pasando hoy en China: la actividad manufacturera ha ca¨ªdo por tercer mes consecutivo, la burbuja especulativa en la construcci¨®n (?les suena?) est¨¢ por estallar, los precios caen y a las grandes empresas de ese sector les cuesta conseguir financiaci¨®n. La deuda de los Gobiernos locales ha alcanzado un volumen equivalente al 27% del total de la econom¨ªa y, por si eso fuera poco, los analistas creen que en el 80% de los casos estas deudas ser¨¢n incobrables. Los precios de las acciones de empresas Chinas cotizadas en la Bolsa de Nueva York cayeron al conocerse que los reguladores est¨¢n encontrando graves fallas en su contabilidad.
Quiz¨¢s la siguiente cita del Financial Times resulte menos aburrida: ¡°El sector inmobiliario chino, que hasta hace poco era muy atractivo para los inversores, se ha convertido en un espect¨¢culo de terror¡ cuyos efectos se sentir¨¢n en el mundo entero¡±.
?Quiere decir todo esto que viene un crash en China? No necesariamente. Pero... Hay una alta probabilidad de que en los pr¨®ximos a?os China sufra un accidente que ralentizar¨¢ su crecimiento econ¨®mico. Este accidente podr¨ªa ser financiero, ecol¨®gico, social o internacional. Tendr¨ªa, adem¨¢s, que ser lo suficientemente grave y duradero como para afectar simult¨¢neamente a varias regiones y sectores.
Un desplome de la Bolsa que elimine gran parte de los ahorros de la gente, la contaminaci¨®n del agua de una gran ciudad o cualquier otra impredecible situaci¨®n que produzca masivas protestas callejeras (y en China ser¨ªan realmente masivas) pueden ser la chispa de una crisis que se difunda hasta afectar a toda la econom¨ªa. De ah¨ª, el impacto se diseminar¨ªa al resto del mundo a gran velocidad.
El acuerdo social y pol¨ªtico que el actual r¨¦gimen tiene con el pueblo chino es el siguiente: nosotros creamos millones de puestos de trabajo y la promesa de creciente prosperidad para todos y ustedes nos dejan gobernar sin exigir mayor participaci¨®n en la toma de decisiones.
Si la tasa de creaci¨®n de empleos disminuyese, la legitimidad del r¨¦gimen menguar¨ªa, as¨ª como su capacidad de gobernar centralizadamente como lo ha hecho hasta ahora. Pero, adem¨¢s, est¨¢n apareciendo otros factores que est¨¢n socavando la estabilidad pol¨ªtica: la inflaci¨®n, la desigualdad y la corrupci¨®n.
En la d¨¦cada pasada, la inflaci¨®n fue, en promedio, inferior al 2% anual. Ahora es de 6,2% al a?o, y en los alimentos, el cap¨ªtulo m¨¢s pol¨ªticamente explosivo, los precios se han disparado a¨²n m¨¢s.
La desigualdad econ¨®mica antes del boom era reducida e invisible para la mayor¨ªa de la gente. Ahora est¨¢ a la par con las peores del mundo y es muy visible. Los trabajadores urbanos ganan tres veces m¨¢s que los campesinos en las zonas rurales y el n¨²mero de chinos que entran en la lista de los m¨¢s ricos del mundo rompe r¨¦cords cada a?o (los multimillonarios chinos son, como media, 15 a?os m¨¢s j¨®venes que sus pares en otros pa¨ªses).
La corrupci¨®n igualmente se ha hecho m¨¢s visible y afecta a todos. Los esfuerzos del Gobierno por controlarla ¡ªque incluyen frecuentes encarcelamientos de funcionarios p¨²blicos y hasta la pena de muerte¡ª no han tenido ¨¦xito.
Las crisis econ¨®micas suelen transformar a la corrupci¨®n de un hecho irritante largamente tolerado a una potente causa popular que, como en los casos de Egipto o T¨²nez, contribuye a la ca¨ªda del Gobierno. China a¨²n est¨¢ lejos de esto, pero la corrupci¨®n es un factor que sin duda preocupa mucho al r¨¦gimen.
Lo mismo pasa con los crecientes problemas ecol¨®gicos que, para muchos chinos, no son abstracciones: cuando se hace demasiado frecuente que al abrir el grifo para ba?arse o cocinar sale agua marr¨®n y maloliente, la pasividad de la poblaci¨®n puede r¨¢pidamente tornarse en activismo estridente. Y esto est¨¢ sucediendo.
Seg¨²n Sun Liping, soci¨®logo de la Universidad de Tsinghua, en 2010 en China ocurrieron 180.000 protestas callejeras motivadas por un sinn¨²mero de causas.
Las calles en China se est¨¢n calentando. Si esta tendencia llega a reducir el crecimiento del pa¨ªs, lo que suceda en las calles chinas nos afectar¨¢ a todos. Mucho m¨¢s que Grecia.
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